Embed - Abel Pintos, Luciano Pereyra - Es ahora (Official Video)
¿Cómo describirían su vínculo antes de la creación de este espectáculo? ¿Cómo se fue gestando esta relación entre ustedes?
Abel Pintos (AP): Colegas de muchos años, no habíamos tenido la oportunidad de compartir tanto fuera del escenario. Entonces el cariño tenía que ver con la admiración, más que con el tiempo compartido en la vida. Esta experiencia nos permitió acercarnos más desde lo personal y descubrir que la admiración y la conexión no eran sólo artísticas, sino que había todo un trasfondo emocional por descubrir. Entonces al día de hoy podemos asegurar de que además de ser buenos colegas, somos buenos amigos.
Luciano Pereyra (LP): El tiempo se encargó de todo esto. Siempre decimos que los tiempos de Dios son perfectos y ahora, a la distancia y viendo esta realidad y este presente, seguimos asentando esa linda frase porque realmente tenía que ser así, después de tantos años de compartir música de manera paralela y que muy pocas veces se hayan cruzado poder hacerlo ahora de esta manera tiene un plus especial, y encima poder compartirlo también desde arriba del escenario. La verdad es que disfrutamos muchísimo de que este proceso se haya dado de esta manera.
¿Y cómo surge la idea de compartir este espectáculo?
LP: Todo es culpa de Abel. La culpa la tiene el Flaco. Porque él tenía que cantar en un estadio y me dice Lucho me gustaría que vengas. Digo sí, genial. Ni la pienso. Pero justo una semana antes que cantemos en tu estadio yo tengo un concierto, ¿te venís? Sí, dale, obvio. Empezamos a cantar una canción y yo cual fan le digo Flaco, cantame una canción. Se pone a cantar y fue tan lindo lo que vimos, sentimos que era tan natural que era lógico que eso tenía que dar y lo disfrutamos tanto que no queríamos que se acabe ese momento de hacerlo juntos. Pero bueno, teníamos la semana siguiente para volver a cantar juntos en el concierto de Abel. Al otro día del concierto Abel me deja un mensaje con una manija total y era como que algo sí o sí tenía que hacer. Me dice: Lucho hagamos algo juntos, no importa nuestros equipos de producción, es el momento de hacer algo juntos, es ahora. Le digo: Flaco, vamos para adelante con todo, después que se arreglen nuestros equipos. De verdad que fue así, fue el momento justo donde sentimos esa necesidad de es ahora. ¿Por qué esperar ahora? Tenemos los tiempos, tenemos las canciones, hay que hacerlo. Y así se dio.
Cuando fueron armando el espectáculo y repasando sus repertorios, ¿qué puntos de encuentro fueron encontrando en sus carreras? Los dos tienen una raíz folclórica y fueron también navegando por las aguas del pop y la balada. ¿Cómo fue ese compartir sus canciones?
AP: Para mí fueron fundamentales dos cosas. En primer lugar, un primer concepto que pudimos generar, que fue algo que planteó Lucho, que teníamos claro esto que acabas de decir vos: nosotros navegamos por distintas aguas, comenzamos con la música folclórica, anduvimos por la música, por el pop y todo esto, y luego también por ser músicos eclécticos pasamos por música que se baila, por música de introspección, por música romántica, de todo. Lo que planteó Lucho fue: repasemos nuestra inherente e inevitable raíz folclórica, repasemos nuestra inherente e inevitable raíz popera, pero generemos un concierto por sobre todas las cosas que le provoque al público irse con alegría. Queríamos pasar por la nostalgia, pero no queríamos que fuera el sentimiento fundamental. Eso fue lo que él planteó y a mí me pareció absolutamente lógico y luminoso. Y después pasó algo muy natural, que fue lo que nos hizo saber que éramos parte de la vida del otro como artistas, que empezamos a pedirnos permiso para cantemos esa tuya que está buenísima y bueno entonces cantemos esta otra tuya que me gusta a mí y al final fue un poco darnos el gusto de cantar la canción que nos gusta del otro con el otro. Fue una especie de tributo en vivo.
LP: Fue una locura hermosa. Se dio siempre tan natural que creo que se nos escapaba de las manos, que Dios ya lo tenía todo programado para nosotros y nosotros solamente teníamos que juntarnos y decir hagamos esto y ya está. Para organizar la lista de temas tardamos 10 minutos, después nos quedamos hablando dos horas de cualquier otra cosa. El show ya tenía el concepto, estaba todo muy todo muy armado. Solo teníamos que subir y cantar. Pero como dijo Abel, esto de las canciones lo soñamos pero el hecho de haberlo hecho realidad fue como muy loco, porque de repente las canciones que me gustan de Abel me las dejó cantar y yo estaba cerrando los ojos -porque los dos cantamos con los ojos cerrados- y de repente yo estaba cantando esta canción que tanto me gusta de él, en un escenario, con el sonido, con el público, y de repente abrís los ojos y lo tenés al dueño de la canción en frente tuyo mirándote. ¡Uy la puta madre! ¿Qué está pasando? Pero desde la admiración. Y decís este tipo me dejó cantar las canciones que me gustan de él, que me han acompañado durante tantos años. Nos dimos cuenta con el tiempo que nos ha acompañado mucho la música del uno al otro y de repente nos unimos para poder compartirla, no sólo entre nosotros sino también con el público que hace tantos años viene acompañando y obviamente acá en Uruguay no va a ser la excepción.
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A veces en la industria se da que con dos grandes cantantes del mismo género se genera cierta rivalidad, al menos para el afuera. ¿Ustedes alguna vez sintieron esa presión o siempre lo vivieron más desde el compañerismo aunque fueran solo colegas?
AP: Nosotros arrancamos muy de chicos, en un momento en el que la música folclórica argentina y latinoamericana tenía un momento de resurgimiento muy explosivo de la mano de Soledad. Entonces sucedieron esas cosas, pero me parece que todos –Lucho, Soledad y yo– siempre tuvimos claro que todo eso tenía que ver con el exterior. Nosotros éramos tres pibes llegados del interior a la capital, o al país, o al mundo, sin poder creer lo que estábamos viviendo. O sea, nos importaba todo tres carajos la verdad. La realidad es que es algo que sucedió, se dijeron un montón de pavadas de los tres y la verdad es que siempre fuimos súper respetuosos de la carrera del otro. En el caso de Lucho y Sole se hicieron muy amigos rápidamente porque tuvieron la oportunidad de compartir mucho, yo pude hacerme amigo de ellos más tarde pero siempre fuimos muy buenos colegas. Son cosas que sucedieron, pero la verdad es que nunca formaron parte de nuestra historia ni mucho menos de nuestra construcción de caminos.
¿Y qué han aprendido el uno del otro durante este proceso de esta residencia y este espectáculo?
LP: Lo que aprendí de Abel es seguir por el camino del profesionalismo. Verlo a cantar a él tan metódico, con su hora previa de foniatría, de clase de canto, teníamos camarines compartidos y yo estaba empezando a vocalizar y de repente escuchaba que él estaba vocalizando y por un momento yo me callaba porque lo quería escuchar. Porque pasa esto que vos lo dijiste muy lindo, estas puertas adentro que para la fuera pueden pensar un montón de cosas, pero en el adentro hay una película muy distinta y muy linda que es lo que pasa por ahí entre bambalinas. De repente yo estaba por subir a cantar a un escenario 360 con Abel y el pibe está vocalizando en el camarín de al lado. Es muy loco. Aprendo día a día y constantemente de su profesionalismo, de su técnica vocal que es increíble, de lo metódico, de lo ordenado que es para con su carrera, pero por sobre todas las cosas sigo aprendiendo de que esto no es otra cosa más que amor.
En la pregunta anterior que hiciste, quizás esta rivalidad o este tipo de cuestiones, quizás las industrias que son sinónimo de números hacen esa rivalidad pero para los seres humanos que hacemos música y tenemos colegas, ahí no hay rivalidad, es como el bloque que tenemos que ir adelante haciendo música porque eso es lo que amamos hacer. Es muy lindo que eso haya pasado, y aunque por ahí más de una vez no habremos estado de acuerdo obviamente con lo que se decía fuera y con con el hecho de decir "tengo ganas de salir a contestar" pero ¿voy a salir a explicar algo que no es? Entonces también aprendí mucho de los de los silencios de Abel, de las pausas que hace arriba del escenario. Porque aparte yo lo veía siempre en la tele o en sus conciertos de los festivales, pero esto es como haces un máster, vos te estás por recibir pero tenés que hacer el máster en vivo y ves todo lo que admiraste del otro en acción, en tiempo real. Eso a mí me sigue motivando también a seguir creciendo y a seguir aprendiendo.
AP: Muy en viceversa. Tiene mucho sentido todo lo que dice Lucho porque de alguna manera se sabe que uno se construye desde uno mismo y también se construye a partir de la gente con la que se rodea y de los espejos en los que se refleja. Lucho ya había sido parte de mi contexto musical durante muchos años y yo había podido observarlo y aprender muchas cosas desde la admiración que sentía, desde lo que veía de afuera, pero luego estar en primera fila en una experiencia directamente personal y profesional nos dio la oportunidad como bien lo relató Lucho, de aprender un millón de cosas, incluso cosas que ni siquiera sabíamos que necesitábamos aprender de alguien más. Entonces, mucho de lo que vi de Luciano arriba del escenario y abajo del escenario me habló de él y me habló de mí mismo también. Es un ejercicio emocional maravilloso, complejo, porque la verdad es que uno tiene que dejar su ego a un lado y poder aceptar las cosas propias que están resonando en el otro y que son mensajes que nos están viniendo a través del otro. Complejo pero maravilloso como ejercicio. Yo también aprendí muchas cosas de él, de toda índole, profesional y personal. Creo que más personal que profesional todavía, porque esa es la raíz de las cosas, al final el artista es un producto de lo que primero viene como persona.
A lo largo de su carrera a ambos los ha atravesado la fe, me gustaría saber cómo los guía en su carrera musical o qué influencia tiene.
LP: Para mí no es una influencia solamente musical, nos influye en nuestra vida. La profesión es una consecuencia más de lo que hacemos en nuestra vida cotidiana, eso lo hablamos mucho también, desde que nos levantamos hasta que te vas a dormir. Todo es saber que hay una creación hermosa, del cual encima por el lapso que tenemos de estar en este plano lo podemos disfrutar, lo podemos sentir, nos da la posibilidad también de compartirlo con mucha gente. Hacemos música porque nos emociona, porque nos encanta, y al compartirlo con el público sabemos nos hacen sentir que ellos también lo disfrutan y que lo pueden vivir de la misma manera. Hay un estudio donde dice que cuando uno canta con la otra persona la frecuencia cardíaca se nivela porque respiran y exhalan al mismo tiempo. Entonces imagínate que haya una conexión anatómica, desde el corazón, donde están latiendo al mismo ritmo con tu partener con el que estás cantando ahí. Si vos te das vuelta, hay 10.000 personas en el Luna Park y si Dios quiere va a ser lo mismo en el Antel Arena, que vamos a estar en la misma frecuencia cardíaca. Si eso no es obra de Dios y el poder ver, el respirar, el sentir, agarrar una guitarra, poder cantar, si eso no es Dios, ¿qué es? Me parece que a nosotros nos va más o menos por ahí.
Hay algo que también me parece muy interesante de este show, que es poder ver el disfrute y la esencia amistosa entre dos artistas masculinos sobre el escenario. Todavía hay cierto prejuicio en alguna gente al ver a dos hombres cantando y divirtiéndose juntos, ¿lo han sentido?
AP: Nada, en absoluto, todo lo contrario. Se vendieron 250.000 tickets en un mes. O sea, si hay algún tipo de prejuicio no nos enteramos de ninguna manera. (Risas)
Hay comentarios en redes que juzgan la sexualidad de la persona desde ese prejuicio, alrededor de ver a dos hombres disfrutando de una amistad
LP: Es más importante la vida real que la vida de las redes. Es mucho más entretenida. Que la gente por ahí diga lo que quiera decir a través de una red. Es más importante la charla que estamos teniendo ahora los tres. Prejuicios no existen y ponele que si hay algo que tenga cierto prejuicio, estamos en el 2024, relájense, los prejuicios no existen. Abel y yo tenemos muy claro lo que somos, lo que amamos, lo que queremos cada uno, la familia que hemos formado cada uno. Vos bien lo dijiste, son prejuicios, nosotros nos dedicamos, subimos arriba al escenario nos damos un abrazo, un beso, salimos a cantar y lo compartimos con el público. El prejuicio pasa ahí a un quinto o sexto plano, si es que existe un plano.
El próximo 26 de febrero llegan a Uruguay, ¿qué esperan al presentarse por primera vez juntos con este show en Montevideo?
AP: Lo que nosotros perseguimos con este show es que la gente se vaya sintiendo un shot full de alegría y la energía que eso provoca. Proponemos un viaje emocional a lo largo del concierto. Es un concierto de dos horas, navegamos por todas las aguas que nosotros hemos navegado como artistas pero por sobre todas las cosas buscamos generar un shot de alegría. Fundamentalmente porque eso es lo que a nosotros nos provoca. Cuando digo buscamos, me refiero a buscar la forma de poder transmitir lo que a nosotros realmente nos está pasando. La alegría que nos provoca hacer esto es enorme y es lo que queremos que el público también experimente. Así que ta, artísticamente van a ver un show de dos horas, canciones de todas nuestras épocas. Esto es un dúo. Esto no es un dos por uno, no es Abel cantando por su lado y Luciano por el suyo, después vemos qué cantan juntos, esto es un dúo compartiendo e interactuando constantemente. Es una nueva forma de interpretar nuestras canciones. Hay una cosa de reversión. Es un show 360 con el escenario en el medio del estadio.
LP: Me río porque estoy viendo cómo nos vamos mimetizando ya con Uruguay. Metiste el ta real uruguayo, se te metió el ta uruguayo. No lo podía dejar pasar, boludo. Te faltó el bo.
AP: Vamo arriba, bo.
LP: Te faltó el botija ahí.
AP: No, aparte es un show que está salado. Mis amigos uruguayos saben que mi pie uruguayo favorito es el salado. Me parece espectacular. Salado es tremendo. Y demás, está demás también me parece increíble. Bueno, nada, eso es el show y eso es lo que vamos a compartir con el público de Uruguay. Así que ta, están invitados.