Durante domingo, en la ciudad de Barcelona, un grupo de activistas antiturismo llevó a cabo una inusual protesta donde pararon un autobús turístico frente a la emblemática Sagrada Familia, rociando a los pasajeros con pistolas de agua.
Como detalla El Nacional, la acción se realizó como parte de una movilización contra la masificación turística que afecta a la ciudad, y la iniciativa fue efectuada por personas pertenecientes a la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT) y otros colectivos.
Un tema que inquieta a Barcelona
Los manifestantes, equipados con pistolas de agua, se acercaron al vehículo y lo detuvieron, colocando una lona en el parabrisas que decía “Apaguemos el fuego turístico”.
Durante el breve parón de menos de diez minutos, los activistas leyeron un manifiesto en el que expusieron sus demandas de reducción del impacto del turismo sobre la ciudad y de una transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible.La acción se centró en visibilizar las consecuencias negativas del turismo masivo, como la inflación de los precios de la vivienda y la sobrecarga de los servicios públicos, que han afectado la calidad de vida de los residentes locales.
Accionar de la Policía de Barcelona contra la protesta
La policía local, los Mossos d'Esquadra, se presentó en el lugar, pero no se registraron incidentes graves. Se identificó a 24 personas involucradas, algunas con la cara cubierta, pero la intervención fue pacífica. Las autoridades no tomaron ninguna acción inmediata contra los manifestantes, quienes fueron disueltos rápidamente después de la protesta.
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Las protestas contra el turismo masivo en distintas partes de España
Esta manifestación es solo una de las muchas que han tenido lugar en los últimos meses como respuesta a la creciente presión del turismo masivo en Barcelona y otros sitios de España, que atrae anualmente a millones de visitantes, convirtiéndose en una de las ciudades más turísticas de Europa.
En los últimos años, se ha incrementado el malestar entre los habitantes de la ciudad, quienes acusan que el turismo ha encarecido los precios de la vivienda y deteriorado la calidad de vida en barrios céntricos.
