El submarino ruso Novorossiysk, conocido por su alta tecnología stealth y su capacidad para pasar inadvertido, fue interceptado por la Armada Española al sur de las islas Baleares en una operación de vigilancia y disuasión.
Este buque, perteneciente a la flota del Mar Negro, transitaba desde el Mediterráneo Oriental hacia el norte de Europa.
Cómo es el submarino Novorossiysk
El Novorossiysk forma parte de la clase Varshavianka, también conocida como clase Kilo mejorada, y es denominado por la OTAN como un "agujero negro en el mar" debido a la dificultad para detectarlo.
Botado en 2015 en San Petersburgo, este sumergible de 76 metros de eslora y capaz de sumergirse a 300 metros de profundidad, está equipado con seis tubos lanza torpedos de 533 milímetros y minas, lo que lo convierte en una poderosa herramienta de guerra.
Su tecnología stealth le permite detectar objetivos a distancias tres o cuatro veces mayores que las de submarinos análogos de otros países, consolidándolo como una amenaza en el escenario naval internacional.
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Operación de seguimiento y disuasión
El buque de acción inmediata (BAM) Tornado de la Armada Española localizó al Novorossiysk en aguas cercanas al sur de Baleares. Desde ese momento, el BAM desplegó una operación de vigilancia y seguimiento que continuó hasta que el submarino llegó a la zona de responsabilidad portuguesa.
Posteriormente, al acercarse a aguas gallegas, la fragata Blas de Lezo retomó el seguimiento del submarino ruso. Este monitoreo concluyó cuando la responsabilidad fue transferida a un buque francés al entrar en aguas del país vecino.
Contexto geopolítico
El paso del Novorossiysk por el Mediterráneo se produce en un momento de tensión internacional, especialmente tras la incertidumbre sobre el futuro de la base naval rusa en Tartús (Siria) tras la caída del régimen de Bachar el Asad en diciembre de 2024. Este tipo de despliegues pone de manifiesto la importancia del control y vigilancia en las rutas marítimas del Mediterráneo y el Atlántico, zonas clave para la OTAN.
El Novorossiysk no solo destaca por su capacidad de camuflaje, sino también por su potencia ofensiva. Equipado con tecnología avanzada, puede realizar operaciones de ataque y defensa con un nivel de precisión único. Esto lo convierte en un punto de interés estratégico para la OTAN y una prioridad para las operaciones de vigilancia de las fuerzas aliadas.
La respuesta de la Armada Española
La actuación del BAM Tornado y la fragata Blas de Lezo subraya el compromiso de la Armada Española con la seguridad en aguas nacionales e internacionales. Estas operaciones de vigilancia no solo refuerzan la soberanía marítima, sino que también envían un mensaje claro sobre la capacidad de respuesta ante posibles amenazas.