Días pasados, se conoció la impactante noticia del hallazgo del pez "Diablo negro" en las aguas de Tenerife. Un pez que se encuentra en las profundidades del mar, a unos 2.000 metros de profundidad en mares tropicales y subtropicales.
El pez legendario cuyo género es Melanocetus, fue encontrado por casualidad por un grupo de científicos que se encontraba trabajando en el lugar.
Según pudo conocerse, el animal murió a las pocas horas de ser sacado del mar y fue trasladado al Museo de Naturaleza y Arqueología (MUNA) para poder estudiar al ejemplar único y su posterior conservación.
Los investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) expertos en océanos, creen que el animal debía tener alguna alteración del sistema sensorial que le produjo una desorientación y lo llevó hasta la superficie. “Son casos muy aislados de alguna enfermedad q “Son casos muy aislados de alguna enfermedad q
ue les hace desorientarse, pero no es algo habitual”, aseguran. “Pero hay que estar atentos, porque si empiezan a aparecer más peces abisales es que pasa algo raro, y últimamente estamos viendo alteraciones de las cadenas tróficas y las corrientes que podrían explicarlo”.
Un monstruo de 6 centímetros
“Mira, ahí hay algo negro”. A bordo de una zodiac, la bióloga Laia Valor fue la primera en avistar una extraña criatura que se movía en el agua a unos 2 kilómetros de la costa en el sur de Tenerife. “Estaba a dos palmos de profundidad y tenía el tamaño de una pelota de ping-pong”, “Estaba a dos palmos de profundidad y tenía el tamaño de una pelota de ping-pong”,
recuerda Marc Martín, el propietario de la embarcación en la que habían salido a avistar tiburones.
Aquel día, Martín decidió dirigir su lancha hacia una línea de deriva, un lugar donde las corrientes convergen y arrastran objetos interesantes. Pero nunca habría podido imaginar que se toparían con un alienígena emergido de las profundidades. “Sus dientes eran un espectáculo”, asegura . “Si el bicho midiera diez metros sería verdaderamente aterrador: por suerte medía unos 6 centímetros”. . “Si el bicho midiera diez metros sería verdaderamente aterrador: por suerte medía unos 6 centímetros”.
El pez que "vino de otro mundo"
Aunque se ha especulado con la posibilidad de que haya llegado a la superficie transportado en las entrañas de un depredador que luego lo escupió, algunos especialistas evalúan la teoría de que llegó escapando de algo. “Es típico observar animales de profundidad por persecución, empiezan a subir y llega un momento en que ya no pueden regresar. Así que más que visitante de otro mundo, diría que es un refugiado de otro mundo”, bromea.
¿Cómo era el pez y dónde se encontró?
El hallazgo de un ejemplar de diablo negro o rape abisal adulto (Melanocetus johnsonii) vivo en aguas superficiales cercanas a Tenerife se convirtió en un fenómeno viral de la noche a la mañana por la rareza del suceso y los interrogantes que plantea. ¿Qué hacía un pez de la zona abisal tan cerca de la superficie? ¿Podía sobrevivir tan lejos de su entorno? ¿Qué ha pasado con él?
Especialistas en biología marina como Laia Valor y Antonio Sabuco, acompañados por el biólogo Marc Martín y el fotógrafo David Jara, conformaban el equipo que detectó la sorprendente presencia del pez casi por casualidad, mientras regresaban de una campaña de muestreo de tiburones. Poco tiempo después del avistamiento, el pez falleció por causas aún desconocidas, pero su breve aparición reabrió la conversación sobre las sorpresas que esconde el medio marino y lo poco que sabemos sobre él.
Un habitante de las profundidades
La especie, identificada como Melanocetus johnsonii, habita en aguas profundas, generalmente entre los 200 y los 2.000 metros de profundidad. Su característica más notable es el apéndice dorsal dotado de bacterias bioluminiscentes, un mecanismo que utiliza para atraer a sus presas en la oscuridad de las profundidades. En condiciones naturales, solo se han registrado larvas o ejemplares en estado deteriorado cerca de la superficie.
El naturalista que lo había dibujado
En el siglo XIX, el naturalista alemán Ernst Haeckel realizó dibujos de criaturas submarinas y, durante un tiempo, fue acusado de inventárselas. Hoy sabemos que estaba en la zona de Villefranche, donde hay un cañón submarino donde ocurre este fenómeno. Así, pudo comprobarse la veracidad de los dibujos de Haeckel, que recogía estos peces de gran profundidad en perfectas condiciones, los colocaba en acuarios y los dibujaba.