Durante el primer día de exposición del cuerpo del papa Francisco en la Basílica de San Pedro, se produjo un momento de alta tensión: el cardenal peruano Juan Luis Cipriani, sancionado por el Vaticano en el pasado por una denuncia de abuso sexual, apareció públicamente en el lugar.
Su presencia fue captada por las cámaras de la transmisión en vivo de Vatican News, sorprendiendo a muchos al verlo rezar en silencio frente al féretro del pontífice argentino.
Cipriani, quien recibió una sanción canónica que le impuso restricciones a su actividad pública, lugar de residencia y uso de insignias religiosas, permaneció casi 15 minutos en una de las bancas de la Basílica, un espacio por el que ya habían pasado más de 20.000 fieles. El cardenal, vestido con su atuendo litúrgico, estuvo acompañado por uno de sus asistentes, y su aparición no pasó desapercibida.
La imagen del cardenal, entre los miembros del clero que rendían homenaje al papa Francisco, fue notable debido a las circunstancias en las que se encontraba. En enero pasado, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, había confirmado las medidas canónicas impuestas a Cipriani, explicando que el decreto había sido firmado por el papa Francisco y aceptado por el propio cardenal.
El funeral del papa Francisco se llevará a cabo este sábado, y la presencia de Cipriani en este solemne momento resalta la complejidad de su situación dentro de la Iglesia Católica, marcada por la controversia y las sanciones de la Santa Sede.
La denuncia y la sanción
En enero de 2025, se informó que el cardenal peruano Juan Luis Cipriani fue apartado de sus funciones en 2019 por el papa Francisco debido a acusaciones de abuso sexual a un menor en 1983.
La presunta víctima le escribió al papa en 2018 denunciando los hechos. Cipriani ha negado las acusaciones, calificándolas de “completamente falsas” y criticando el proceso que llevó a su destitución.
La controversia en torno a estas acusaciones y la posterior sanción canónica, que incluyó restricciones sobre sus actividades, marcó un punto crucial en la carrera del cardenal, quien sigue defendiendo su inocencia.