El presidente de la ACAU, Facundo Ponce de León, dijo al recibir las llaves del edificio que el patrimonio era uno de los temas pendientes para la institución desde que se formó hace dos años. “Lo empezamos a trabajar desde que estamos en funciones, a través de la MIPA, y en esas reuniones llegamos a la necesidad de encontrar un edificio que lo alojara. Y ahí empezamos la búsqueda”.
La casa del cine
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Ubicado en la peatonal Sarandí, en la esquina con la calle Juan Carlos Gómez, el edificio La Ópera fue desde su construcción la sede de una de las tiendas de esa casa de ropa. De estilo moderno, en 2011 la empresa mudó el local a otro punto de la peatonal y desde entonces el edificio estaba vacío.
Propiedad del Ministerio de Industria, la búsqueda de la ACAU terminó al entrar al edificio y ver que podía ser el sitio donde se aloje el patrimonio y además, según Ponce de León “sea un espacio unificado donde podamos encontrarnos y podamos trabajar ese archivo; ese es el motor para esta casa del cine uruguayo”.
La intención en cuanto al archivo es “mejorar las condiciones de infraestructura” de lo que hoy está repartido entre instituciones, y contemplar lo que sigue apareciendo. Durante la presentación del edificio se comentó que en el último mes se encontraron cintas en instalaciones de OSE y UTE, así como en casas del Prado y Malvín.
“La idea es que este espacio sirva para cobijar no solo lo que sabemos que existe, sino todo lo que está ahí y no conocemos, además de preservar el material digital, que es un tema importante. Eso lo empezaremos a trabajar para legarlo a la próxima administración y que lo puedan llevar adelante”, enfatizó el presidente de la ACAU.
Los detalles del edificio
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El proyecto de La Casa del Cine estuvo a cargo del arquitecto Pedro Livni, que junto con la Agencia tomaron ejemplos e influencias tanto locales como extranjeras, desde el archivo del Centro de Fotografía de la Intendencia de Montevideo hasta el del British Film Institute, además de mantener contactos con archivos fílmicos de Alemania, México, Francia e Italia para contar con asesoramiento y asistencia.
Además recorrieron los distintos archivos uruguayos para entender el estado actual de los materiales, las dimensiones necesarias y qué formatos deben contemplarse, tanto los que ya existen como los que vienen en camino.
Livni explicó que el proyecto tardará entre un año y medio y dos años en estar terminado, y que será “como una gran cámara de frío que controla la humedad y la temperatura”.
El arquitecto agregó que más allá del almacenamiento, el edificio tenía que tener “una dimensión social”, y detalló: “tiene que ser el espacio asociado a donde pueden estar los investigadores y quienes trabajan con este material audiovisual para digitalizarlo, estudiarlo, ponerlo en circulación, entenderlo, y después cómo eso puede reverberar hacia los ciudadanos”.
“Entonces en ese sentido la idea es que pueda tener un pequeño espacio asociado a un pequeño café, con una pequeña sala donde se puedan emitir las rarezas del archivo audiovisual, con una sala de instalaciones audiovisuales, un pequeño espacio donde puedan hacerse muestras asociadas, y que ese espacio se convierta en esta especie del eslabón entre lo más técnico y hermético de la gente que maneja las latas, las digitaliza, las estudia, hace sus informes o sus trabajos académicos, y el común de los ciudadanos que empiezan a entender dónde está un patrimonio audiovisual que habla de nuestra historia, de nuestras costumbres, de las cosas que se han hecho en ese ámbito”, dijo, en referencia a la ubicación en la Ciudad Vieja del edificio, sumada al pequeño circuito cinematográfico que se espera que conforme con la sede de Cinemateca, en Bartolomé Mitre y Reconquista.
¿Todos a bordo?
El proyecto de la Casa del Cine tiene el financiamiento garantizado, se aseguró en su presentación, y de hecho ya tiene asignados US$ 500.000 del Programa Uruguay Audiovisual (PUA) para la primera etapa de la restauración del edificio.
Este proyecto es un paso en el camino que se viene haciendo en los últimos años en cuanto a preservación de patrimonio, que incluye la asignación de un fondo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para un proyecto de UdelaR apoyado por la MIPA para digitalizar archivos y formar a profesionales en esta área, o la creación dentro del PUA de fondos específicos para la digitalización de materiales de archivo.
Pero este camino no ha estado libre de rispideces. La mayor se dio entre la ACAU y Cinemateca, y se remonta al planteo de parte de la Agencia de un proyecto de ley para la creación de Patrimonio Audiovisual del Uruguay (PAU).
Según la Agencia “hasta el momento, el patrimonio audiovisual se ha mantenido producto del esfuerzo de diferentes organizaciones que, entendiendo su valor y ante la ausencia de una solución sostenida en el tiempo por parte del Estado, se han encargado de su cuidado. En este sentido, es destacable el trabajo que viene realizando la Cinemateca Uruguaya, ANIP, TV Ciudad, Canal 5, la UdelaR, la UCU, y otros esfuerzos particulares que, aunque en condiciones de precariedad, han mantenido acervos fílmicos que nos permiten hoy continuar y potenciar el trabajo”.
“En reconocimiento a esa labor y en busca de una solución integral que garantice que el Estado se haga responsable, no sólo con el archivo existente sino también con el que se seguirá generando y con mucho material que sigue apareciendo y ya nadie tiene espacio para recibir, es que se trabaja en un proyecto integral”, agregan en cuanto a la necesidad de generar este espacio.
El planteo recibió cuestionamientos por su ejecución y lo que implica para las organizaciones que ya preservan archivo. La directora de Cinemateca, María José Santacreu, cuestionó que el proyecto hable de “creación de Patrimonio Audiovisual Uruguayo” cuando hay instituciones que ya lo preservan desde hace décadas.
En una entrevista con Búsqueda, Santacreu comentó que al centralizarse el material bajo el cuidado del estado, “virtualmente se disuelve a la Cinemateca y su cometido”.
Santacreu dijo además a La diaria que en el proyecto “directamente se propone, en un solo pase de magia, la intervención de Cinemateca y la apropiación de su patrimonio cuando el mismo sea pasado a formato digital”.
Ese comentario motivó una respuesta de Ponce de León en el mismo medio, donde cuestionó los dichos de Santacreu. “La única razón para temer por la autonomía y sentirse amenazada es no comprender el valor del trabajo colectivo, no sólo público y privado, sino de diversas organizaciones que pueden colaborar en mejorar una situación a todas luces precarias respecto a los archivos audiovisuales. Santacreu sabe de esta precariedad y la ha denunciado una y otra vez. Ahora que hay un intento de resolver el problema, habla de miedos y posible pérdida de autonomía”, dice el presidente de la ACAU, y recuerda que Cinemateca ayudó a redactar y firmó el documento Compromiso Audiovisual 2015-2020, que establecía la necesidad de concretar un archivo único.
Otro cuestionamiento al proyecto del PAU surgió desde la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay (ACCU), que en noviembre publicó un comunicado en el que señalan que es “fundamental contemplar los complejos aspectos institucionales que entraña reunir archivos que tienen naturalezas jurídicas, historias y cometidos diferentes, asegurar la financiación en el largo plazo de dicho archivo, convertirlo en política de estado y no de gobierno, y asegurar la preservación de la autonomía de cada uno de los archivos originarios que pueden llegar a reunirse en el llamado PAU. Los detalles no pueden ser discutidos después de la ley: tienen que explicitarse antes de su implementación”.
El comunicado de los críticos establece que lo que la ACAU propone actualmente implica para Cinemateca y la Universidad Católica, como instituciones privadas, “prácticamente una expropiación”. Resalta también que Cinemateca cuenta con casi 20.000 películas en fílmico, un patrimonio que “acumuló, resguardó y puso al servicio de la cultura nacional en un trabajo persistente de más de medio siglo; durante la mayor parte de ese período no recibió apoyo estatal alguno, y viene contando con un apoyo muy modesto e insuficiente desde 2005. Sería sensato aprovechar los conocimientos de quienes vienen realizando trabajos importantes y cooperar con las instituciones existentes”.
Además, los críticos resaltan que la centralización del archivo “entraña un peligro: dejar todos los materiales en un mismo sitio para que se mantengan bajo el control del Estadio y, por lo tanto, de la voluntad de cada gobierno”.
“Es notorio que, hasta hace muy poco, el Estado uruguayo fue totalmente prescindente con respecto al asunto, y en este momento histórico tenemos demasiados ejemplos en la región de gobiernos que, sin más, pujaron expresamente por deshacer las estructuras que ya existían en sus países para apoyar el cine, incluida la preservación del patrimonio”, agrega el documento.
Más allá de los reparos, desde esta semana el camino del archivo audiovisual uruguayo ha dado un nuevo paso, mientras entre Cinemateca y la ACAU se ha dado, más allá de los cruces mediáticos, una suerte de “guerra fría de archivos”. En agosto de 2024, Cinemateca anunció la sala virtual Félix Oliver, un espacio dentro de su plataforma de streaming +Cinemateca centrado en el cine uruguayo. Un mes después, la ACAU empezó a subir a YouTube películas nacionales completas.
La respuesta de Cinemateca a la Casa del Cine
Este viernes 27, Cinemateca emitió un comunicado luego del anuncio de la ACAU del jueves, en el que cuestionan duramente el proyecto de la Casa del Cine.
Sobre el evento del jueves, el comunicado dice que "Facundo Ponce de León abrió con un largo elogio a su propia gestión y el saludo a cada persona en la platea que consideró un apoyo digno de mencionarse, y siguió con una declaración de intenciones del arquitecto respecto al nuevo edificio: una cafetería, la posibilidad de un cine, un archivo fílmico, un espacio para muestras, es decir, algo bastante parecido a la Cinemateca... a tres cuadras de la Cinemateca".
La institución señala que el edificio de La Ópera está mal elegido por "lo inviable que es la Ciudad Vieja para albergar el material nitrato y lo inconveniente que resultaría depositar material fílmico a 400 metros del Río de la Plata", y establece que "Cinemateca no integrará el archivo impulsado por la ACAU, por carecer este proyecto de cualquier seriedad y garantías para las instituciones que lo integren".
Además, el comunicado critica a la ACAU y al gobierno, estableciendo que Cinemateca "lamenta el cinismo con el que la Agencia sostiene un doble discurso de preocupación por la preservación, por un lado, y por otro una total abstracción ante el hecho de que, a tres días de finalizar el año, el principal archivo fílmico del país haya recibido del MEC solo el 25% de los recursos que se le destinaron por ley de presupuesto para 2024 para colaborar con su funcionamiento". Esto se menciona en contrapartida a al medio millón de dólares que se invirtió para inaugurar La Casa del cine del Uruguay, que la institución juzga "de utilidad incierta" y como una forma de "desviar la mirada ante la muy cierta asfixia de recursos que tal incumplimiento representa para la principal sala de exhibición del ya de por sí golpeado cine nacional".
"Aun si este objetivo político de la derecha cultural aliada con los intereses económicos de la industria y los profesionales de la academia tuviera un éxito relativo en su ataque a una institución cultural emblemática y se retirara de nuestro cuidado todo el material depositado por terceros, el de Cinemateca continuará siendo el mayor archivo de materiales uruguayos del país y el único que con certeza se mantendrá en el tiempo, ya que –a diferencia de quienes hoy reclaman para sí el mérito de protegerlo sin una sola acción que lo pruebe y con muchas que lo desmienten– no necesitamos más propaganda que nuestra propia trayectoria, ningún reconocimiento aparte de nuestro prestigio que trasciende fronteras, ni otra certeza que la de contar con el apoyo indoblegable del pueblo uruguayo que porfiadamente nos sostiene", concluye el comunicado.
