Un hombre ha presentado un reclamo ante el Servicio Andaluz de Salud (SAS), solicitando una indemnización de 165.000 euros, argumentando que la operación a la que fue sometido para tratar su disfunción eréctil no cumplió con sus expectativas, ya que su pene no alcanzó los 17 centímetros tras la intervención.
El paciente, quien se sometió a una cirugía para implantar una prótesis hinchable de pene, sostiene que el resultado no cumplió con "los parámetros de tamaño" deseados. Tres años después de la primera operación, decidió someterse a una segunda intervención para retirar la prótesis, alegando su mal funcionamiento. Para respaldar su reclamo, presentó un informe que señalaba como "única solución" la colocación de una nueva prótesis.
El Consejo Consultivo de Andalucía (CCA), organismo encargado de analizar su reclamación, emitió un informe desfavorable. Según el informe pericial del jefe de Urología del hospital Clínico San Cecilio, donde se realizaron las intervenciones, la prótesis implantada funcionaba correctamente, tal como se verificó mediante una resonancia magnética. El problema, según el especialista, radicaba en la insatisfacción del paciente con el tamaño del pene tras la erección y su dificultad para adaptarse al uso de la prótesis.
LA PRÓTESIS NO ERA PARA AUMENTAR LA LONGITUD
El informe también subrayó que la prótesis no estaba destinada a aumentar la longitud del pene, sino a garantizar la erección. Durante el proceso médico, al paciente se le proporcionó información detallada, incluyendo láminas explicativas, para aclarar la diferencia entre la longitud de la prótesis y su efecto en el tamaño del pene. Asimismo, se le explicó en reiteradas ocasiones que el cambio de prótesis no implicaría un aumento en la longitud del órgano.
Finalmente, el Consultivo desestimó la reclamación de indemnización, concluyendo que la atención médica fue adecuada en todo momento y que el paciente había dado su consentimiento informado antes de las intervenciones.
Este caso, que comenzó en diciembre de 2016 con la primera intervención en el hospital Clínico San Cecilio de Granada, se cerró tras la segunda operación, realizada cuatro años después, confirmando que la actuación médica fue correcta y no hubo negligencia.
