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15 de febrero 2025 - 5:00hs

A Vidal el nombramiento la encontró como directora del Centro de Exposiciones Subte, el espacio expositivo de la Intendencia de Montevideo ubicado en la Plaza del Entrevero, un lugar a donde ingresó hace más de un lustro por concurso, aunque no era el primer espacio público que se encargaba de comandar. Antes había liderado durante diez años el Espacio de Arte Contemporáneo, creado en 2009 por la DNC de Hugo Achugar, y antes de eso había trabajado desde 2005 bajo las órdenes de Luis Mardones, también en la dependencia que, a partir del 1° de marzo, pasará a dirigir. Está claro que esas oficinas, entonces, no le son ajenas. Y de cara al momento de volver, ya tiene su equipo de referentes armado: Valeria Tanco coordinará el Instituto de Letras, Martín Craciun el de Artes Visuales, Gustavo Zidan el de Artes Escénicas y Gustavo Berriel el de Música.

Un día después de su primera reunión con la directora de Cultura saliente, Mariana Wainstein, y en su primera entrevista tras su oficialización en el cargo el pasado 24 de enero, Vidal sube a la terraza en el piso 18 del edificio Plaza Alemania, desde donde el próximo gobierno prepara la transición, para hablar con El Observador sobre sus planes inmediatos, la herencia que recibe en la DNC, los cargos que faltan resolver y algunas claves de lo que será su gestión. Lo que sigue es un resumen de esa charla.

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¿Estaba en tus planes u horizonte tener un cargo de este calibre?

No lo había pensado y la llamada del ministro me tomó por sorpresa. Pero debo decir que a las pocas horas abracé la idea y lo vi como una posibilidad. Hace años que hago esto, la gestión pública es mi pasión, estuve 15 años en la DNC, conozco a muchas de las personas que están trabajando ahí desde hace tiempo. Lo recibí como una gran oportunidad de trabajo.

20250212 Entrevista a María Eugenia Vidal, nueva directora de cultura del ministerio de Cultura.

¿Cuál será el primer movimiento como nueva directora de Cultura?

Lo primero que tengo que hacer es conversar con los equipos de trabajo que están allí. Entender cabalmente cuál es la situación de la DNC, si bien ayer tuve la primera reunión formal de transición con la actual directora de Cultura, hay que generar un plan conjunto con los equipos. Si pienso en focos de gestión, en tanto, tengo tres: derechos culturales y territorios, el fomento y estímulo al talento nacional, y después potenciar la economía creativa.

En lo que tiene que ver con el talento nacional, ¿implica mayor internacionalización?

Sí, de hecho es una intención escrita en las bases programáticas del FA. Se habla de un fondo específico para estímulo de la conexión global. Si bien hoy en día hay algunas herramientas, como las ventanillas abiertas, creo que se tiene que trabajar mucho más. A nivel de estímulo, el modelo cultural, la matriz, está agotada. Los fondos tienen décadas, hay que revisarlos, aggiornar sus montos, para que estén verdaderamente dirigidos y sean pertinentes.

Los Fondos Concursables entran en esa ecuación, imagino. Es una herramienta que tiene varios años y suele estar en el centro de las críticas por sus montos, su funcionamiento y demás.

Los Fondos Concursables son muy importantes, es una herramienta que tenemos que revisar porque es democratizadora. Ajustarlos a los tiempos que corren. Y de eso se trata revisar los estímulos, no de quitarlos, para nada. Revisarlos para que sean más justos en cuanto a montos y a pertinencia.

La presidenta de la Comisión de Cultura del FA, Gabriela Iribarren, le decía a Búsqueda a fines del año pasado que el presupuesto de cultura en Uruguay es "mendicante respecto a los presupuestos de cualquier otro ministerio", que entre todas las dependencias no se llega al 0,2% del PBI y que "es parte de lo que hay que transformar”. ¿El presupuesto que tiene la DNC es suficiente para trabajar con comodidad?

El aporte que se destina a la cultura es muy bajo, no es suficiente. El presupuesto de la DNC es bajo en general. Falta. Si nos comparamos con otros incisos, e incluso con otras institucionalidades culturales, estamos abajo. Pero confío, y por eso tomé esta responsabilidad, en poder visibilizar la cultura como una herramienta transversal. Las inversiones en cultura generan un impacto casi inmediato en todas las personas, y se ve especialmente en la juventud. Creo que hay una sensibilidad de esta fuerza política en reconocer en la cultura esa potencialidad para mejorar la convivencia, para hacer de todas las personas hacedores de cultura, recuperar ese espíritu de ciudadanía cultural que se perdió.

Fuiste parte del proyecto Under 30, del ThinkTank Ágora, que se enfocaba en lo que los menores de 30 años tenían para aportar al ecosistema cultural como gestores. ¿Hay lugar real para esa generación en esta gestión?

Hay lugar, y se tienen que involucrar a más jóvenes en la decisión de políticas públicas. Ellas y ellos tienen el instinto por dónde ir, y es importante arriesgar, porque sino trabajamos en modo avión y hay acciones que no suceden. De la mano con esto, es importante el equilibrio. Entre la democratización y el profesionalismo. Cuando hablamos de profesionalismo y excelencia, no plegarnos siempre desde las políticas públicas a esa lógica, porque sino terminamos afectando por lo general a la juventud. Se pierden riesgos, se pierde lo disruptivo, lo distinto.

Lo disruptivo suele generar señales de alarma en las generaciones más grandes. Eso no te quita el sueño.

No. La DNC fomenta las artes de todas las décadas. Que tengamos presente la importancia de la juventud no significa que no sigamos festejando y reconociendo a grandes figuras del mundo culturas vivas y que nos acompañan desde hace tiempo.

En estos días se habló de que la existencia de algunos institutos de la DNC llegan a ser conocidos por la gente en estos días de nombramientos y nuevas autoridades. ¿Hay institutos que tienen más visibilidad que otros?

Leí eso, sí. Varios de los institutos fueron creados por la administración anterior, por eso es la primera vez que se anuncian las cuatro personas que van a hacerse cargo de esas instituciones. Entonces sí, es una novedad.

20250212 Entrevista a María Eugenia Vidal, nueva directora de cultura del ministerio de Cultura.

Todavía faltan algunas designaciones, por ejemplo en los museos. ¿Hay decisiones tomadas en esos puestos?

Algunas direcciones de museos van a cambiar, no por una cuestión política administrativa, sino por la importancia del ecosistema cultural, y de fortalecer la institucionalidad. Son direcciones frescas, y es hacia ahí a donde tenemos que ir.

Este jueves, Búsqueda publicó que el actual director del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV), Enrique Aguerre, se mantendrá en el cargo de forma transitoria hasta que esté la nueva autoridad elegida.

Como conversé oportunamente con Enrique Aguerre, en el entendido de que es sana y necesaria la renovación del ecosistema cultural, los museos además de ser la memoria histórica y del patrimonio tienen que ser plataformas dinámicas de construcción de identidad, de la reflexión crítica, de diálogo social. Entonces renovar la dirección implica abrir paso a perspectivas frescas y sensibles a las necesidades actuales. Se va a cambiar la dirección del MNAV, es un anuncio que vamos a hacer en los próximos días, ese cargo se hace efectivo y antes habrá una transición.

¿El MNAV es un agente de peso en tu administración?

Es uno de los museos más importantes que tenemos. La DNC trabaja con cuatro museos nacionales, y a excepción de la del MNAV, todas las direcciones van a permanecer en sus cargos. Son todos museos importantes, manejan acervo y patrimonio fundamental, y por eso tenemos que ser sumamente respetuosos en todos estos procesos y darle un lugar fundamental al desarrollo de las políticas que ellos trabajan.

Volviendo a uno de los focos de acción, ¿qué estrategias se planean en esa idea de expansión territorial? En las bases programáticas del FA, por ejemplo, se habla mucho de los Centros MEC.

Los centros MEC fue una política innovadora, descentralizadora y democratizadora muy importante. Sin duda ese concepto de descentralización se tiene que retomar. No estaban en su mejor momento cuando entró la administración anterior, pero el hecho de barrer con esa política hizo perder institucionalidad. Desarmó una red de experiencia y confianza muy importante, y resulta crucial retomar esa intención. El valor fundamental de los centros MEC fue que dio legitimidad a quienes formaban en los territorios para pensar y hacer cultura. Esa legitimidad, con estas nuevas políticas, se socavaron. Por algo esa área cambió de nombre, el área de Ciudadanía Cultural pasa a llamarse Gestión Territorial. Ahí tengo una diferencia de concepto. El territorio no es infraestructura, no es un espacio, no se gestiona. El territorio se vive, se significa. Cuando hablamos de derechos culturales, además, hablamos de reconocer nuestra multiculturalidad: las culturas afro, indígenas, migrantes. Por eso la importancia de dejar de hablar de gestión de territorio.

¿El aspecto multicultural del Uruguay se descuidó en esta gestión saliente?

Sin dudas. Por eso vamos a incorporar al equipo una persona que va a trabajar en esa mirada, que va a ser transversal a todas las políticas públicas que despleguemos desde la DNC.

¿Se le da la espalda desde la gestión cultural al territorio en toda su extensión?

No creo que se le esté dando la espalda. Lo que creo es que las políticas que se están implementando no son las adecuadas.

¿Cómo heredás la DNC?

Se hereda una casa ordenada desde el punto de vista de la gestión. Sé que a nivel de presupuesto no hay arrastre, hay un organigrama, están los equipos de trabajo ordenados. Se trabajó en infraestructura interna que hace un ambiente de trabajo más cómodo y fortalecido para lo que viene, y esto es positivo. Por otro lado, y no está ligado a esta administración en la que se hizo algún gesto en la mejora de los recursos humanos, la DNC no tiene estructura. Hay funcionarios estancados a nivel de escalafón de grado y es importante una conversación con autoridades. Estamos trabajando desde una institución cultural, para forjar políticas de institucionalidad cultural sostenibles, y hay una debilidad interna que tenemos que atender. Hay que mejorar las condiciones de trabajo de quienes están allí y adecuar su dedicación, su formación, a la estructura organizacional.

20250212 Entrevista a María Eugenia Vidal, nueva directora de cultura del ministerio de Cultura.

Mahía dijo en una entrevista que este gobierno le iba a prestar especial atención a la cultura. ¿En qué se traduce eso? ¿En más presupuesto?

Los presupuesto son claves para implementar políticas públicas sostenibles y visibles. Por supuesto que el dinero es un medio, siempre en la gestión somos ingeniosos, pero tenemos que partir de la base que reconozca el valor transformador a nivel social y económico que tiene la cultura. Uno invierte en creatividad, está en la cadena de cualquier sector. Le agrega valor, diferencia ese sector, y nos posiciona a nivel global.

¿Cómo era tu relación con el ministro antes del llamado?

No lo conocía personalmente hasta la primera entrevista de trabajo. El encuentro con él fue muy bueno. Si bien el FA es el partido que elijo desde que tengo derecho a voto y que representa mis convicciones, mis ideales y es una de las razones por las que abrazo esta posibilidad, no estoy sectorizada, entonces el hecho de que me haya llamado habla de una intención de trabajar desde otro lugar, desde la experiencia.

¿Hay una política cultural que sea esencial para el desarrollo y a la que Uruguay deba cargarle baterías?

Falta cargar baterías a nivel general, en los tres focos que mencionaba antes. En las industrias creativas, en las economías creativas hay mucho que hacer, tiene un potencial enorme el área. En los territorios, en los derechos culturales, no se está llegando.

¿Tenemos una gestión cultural de batería baja?

Sí, tenemos una gestión de batería baja. Todo se puede potenciar. Hay que estudiar y trabajar rápido para llegar a un presupuesto acorde a lo que el país necesita. Gestionamos desde lo posible, y vamos a poder proyectar a partir del nuevo presupuesto. Ahora estamos partiendo de uno que ya está dado, que tiene más del 70% u 80% comprometido, teniendo en cuenta los fondos y compromisos de la gestión anterior. El margen que hay para gestionar a nivel dinero este año es muy acotado. Por eso la importancia del análisis, para ver si con inteligencia podemos prontamente desplegar políticas que impacten a corto plazo.

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Maria Eugenia Vidal Cultura Dirección Nacional de Cultura José Carlos Mahía MEC

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