Oymyakon, un pequeño pueblo en el noreste de Siberia, Rusia, es conocido como el lugar habitado más frío del mundo. Con temperaturas que llegaron a -67,7 °C, este remoto asentamiento desafía los límites de la supervivencia humana. Pero, ¿cómo logran sus habitantes enfrentarse a este frío extremo?.
En esta nota te contamos todo sobre la vida en Oymyakon y los desafíos que enfrentan sus 500 habitantes en un entorno donde el invierno no da tregua.
El frío más cruel del planeta
Oymyakon ostenta el récord de ser el lugar habitado más frío del mundo, con temperaturas promedio de -50 °C durante el invierno. En 1933, el termómetro marcó los históricos -67,7 °C, el registro más bajo en un área poblada. Además, los inviernos en Oymyakon son largos, oscuros y severos, con apenas tres horas de luz solar al día en las fechas más frías.
Este clima extremo define cada aspecto de la vida en este pueblo, desde la alimentación hasta la forma en que se construyen las viviendas.
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Cómo sobreviven los habitantes de Oymyakon
1. Alimentación basada en proteínas y grasas
En un entorno donde la agricultura es imposible debido al suelo congelado (permafrost), los habitantes dependen de la ganadería, la pesca y la caza. Su dieta incluye carne de reno, pescado crudo congelado y productos lácteos, todos ricos en calorías, esenciales para resistir las bajas temperaturas.
2. Viviendas adaptadas al frío extremo
Las casas en Oymyakon están diseñadas para resistir el frío. Con gruesas paredes aislantes y sistemas de calefacción central, las viviendas mantienen temperaturas estables en el interior, aunque afuera el mercurio marque -50 °C.
3. Ropa diseñada para el frío extremo
Los residentes visten múltiples capas de ropa térmica, combinadas con abrigos de piel de animales, como reno o zorro ártico, que proporcionan la protección necesaria para enfrentar las gélidas temperaturas.
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Desafíos diarios en el lugar más frío del mundo
En Oymyakon, los coches deben mantenerse encendidos durante horas o permanecer en garajes climatizados para evitar que el motor y el combustible se congelen. Esto complica los desplazamientos y aumenta los costos de transporte.
Tecnología en crisis
La tecnología no siempre está a la altura del frío. Los dispositivos electrónicos suelen fallar a temperaturas tan bajas, lo que dificulta las comunicaciones y el acceso a herramientas tecnológicas básicas.
Turismo bajo cero
Aunque pueda parecer sorprendente, Oymyakon atrae a turistas aventureros que desean experimentar las temperaturas más extremas del planeta. La experiencia incluye recorridos en trineos tirados por perros y la oportunidad de interactuar con la comunidad local.
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A pesar de los retos, los habitantes de Oymyakon han encontrado formas de adaptarse a su entorno. Su vida es un ejemplo de resiliencia y capacidad humana para sobrevivir en condiciones extremas. Este pequeño pueblo no solo es un lugar único por su clima, sino también por la fuerza de su gente, que sigue adelante en un entorno que parecería imposible para muchos.