La XXIX Cumbre Iberoamericana que concluye este viernes en Ecuador será recordada por la ausencia casi completa de presidentes latinoamericanos, lo que marca el desinterés político por las discusiones regionales en estos tiempos y la decisión de varios mandatarios de privilegiar --además-- otros foros regionales.
El único presidente de América Latina en la convocatoria en la ciudad de Cuenca que comenzó ayer fue el anfitrión Daniel Noboa, y las presencias europeas de peso se redujeron al rey Felipe VI de España; al presidente de Portugal, Rebelo de Sousa; y al presidente del Gobierno de Andorra, Xavier Espot Zamora.
De menor rango, estuvieron el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa; ocho cancilleres y representantes del resto de las delegaciones.
Entre ellos, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien pidió hacer "un esfuerzo para diluir las diferencias" que puedan separar a los países, en consonancia con el rey Felipe VI.
"Se hace necesarios generar estos espacios donde, desde el respeto mutuo, nos hablarnos de igual a igual y encontramos soluciones a los problemas que afectan a la vida diaria de nuestros ciudadanos y al ejercicio de sus derechos fundamentales", pidió Albares en la cumbre con menor presencia de jefes de Estado desde 1991, cuando se inició el foro.
Los presidentes ausentes
Ni el presidente de Argentina, Javier Milei, ni sus pares de Chile, Gabriel Boric; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; Colombia, Gustavo Petro, entre otros, viajaron a Ecuador, por motivos diversos.
En algunos casos privilegiaron otros encuentros, como Milei, que viajó a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en Mar-a-Lago, en Miami, donde se encontró con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, con quien mantiene fuerte afinidad política.
Argentina estuvo representada en Cuenca por su embajador en Ecuador, Eduardo Alejandro Acevedo Díaz.
Pero no fue el único mandatario que optó por estar presente en otros foros que se realizan por estos días o en los próximos y que consideran de mayor relevancia como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP29) en Bakú, la Cumbre del G20 en Río de Janeiro y la Cumbre de Líderes del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) en Lima.
Es el caso del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que dio presente en Bakú para discutir los problemas del cambio climático tras el desastre que provocó la DANA en Valencia con un saldo de más de 200 muertos por las inundaciones. Sánchez irá al G-20 de Rio pero se ausentó de Cuenca para seguir de cerca las consecuencias del trágico temporal.
Boric, por su parte, viajó con su canciller a la cumbre de APEC, en una muestra del interés que Asia, y especialmente China, despierta en la región.
En el caso de Lacalle Pou, la excusa fue la carrera para definir a su sucesor en el balotaje de finales de noviembre, y los mandatarios de Colombia y Panamá quedaron afectados al seguimiento de las recientes inundaciones.
Distinta fue la situación de México, Nicaragua y Venezuela, que se sabía de antemano no acudirían a Cuenca ya que los tres países rompieron las relaciones diplomáticas con Ecuador tras el asalto a la embajada de México en Quito para detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas.
"Estamos viviendo momentos duros para Iberoamérica, y tenemos la responsabilidad, como jefes de Estado, de sacar adelante la región", dijo Noboa en el inicio de sesión plenaria este viernes.
Pero fue el líder de los empresarios españoles, Antonio Garamendi, quien se refirió sin vueltas al fracaso de la Cumbre Iberoamericana, marcada por la ausencia de 18 mandatarios, un récord desde sus inicios a principios de los años noventa.
"Hay que decir que es triste no ver a otros presidentes de América y realmente se les echa en falta”, dijo el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) antes de recibir la presidencia pro-témpore del Consejo de Empresarios Iberoamericanos, cuyo foro se celebró en paralelo al de jefes de Estado.
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Las palabras del rey Felipe VI
El rey Felipe VI, se expresó sobre las discrepancias políticas entre los referentes de América latina, aunque apostó a dar un mensaje de unidad, de cara a la próxima cumbre que se realizará en España en 2026.
"Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", dijo el rey en el plenario de la XXIX Cumbre Iberoamericana y argumentó que esas diferencias que puedan surgir son "naturales en una relación rica y prolongada" como la que tienen los países latinoamericanos, para luego instar a "saber superar las diferencias".
"En este tiempo vertiginoso que nos toca vivir, de gran complejidad para el multilateralismo, es cuando más falta hace redoblar esfuerzos y no cejar en el empeño de seguir trabajando por consolidar y reforzar el sistema, de profundizar en su alcance y ambición", destacó el monarca, que mantuvo una reunión bilateral con Noboa.
FUENTE: Con información de agencias
