25 de marzo 2025 - 12:10hs

Lo que importa

  • El Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea buscan acelerar el proyecto del euro digital, motivados por el nuevo contexto geopolítico.

  • El BCE ya tiene definidos los aspectos técnicos para el euro digital, pero aún requiere el desarrollo de un marco regulatorio.

  • El proyecto prioriza la participación de proveedores europeos, excluyendo explícitamente a las tecnológicas estadounidenses y de otras regiones.

  • Se espera que el euro digital sea utilizado en pagos entre particulares y en comercios, pero no estará disponible para personas jurídicas.

  • El BCE ve en el euro digital una herramienta para mejorar la autonomía monetaria de Europa frente a las criptomonedas respaldadas por Estados Unidos.

Contexto

¿Por qué se excluye a proveedores no europeos?

Una de las decisiones más destacadas del BCE es la de excluir a los proveedores tecnológicos estadounidenses del proyecto del euro digital. Esta decisión busca evitar que empresas como Visa, Mastercard o Apple, que dominan el mercado de pagos digitales, participen en un proyecto que es fundamental para la soberanía de Europa. A pesar de que estas compañías han sido históricamente las principales proveedoras de tecnología para la banca, el BCE ha optado por vetarlas con el objetivo de asegurar que la infraestructura del euro digital sea gestionada únicamente por empresas europeas. La exclusión de proveedores estadounidenses también responde a un imperativo geopolítico, con la intención de reducir la influencia de Estados Unidos en los sistemas financieros clave de Europa. Además, al limitar la participación de actores externos, se busca fortalecer la posición de los bancos europeos y aumentar la competitividad del sector frente a grandes corporaciones tecnológicas globales.

¿Por qué es relevante que el BCE apure el proyecto del euro digital?

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La aceleración del proyecto responde a la necesidad urgente de Europa de reducir su dependencia tecnológica de actores externos, particularmente de Estados Unidos. Este esfuerzo viene en respuesta a un contexto geopolítico cada vez más tenso, con la invasión de Ucrania y las políticas del gobierno de Donald Trump, que acentuaron la desconexión entre Europa y Estados Unidos. El reciente aislamiento de Rusia del sistema de pagos Swift, por ejemplo, ha subrayado la vulnerabilidad de depender de proveedores no europeos en una infraestructura tan crítica. El BCE quiere evitar que empresas de fuera de Europa controlen una herramienta clave para la autonomía económica y monetaria de la región.

¿Cómo funcionará el euro digital?

El euro digital está pensado como una versión electrónica del efectivo, diseñada para complementar el dinero físico en operaciones cotidianas. Su implementación permitirá a los ciudadanos realizar pagos entre particulares, en comercios y a la administración, sin necesidad de recurrir a monedas o billetes. Para usarlo, los ciudadanos deberán crear un monedero digital a través de bancos o autoridades financieras designadas, con la opción de cargarlo desde una cuenta bancaria o mediante efectivo. Aunque el BCE ha subrayado que esta moneda no es una criptomoneda y que estará respaldada por el banco central, lo que garantiza su estabilidad, se trata de un sistema que busca minimizar el control externo sobre los pagos dentro de Europa.

¿Cuál es la principal preocupación del BCE con las criptomonedas y las stablecoins?

El BCE está particularmente preocupado por la creciente popularidad de las stablecoins vinculadas al dólar estadounidense, pues estas representan una amenaza directa a la autonomía financiera de la zona euro. Las stablecoins, respaldadas por empresas y gobiernos fuera de Europa, podrían comprometer la estabilidad de la política monetaria europea y dificultar el control sobre la inflación. Por ello, al acelerar el desarrollo del euro digital, el BCE quiere asegurar que la infraestructura de pagos sea completamente independiente de actores externos, como las grandes tecnológicas de Estados Unidos, para que Europa pueda proteger su autonomía estratégica y mantener el control de su sistema monetario.

Cómo sigue

El siguiente paso crucial en el desarrollo del euro digital es que el Parlamento Europeo se pronuncie sobre el marco regulatorio propuesto. Aunque el BCE tiene todos los aspectos técnicos del proyecto listos, la normativa es lo que permitirá avanzar a la siguiente fase. Para evitar que el proceso se alargue innecesariamente, el BCE está acelerando los plazos, con la esperanza de que se pueda dar forma al proyecto una vez que la política lo apruebe.

El BCE ya ha realizado preselecciones de proveedores tecnológicos, todos europeos, pero aún no puede lanzar oficialmente la licitación hasta que se logre la aprobación completa del proyecto. La exclusión de proveedores estadounidenses y no europeos es un componente esencial de este plan, y se espera que esta decisión refuerce la independencia tecnológica y económica de Europa. A pesar de algunas resistencias en ciertos sectores bancarios, especialmente en Alemania, el BCE confía en que la implementación del euro digital ofrecerá beneficios competitivos a los bancos y fortalecerá su posición frente a los actores globales.

En los próximos meses, se decidirá el límite mensual de uso del euro digital, fijado provisionalmente en 3.000 euros. Este límite es una de las muchas normativas que aún se están definiendo y que asegurarán la operatividad segura y justa del sistema. Con estos pasos, el BCE busca garantizar que el euro digital se convierta en una herramienta eficaz y de confianza para los ciudadanos europeos, al mismo tiempo que refuerza la soberanía económica del continente frente a las influencias externas.

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