En un hito histórico para los derechos laborales, Bélgica aprobó una nueva ley que otorga a las trabajadoras sexuales acceso a contratos laborales formales, con derechos como la baja por enfermedad y la maternidad. Esta legislación, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2024, marca un precedente mundial al garantizar la protección social de las trabajadoras sexuales, colocándolas al mismo nivel que los empleados de otras industrias.
Un avance histórico para las trabajadoras sexuales
La nueva ley, aprobada por el Parlamento belga en mayo de 2024, otorga a las trabajadoras sexuales una protección integral bajo la legislación laboral del país. Las trabajadoras que firmen un contrato laboral formal ahora tienen acceso a beneficios como seguro de salud, beneficios por desempleo y prestaciones por maternidad, de acuerdo con Quentin Deltour, representante de Espace P, un grupo defensor de los derechos de las trabajadoras sexuales en Bélgica.
Según Daan Bauwens, director del Sindicato Belga de Trabajadoras Sexuales, esta ley no solo reconoce sus derechos, sino que las coloca en una posición de igualdad con otros trabajadores en Bélgica. Además de los derechos mencionados, la nueva ley también otorga a las trabajadoras sexuales el derecho a rechazar servicios a un cliente o detener cualquier actividad en cualquier momento. Este aspecto es fundamental para garantizar su autonomía y seguridad en el trabajo.
Los empleadores de trabajadoras sexuales, como bares o burdeles, ahora deberán obtener una licencia del gobierno para operar, y se les exigirá cumplir con una serie de requisitos, como proveer condones, ropa de cama limpia y un botón de emergencia en las habitaciones de trabajo, con el fin de asegurar un entorno seguro para las trabajadoras.
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La normativa es un avance histórico para las trabajadoras sexuales.
El impacto de la despenalización
Este importante paso en Bélgica llega dos años después de la despenalización de la prostitución, que eliminó las sanciones penales tanto para los compradores como para los vendedores de sexo. Aunque la despenalización permitió que las trabajadoras sexuales pudieran ejercer su trabajo sin miedo a ser encarceladas, la nueva legislación es crucial, ya que otorga acceso a derechos sociales y de seguridad, una medida que no estaba disponible anteriormente.
La despenalización permitió a las trabajadoras sexuales “vivir en la superficie” sin temor a la prisión, pero sin derechos laborales, lo que según Human Rights Watch, era solo un primer paso. Ahora, la nueva legislación de Bélgica da un gran salto para garantizar que las trabajadoras sexuales disfruten de los mismos derechos que cualquier otro trabajador.
Limitaciones de la nueva ley
A pesar de este avance, la ley no cubre a todas las trabajadoras sexuales. Aquellas que trabajan de manera independiente, como las que operan en línea o en la industria del cine pornográfico, quedan excluidas de estos derechos. Quentin Deltour señala que esto representa una debilidad de la ley, pero subraya que al menos se ha abierto la puerta para avanzar en la protección de todas las trabajadoras sexuales.
Con esta reforma, Bélgica se posiciona como líder en la regulación de la prostitución y la protección de los derechos laborales de las trabajadoras sexuales. Esta legislación representa una victoria significativa en la lucha por la igualdad de derechos para todos los trabajadores, independientemente de la naturaleza de su empleo.
La legislación belga podría sentar un precedente en otros países, especialmente en aquellos donde las trabajadoras sexuales siguen enfrentando discriminación, violencia y la negativa a sus derechos laborales. Si bien aún queda mucho por hacer, esta reforma marca el inicio de una nueva era en la protección de las trabajadoras sexuales a nivel mundial.