Europa es un polvorín que está a punto de estallar. Sólo es necesario que alguien encienda la mecha y se siente a esperar que el efecto contagio haga lo suyo, si es que nadie toma antes alguna medida drástica para evitarlo.
El mundo se sorprendió por el pogromo desatado el jueves en Ámsterdam por militantes pro-palestinos bajo el lema “Noche de cacería de judíos”, que fue llevado a cabo contra simpatizantes israelíes del Maccabi Tel Aviv que habían llegado hasta la capital de los Países Bajos para presenciar el partido de su equipo contra el Ajax por la Liga de Campeones de fútbol.
Sin embargo, la única sorpresa es que esto no haya ocurrido antes allí, en Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Irlanda o España, donde la exacerbación del antisemitismo ha alcanzado niveles nunca vistos desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial tras la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás el 7 de octubre de 2023.
El caldo de cultivo se ha venido gestando a lo largo del último año en las manifestaciones pro-palestinas en las calles y universidades que se sucedieron unas tras otras en las principales capitales europeas.
Allí, se llamaba públicamente a la desaparición del Estado de Israel y al aniquilamiento de millones de judíos bajo el lema “desde el río hasta el mar”, con el apoyo de partidos de izquierda y gobiernos como los de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.
A esto, hay que sumarle la repetición constante de las mentiras generadas por Hamás sobre la cantidad de víctimas y el supuesto “asesinato” de niños en la Franja de Gaza, que muchos medios de comunicación masiva han venido propalando tras el ataque del 7 de octubre sin siquiera chequear la veracidad de la información.
Sólo faltaba que alguien tomara la decisión de salir a hacer “justicia” por mano propia u organizara a algún grupo de desaforados que buscara vengar a las “víctimas” palestinas atacando a cualquier judío que se le cruzara por delante o a alguna de sus instituciones en una ciudad europea.
"Levántense, no tengan miedo"
Preocupado por esta situación, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, instó a los miembros de la diáspora a despertar de su letargo y movilizarse.
“¡Levántense, no tengan miedo. Muéstrense orgullosos y hagan retroceder a los antisemitas. No dejen que les ganen. No se oculten. Sean fuertes!”, afirmó durante una entrevista televisiva el 27 de octubre, en un intento por contrarrestar una posible ola de violencia.
Lo más grave del caso es que una agresión se haya tornado algo esperable, lo que demuestra que el odio antisemita de algunos grupos ha estado latente en estas sociedades durante décadas y que sólo se ha mantenido oculto, porque expresarlo en público era políticamente incorrecto.
El wokismo, promovido por la izquierda europea, ha llevado a que este sentimiento se normalizara, escudado detrás del anti-israelismo y que se convirtiera, incluso, en una bandera a seguir por multitudes de fanáticos enardecidos, al igual que lo hacían los nazis en los años previos a que se desatara la Shoá en Alemania.
Tan cerca de la casa de Ana Frank
Volver a ver a los judíos corriendo por las calles de Ámsterdam, a unos pocos kilómetros de la casa de Ana Frank, perseguidos por hordas de delincuentes neerlandeses deseosos de derramar su sangre, remite directamente a lo ocurrido durante el Holocausto en la mayoría de los países del Viejo Continente, donde muchos de sus ciudadanos colaboraron con los SS alemanes para delatar a las víctimas que serían enviadas, luego, a los campos de concentración y exterminio.
La imagen de los israelíes golpeados a trompadas y patadas en el suelo y arrojados a las vías del tren recuerda también los hechos ocurridos durante la “Noche de los cristales rotos”, cuando los nazis salieron a destruir los negocios y edificios de sus antepasados en Alemania y Austria en 1938, del que justamente este 9 de noviembre se cumplieron 86 años.
Aterrado por estos eventos, el rey de los Países Bajos, Guillermo Alejandro, salió a condenar los hechos con una frase que es todo un símbolo de la ceguera con la que Europa está viviendo el polvorín sobre la que está sentada. “Fallamos a la comunidad judía de los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial, y anoche fallamos de nuevo”, sostuvo.
El antisemitismo en las banderas de París
Un día antes del pogromo de Ámsterdam, los aficionados del club París Saint Germain (PSG) habían desplegado, previo al inicio del partido que jugó contra el Atlético de Madrid en el estadio Parque de los Príncipes por la Liga de Campeones, una bandera de 50 x 20 metros con el lema “Palestina libre” que incluía letra “I” de Palestina con la forma del mapa de Israel, cubierto totalmente por una kefiá.
Enterado de estos hechos, el ministro del Interior de Francia, Bruno Retailleau, afirmó que la presencia de esa pancarta era “inaceptable”. Sin embargo, el club propiedad del emir de Qatar, Tamim Bin Hamad Al Thani, uno de los países a los que se acusa de ser financistas de Hamás, no recibió ninguna sanción de su gobierno ni de la UEFA.
¿Están dadas las condiciones para que el equipo de baloncesto del Maccabi Tel Aviv se presente el 3 de diciembre en París para enfrentar al PSG por la Turkish Airlines EuroLeague ante esta clase de demostraciones de odio que incitan los seguidores de esa institución y que no tuvo ningún tipo de condena de sus dirigentes?
¿Será un evento deportivo el desencadenante del próximo ataque antisemita en alguna localidad europea o la mecha ya se ha encendido para que cualquiera pueda volcar su sed de violencia contra los judíos en las calles cuando lo desee?
Por eso, el rabino principal neerlandés, Binyomin Jacobs; la presidenta de las Comunidades Judías de los Países Bajos del Ipor, Ellen van Praagh; y el titular de la Asociación Judía Europea, rabino Menachem Margolin, emitieron un comunicado para alertar a los políticos sobre el desatarse que puede llegar a desatarse en el Viejo Continente.
“Le decimos al gobierno holandés y a los gobiernos de toda Europa: despierten. El cáncer del odio a los judíos está azotando al continente. A partir de ahora no podemos seguir como de costumbre en lo que respecta a la lucha contra el antisemitismo”, afirmaron.
De las medidas que tomen los gobiernos en cada uno de sus países, dependerá que esto ocurra o no.
Pero, antes, deberán dejar a un lado el sueño wokista en el que están sumidos desde hace años y darse cuenta de que aún están a tiempo de revertir esta situación antes de que sea demasiado tarde.