El acercamiento entre Estados Unidos y Rusia, que este martes "sentaron las bases" en Riad para iniciar un diálogo que conduzca a terminar la guerra en Ucrania, levantó alarmas en Europa, marginada de las negociaciones y temerosa del futuro de la seguridad en el continente en el nuevo marco geopolítico diseñado por el presidente Donald Trump.
Los líderes europeos se reunieron el lunes de urgencia en París para unificar respuestas para pararse frente a la nueva alianza Washington-Moscú, pero el encuentro fue un intercambio de opiniones y exhibió las diferencias entre los países, especialmente en lo que respecta al futuro de la seguridad en Ucrania.
Si EEUU negocia con Rusia las condiciones de una paz en Kiev dejando afuera los intereses de Ucrania y de Europa, lo que hoy es un escenario posible, el reloj corre para el viejo continente, que deberá enfrentar una situación inédita con la ruptura de la alianza transatlántica.
El presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, insiste estos días en que un acuerdo de paz con Rusia requeriría el despliegue de tropas extranjeras en su país para garantizar la seguridad, mucho más en caso de que se confirme que le cierran la puerta a una adhesión a la OTAN.
"¿Quién ofrecerá las garantías de seguridad? Es necesario para evitar que esta horrible guerra se repita. No es que tengamos miedo al ejército ruso, pero toda guerra causará mayores pérdidas", dijo este martes Zelenski junto a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
Y añadió: "La Unión Europea o Estados Unidos podrían habernos dado la esperanza de ser miembro de la OTAN, pero no veo a Estados Unidos, ni a algunos de sus interlocutores europeos, a favor de que seamos miembros. Esto quiere decir que están en sintonía con los deseos de política exterior de Rusia".
El desaliento del líder ucraniano se asienta también sobre la división en Europa en torno a un eventual despliegue de tropas para dar protección al país sumamente debilitado por el ataque ruso, que se exhibió con claridad en la reunión del lunes que tuvo como anfitrión a Emmanuel Macron.
Qué países apoyan el envío de tropas a Ucrania
El Reino Unido fue contundente en su respaldo a mantener la seguridad en Kiev con la presencia de fuerzas militares de paz en el país.
El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, que la semana próxima visitará a Trump en Washington y que busca jugar un papel de facilitador entre Estados Unidos y los europeos, se dijo dispuesto a desplegar tropas en Ucrania "si fuera necesario" para "contribuir a las garantías de seguridad".
"Europa debe desempeñar su papel y estoy dispuesto a considerar la posibilidad de comprometer fuerzas británicas en el terreno junto con otras si se llega a un acuerdo de paz duradero", detalló Starmer.
A esa mirada se sumó Suecia, que aseguró que "no descarta" enviar militares a Ucrania si se da "una paz justa y duradera", lo que en la mirada de Europa significa con la presencia del viejo continente y de los ucranianos en la mesa de negociaciones.
Quiénes aseguran que es una decisión "prematura"
Ya Francia, Alemania y España unieron sus voces para indicar que cualquier discusión sobre un despliegue militar es prematura porque Kiev aún está en guerra.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, sostuvo este martes que esa cuestión solo podrá plantearse cuando se llegue a un acuerdo de paz. El envío de tropas a Ucrania "no es una cuestión que se plantee ahora", aseguró en una entrevista radial.
"La realidad es implacable. Sólo los ucranianos podrán decidir dejar de combatir cuando llegue el momento y no lo harán más que cuando tenga la certidumbre de que la paz que se alcance es duradera. ¿Y cómo tendrán esa certidumbre? Únicamente si tienen garantías de que no volverán a ser agredidos", explicó el ministro de Macron, y añadió que quienes aportarán esas garantías "serán los europeos" que "estarán en torno a la mesa (de negociaciones) en uno u otro momento".
Al salir del encuentro el lunes en el Elíseo, el canciller Olaf Scholz tildó de "altamente inapropiado" y "prematuro" el debate en torno al despliegue de tropas de paz en la exrepública soviética.
"Es un debate inadecuado en un momento erróneo y sobre un tema erróneo", agregó y enfatizó que todavía no se ha alcanzado la paz, puesto que Ucrania está sumida en una "guerra brutal".
La misma postura adoptada por España, que expresó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa al concluir la cita de París.
"Todavía estamos en guerra en Ucrania, hay soldados allí defendiendo la independencia y la seguridad de su país, y el modelo europeo. No se han dado todavía las condiciones de paz para pensar en ello", aclaró el líder socialista español, que afronta internamente el debate de si debe aumentar el presupuesto dedicado a Defensa, actualmente por debajo del 2% que quiere la UE.
Tampoco se mostró favorable a discutir el envío de tropas de paz para garantizar un eventual acuerdo de paz negociado por EEUU y Rusia, el primer ministro polaco, Donald Tusk, que aseguró que Varsovia no planea "enviar soldados polacos a Ucrania".
El aumento del gasto en Defensa
En lo que están de acuerdo los líderes europeos es en que cualquier acuerdo de paz debe implicar a Ucrania y debe ser duradero, para que no incite a Rusia a volver a atacar en el futuro.
También coinciden en la necesidad de aumentar los gastos en Defensa con un incremento de los presupuestos militares, empujados por las declaraciones de Trump que insiste en que Europa debe hacerse cargo de la seguridad en su continente y por el temor de que Rusia busque extender el conflicto más allá de Ucrania.
"Necesitamos una mentalidad de urgencia, necesitamos un impulso en defensa", dijo días atrás la presidenta de la Comisión Europea (CE), Úrsula Von der Leyen, que propuso excluir el gasto en Defensa de las reglas fiscales de los Veintisiete, es decir reactivar una 'cláusula de escape' utilizada para aumentar los recursos durante la pandemia de coronavirus. Esa apuesta a la flexibilización recibió el apoyo de Scholz y Sánchez.