Llegaron poco después a la casa en la que vivía en la capital francesa. “Nos tomamos un café, empezamos a charlar a las risas y de pronto ella se para, se me acerca y me dice Pájaro, yo tengo dos sueños: uno es que vos me produzcas un disco acá en París, el otro es que me hagas grabar con músicos africanos; porque yo sé que vos trabajás con músicos africanos", recuerda Canzani.
Ahí mismo le dijo que sí y que empezarían a producirlo cuanto antes. Sacó una hoja de papel de la impresora, agarró una lapicera y una guitarra acústica que usó de mesa para anotar los nombres de las posibles canciones del disco. Al su lado con “Bocha” Rivero, el guitarrista con el que había viajado Lágrima Ríos, fueron haciendo fragmentos de canciones que habían preparado para el festival y Canzani eligió algunas para reversionar, como Bonjour Mamá, Yo lo comprendo y Sur.
También le hizo un pedido: la canción favorita de su padre. “En un momento le digo te voy a pedir una cosa, hay una canción que mi padre y mi tío tocaban a veces en las fiestas y yo sé que era la canción preferida de mi padre; me gustaría que, si tenés ganas y si lo sentís, hicieras una versión. Me dice ¿qué canción? Le digo Vereda tropical. Me dice, pero a mí me encanta esa canción, nunca la grabé. Y decidimos meterla ahí".
Una vez que el repertorio de canciones iba tomando forma, el productor llamó a los músicos que participarían del disco. "Necesitábamos armar un equipo internacional con los músicos re capos que están a disposición en París y así fue que acudimos al cordobés Minino Garay en percusión, el bajista Junior Gonnand, necesitábamos un bandoneón y teníamos a Per Arne Grovingen, musico noruego formado por maestros argentinos. El ambiente que se generó en los días siguientes con la llegada de cada uno de los músicos fue mágico. Las ideas fluían y la creatividad lo invadía todo".
Canzani les explicaba quién era Lágrima, cuál era su impacto en la música y "todo el mundo alucinaba".
"Yo hacía los arreglos, armaba las estructuras y agregaba los instrumentos de acuerdo a los músicos que iban llegando. De pronto a ella le tocaba cantar y le decía: Bueno Lágrima, vamos, un cafecito y al micrófono. Cuando ella se ponía adelante el micrófono te juro que era impresionante, porque todo el mundo quedaba petrificado. Metía una emoción impresionante”, recuerda.
“Lágrima era un ser excepcional. Era una persona calurosa, divina, muy cariñosa, pero además tenía esa capacidad de reconocer lo que estaban aportando los demás. A veces no pasa eso, hay gente que llega a un estudio de grabación o a un escenario y piensa que todos le deben todo. Y ella apreciaba muchísimo lo que hacía cada uno”, comenta el productor del disco.
Canzani llamó entonces al músico camerunés Patrick Bebey, a quien en una visita a Uruguay le había mostrado qué era el candombe cuando lo llevó a Barrio Sur.
"Él ya sabía de Lágrima. La conoció en el estudio y en el encuentro saltaban chispas. Para ella era realmente un sueño como artista afro-uruguaya sacarse las ganas de hacer algo con músicos africanos. Y para él cantar con una estrella negra latinoamericana fue también como realizar un sueño y le cerraba el círculo, porque él fue y vio los tambores en la calle. Era tan lógico todo. Ese momento es excepcional en la discografía uruguaya". De ese encuentro grabaron Sanza Caliente, una canción de Bebey que es interpretado a dúo en español y duala.
Un accidente, 20 años de búsqueda y un disco póstumo
Durante más de 20 años Carlos “Pájaro” Canzani buscó siete canciones que se negaba a perder. “Tuvimos un accidente terrible”, recuerda en diálogo con El Observador. Un accidente tecnológico.
"Yo recién había abierto ese nuevo estudio en el año 2000 cuando ese disco fue grabado. El primer equipamiento que tuve fue con unos aparatos que habían salido en ese momento, pero que duraron poco. Todo va evolucionando muy rápido y todo caduca muy rápido, y de pronto vos vas a renovar algo de un material y te dicen ¡ah no, esto ya no se fabrica más! Tuve un problema con la máquina con la que estaba trabajando y el back-up se hacía con unos disquetes enormes".
Los disquetes en los que estaban respaldadas las grabaciones parecían irrecuperables. El productor recorrió fábricas y distribuidoras intentando conseguir la forma de sacar de allí la voz de Lágrima Ríos. Pero no había caso.
“Cada tanto me decía no puede ser, no puede ser, tengo que salvar este disco. Tenía solamente tres temas que había terminado de producir porque eran temas simples: Oro y Plata, Bonjour mamá y Vereda tropical, que tenían pocas pistas. Los demás ya involucraban toda una parte de producción y yo estaba esperando que llegaran algunos músicos para agregarlos a la producción”.
Durante décadas estuvo buscando entre discos duros, CDs y casettes que se acumulaban en el estudio. "Un día hablo con Daniel Díaz, que es un músico y técnico que también participa en el disco, y le digo ¿vos no tenés idea de lo que puede haber pasado con el resto del disco de Lágrimas Ríos? Resulta que pasó el tiempo y un día me dice fijate en tal lugar que debe haber unos discos que no tienen nombre donde puede ser que estén y me dice yo me fijé y tengo unas cosas en el sótano. Así logramos rescatar, hace un año y medio, lo que faltaba y empezamos a hacer la postproducción", explica Canzani, que encontró entre sus archivos de DVD cosas que no sabía que había guardado allí.
Canzani dice que le hubiera encantado presentar el disco en Montevideo con Lágrima Ríos sobre el escenario junto con Patrick Bebey. “No se dio, pero la vida es así a veces”, comenta. “Lo que me parece muy importante es que haya un reconocimiento masivo y popular. Que el público tenga acceso a este legado que dejó Lágrima para terminar el ciclo de su aporte artístico y de su personalidad. Lágrima no tiene el reconocimiento de quién fue en realidad, es muy uruguayo eso, pese a que el año pasado se hicieron algunos eventos. Para eso se necesita que haya empuje. Que la gente tenga acceso a la música y que diga ¡pucha, Lágrima Ríos, qué increíble lo que me perdí!, pero está ahí”.
La perla negra, "una diva humilde"
“Vamos a cambiarte el nombre, elegí entre Armonía o Lágrima”, le dijo Alberto Mastra cuando la incorporó a una de sus agrupaciones. Lida Melba Benavídez Tabárez eligió Lágrima como un rasgo premonitorio, porque las lágrimas la acompañaron durante toda su vida, tanto en las tristezas como en las grandes alegrías. Desde entonces se le llamó Lágrima Ríos a una de las grandes voces del Uruguay.
Nació en Durazno el 26 de setiembre de 1924 y llegó a Montevideo al poco tiempo, cuando su familia se radicó en el Barrio Sur. Debutó en la década de 1940 como cantante de folklore, milongas, candombe y tango hasta convertirse en un talento innegable dentro de la cultura uruguaya. Además fue una luchadora social y presidió la Asociación Cultural Mundo Afro hasta su muerte en 2006.
Canzani describe a Lágrima Ríos como “una diva humilde”. El músico y compositor la acompañaba en la consola durante presentaciones en vivo, desde el teatro de la Ciudad Universitaria de París hasta el mítico teatro de la Sorbona. "Yo veía al público y la gente estaba atrapada por ella, por su magnetismo, por su personalidad. Le ponían el micrófono, tiraban un par de luces cenitales, y era un monumento a esa mujer, se transformaba y tomaba dimensión en el escenario. Era increíble. Era impresionante cómo emocionaba y cómo manejaba al público. Era una diva, imaginate las grandes cantantes que hicieron data en en la música lírica y esos personajes que suben al escenario, que se comen en el espacio, la atmósfera, el público, eso tenía Lágrima y eso no está reconocido en el Uruguay".
En el Sena hasta ahora era un secreto bien guardado, pero ahora está disponible en plataformas. De todas maneras, Canzani espera obtener el apoyo necesario para editar el disco en CD y en vinilo. "Cuando vos escuchás un disco de vinilo tenés una amplitud sonora que es otra cosa, hay una plenitud en el sonido. Sería maravilloso que la gente tenga su objeto y, sobre todo la nueva generación, escuche lo que quiera y después escuche el disco de Lágrima".
Así resume Canzani un proyecto que por fin vio la luz: "A veces la vida es más generosa y te ofrece vivir algo excepcional. De repente te encontrás personalmente con alguien con quien se da la oportunidad de construir un proyecto artístico y mientras lo vas desarrollando ya sabés que es histórico. La frutilla de la torta es que lo estás viviendo con una mujer que llega a tu vida siendo mito, cómplice en el arte de decir, hacer, vivir y esa persona siembra, además, su huella de profunda amistad".