Los demócratas saben que ni bien Donald Trump se acomode una vez más en la Casa Blanca Ucrania estará mucho más sola. Por eso, la administración del presidente Joe Biden está intentando apurar algunos gestos de ayuda, consciente de la fractura que provocará su inminente desembarco.
Incluso cuando esa vocación, animada por las mejores intenciones, derive en más daños colaterales que alivio como ocurrió con la autorización del uso de armas de largo alcance que reclamaba Kyiv y desató una espiral de violencia.
Ahora, Biden comunicó al Congreso que perdonará a Ucrania u$s 4.650 millones. Se trata de parte de un préstamo por un total de u$s 9.000 millones, aprobado dentro del paquete de ayuda de u$s 60.000 millones que EE.UU. autorizó a fines de abril de este año.
Un paquete trabado por los republicanos y una sugerencia de Trump
La idea de que el paquete, destinado a ayuda militar, incluyera un préstamo, fue de hecho un idea que propuso Trump como una vuelta de tuerca a la ley.
El proyecto estaba escandalosamente trabado hacía meses por los republicanos, que insistían en que los nuevos fondos estuvieron atados a más acciones contra la inmigración ilegal.
Finalmente, el préstamo fue incluido pero con una provisión que estipulaba que la administración podía dar la deuda por cancelada. Biden está en condiciones de perdonar ahora el 50% y la otra mitad después de enero de 2026, aunque ya no estará en el cargo.
De oponerse a la decisión del presidente, el Congreso puede votar una resolución de desaprobación para bloquear la medida. Un senador, sin ir más lejos, ya aseguró que presentaría el proyecto.
Ambas cámaras deberían aprobarlo pero con un Senado bajo control demócrata tiene pocas chances. Además, Biden siempre puede vetarlo.
Más apoyo militar en camino y la demonización de Biden
La administración también se comprometió a un nuevo paquete de asistencia en seguridad por u$s 275 millones, incluyendo minas terrestres antipersonal.
A su vez, el préstamo es algo separado de los casi u$s 9.000 millones que aún restan y que la administración prometió desembolsar en asistencia en armamento durante el mandato.
Unos u$s 7.000 millones se gastarían principalmente en provisiones de armas del stock de EE.UU., un desafío para el Pentágono en momentos en que algunos misiles críticos y otros sistemas ya están en niveles bajos.
El resto del financiamiento irá a contratos de defensa para enviar a Ucrania armas en cuanto estén listas. Por supuesto que Trump podría llegar a decidir cancelar algunos de esos contratos a un cierto costo.
Desde que se produjo la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, el Congreso de EE.UU. ya aprobó más de u$s 175.000 millones en ayuda, sobre todo militar.
Trump tiene una lectura retorcidamente conspirativa de la estrategia de Biden. Los republicanos, en general, creen que la última movida de permitir el uso de armamento capaz de penetrar en territorio ruso fue una jugada política.
Lo acusan, sin vueltas, de escalar la guerra antes de irse.