10 de octubre 2024 - 13:36hs

"Sin tantas lesiones, Rafael Nadal sería el mejor tenista de la historia". Es la consideración que firmó en el año 2019 Toni Nadal, tio y entrenador del ganador de veintidós Grand Slam, la persona que más ha tratado y más ha conocido en la intimidad y en el día a día al mayor deportista español de todos los tiempos.

Toni Nadal, clave en la carrera de Rafa que ha anunciado el adiós a su carrera profesional, es el hombre con el que ha compartido la mayoría de los éxitos logrados en las pistas. Estuvo a su lado hasta finales del 2017, cuando optó por dar un paso a un lado y dedicarse a la Academía que su sobrino levantó en Manacor.

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"Creo que si Rafael no hubiera tenido tantas lesiones, probablemente sería el mejor tenista de la historia. Pero sufrió esas lesiones y no hay nada más que decir". Y es que Rafa ha padecido problemas en sus rodillas desde el año 2005, cuando solo llevaba dos años como profesional. Entonces se le detectó una dolencia en el pie izquierdo. Ahí empezó su calvario. Algo con lo que ha tenido que lidiar durante toda su carrera.

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Nunca se sabe qué hubiera pasado si la buena salud hubiera estado más tiempo al lado del tenista español. Pero casi desde el inicio, las lesiones han estado presentes en su día a día. La final del Masters 1000 de Madrid del 2005, ante el croata Ivan Ljubicic, fue uno de los más bonitos en la carrera de Rafael Nadal.

El punto de inflexión en la carrera de Rafael Nadal

El público elevó al máximo, impulsó sin duda con su aliento, al jugador que batalló hasta el final, lesionado, y remontó una batalla épica para lograr el título. Fue un momento imborrable, pero también un punto de inflexión, que marcó la carrera, grande, llena de éxitos del jugador de Manacor que ha cerrado su carrera con veintidós Grand Slam.

"La final del 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva. Pero es uno de los recuerdos más bonitos que he tenido. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido. Al día siguiente no podía ni andar", ha explicado Nadal en varias ocasiones.

Fue en octubre del 2005, en el Rockódromo de la Casa de Campo, en pista cubierta, rápida, al mejor de cinco sets como era habitual entonces en los Masters Series, actuales Masters 1000. Sintió como si el mismo escafoides se partiera en dos. Tenía la enfermedad de Muller-Weiss, una deformidad en el hueso -’bultito’- le llama Nadal. Puso en peligro su carrera. Era el comienzo. Solo tenía un Roland Garros en su palmarés.

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Rafael Nadal se despide del tenis.

Rafael Nadal se despide del tenis.

Esa dolencia condicionó muchas cosas. Provocó la aparición de otras. Durante mucho tiempo padeció las secuelas. Todo podía haber sido distinto sin esa lesión. Y sin otras muchas. En plena puja por ser considerado el mejor de la historia, Nadal lidió con el lastre de las lesiones. Más que el Roger Federer y que Novak Djokovic, los otros componentes del ‘Big Three’ con los que disputó directamente, el triunfo en cada competición durante veinte años.

El balear ha sufrido lesiones en el hombro, tendinitis en ambas rodillas, dolencia en la espalda, lesiones abdominales, en el psoas izquierdo, en las costillas, en la cadera, en las muñecas…. Los datos indican que Rafael Nadal triplica a Djokovic en el número de dolencias sufridas y tuvo diez más que el suizo Roger Federer hasta su retirada.

Cuenta el serbio con ocho lesiones significativas que le han hecho ser baja en tres Grand Slam, aunque se perdió alguno más en la época del covid 19 y su negativa a vacunarse. Federer asume catorce dolencias que le apartaron de ocho majors. El historial de Nadal es más amplio.

El tenista español ha contado con hasta veinticuatro lesiones desde el 2002. Ha sido baja en diecisiete Grand Slam. De hecho, han terminado por ser las lesiones las que han obligado al manacorí de 38 años a asumir el punto y final a su carrera profesional.

Desde el 2023, en el que apenas pudo competir, que fue en blanco en su carrera, nada ha sido igual para el jugador español. Cada intento ha sido una marcha atrás. Procuró regresar, intentarlo otra vez en el 2024, en el torneo de Brisbane. Pero salió malparado, con una dolencia en la costilla. Y tuvo que frenar.

Nada ocurría en este 2024 como había planeado el español que ya empezaba a pensar más en su adiós que en objetivos. No volvió, desde Brisbane, a jugar hasta el inicio de la temporada de tierra. Los Juegos Olímpicos pasaron a ser una prioridad. Lo intentó en Barcelona, en Madrid, en Roma, en París. Pero no lograba acumular las horas de pista necesarias para recuperar las sensaciones que buscaba.

Así acudió a los Juegos, su ilusión, en Roland Garros, su segunda casa. Y tampoco ocurrió lo que pretendía. Ahora después de no competir desde aquél julio, pretende regresar en la Copa Davis, en Málaga. Es su objetivo. Su adiós, el final.

FUENTE: EFE

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