El gobierno de Brasil ordenó la construcción de una autopista de cuatro carriles que atraviesa decenas de miles de hectáreas de selva amazónica protegida para facilitar la movilidad de cara a la cumbre del clima COP30 en la ciudad de Belém. La obra, defendida por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva como "autopista sostenible", despertó fuertes controversias entre lugareños y conservacionistas, que denuncian el significativo impacto ambiental que ocasionará.
Heredada de la dictadura militar brasileña, la autopista Br-319 atraviesa 900 kilómetros de selva Amazónica desde Manaos hasta Porto Velho. El tramo central de 400 kilómetros de esta carretera, sin embargo, quedó abandonado a la intemperie del clima tropical y es intransitable desde los años 80.
Para algunos, como los gobernadores locales, remodelar este tramo representaría una vía de comunicación indispensable para los intercambios comerciales regionales, en medio de una sequía que dificulta la navegación en el río Madeira, principal eje de la región. Sin embargo, para otros, la pavimentación de esta carretera traería consigo importantes impactos negativos para la población local y significaría una catástrofe ambiental.
La Amazonia desempeña un papel vital en la absorción de carbono para el mundo y es hogar de una inmensa biodiversidad. De cara a la cumbre donde líderes de todo el mundo se reúnen para debatir sobre las prioridades climáticas globales, la construcción de esta autopista despertó fuertes críticas por parte de quienes denuncian que el impacto de la desforestación para la nueva pavimentación en la zona protegida contradice el propósito mismo de la COP30.
Imagen aérea de una zona de selva amazónica afectada por un incendio ilegal a orillas de la carretera BR-319 entre Porto Velho, estado de Rondonia, y Manaos, estado de Amazonas, norte de Brasil, el 22 de agosto de 2024. - AFP.jpg
Imagen aérea de una zona de selva amazónica afectada por un incendio ilegal a orillas de la carretera BR-319 entre Porto Velho, estado de Rondonia, y Manaos, estado de Amazonas, norte de Brasil, el 22 de agosto de 2024.
AFP
La crítica de los locales
La construcción de la Br-319 ya comenzó a tener repercusiones para los lugareños, que denuncian que su sustento de vida se vio afectado por la autopista. "Todo quedó destruido", dijo a la BBC Claudio Verequete, quien vive a 200 metros de donde estará la carretera y se ganaba la vida recolectando bayas de açaí de los árboles que antes ocupaban ese espacio.
"Nuestra cosecha ya ha sido talada. Ya no tenemos esos ingresos para mantener a nuestra familia", explicó y dijo que hasta el momento no había recibido ninguna indemnización por parte del gobierno estatal y que actualmente depende de sus ahorros.
"Nuestro temor es que un día alguien venga aquí y diga: 'Aquí hay dinero. Necesitamos esta zona para construir una gasolinera o un almacén'. Y entonces tendremos que irnos", lamentó Verequete, y añadió: "Hemos nacido y crecido aquí, en esta comunidad. ¿Adónde vamos a ir?"
Una de sus principales preocupaciones tiene que ver con la desconexión de su comunidad con la carretera: al tener muros a ambos lados, no estará conectada. "Para nosotros, que vivimos al lado de la autopista, no habrá beneficios. Habrá beneficios para los camiones que pasen por allí. Si alguien se pone enfermo y necesita ir al centro de Belém, no podremos utilizarla", dijo.
Claudio Verequete - BBC.webp
BBC
Interrupción de las rutas naturales de la fauna
Donde antes había selva, ahora se amontonan troncos talados y un terreno devastado de más de 13 kilómetros. Excavadoras y maquinaria pesada allanan el suelo del bosque, destruyendo humedales y fragmentando un ecosistema vital.
A algunos científicos les preocupa que la carretera deje dos zonas desconectadas de bosque protegido, fragmentando el ecosistema y perturbando el movimiento de la fauna.
La profesora Silvia Sardinha, veterinaria e investigadora de fauna salvaje, advirtió que la deforestación dividirá y reducirá las zonas donde los animales pueden vivir y reproducirse. Ella y su equipo rehabilitan animales salvajes con heridas en un hospital universitario de animales que da al emplazamiento de la nueva autopista.
"Desde el momento de la deforestación, hay una pérdida. Los animales terrestres ya no podrán cruzar al otro lado, con lo que se reducen las zonas donde pueden vivir y reproducirse", dijo a la BBC.
"Una COP en la Amazonia, no una COP sobre la Amazonia".
El presidente y la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, afirmaron que ésta será una cumbre histórica porque se trata de "una COP en la Amazonia, no una COP sobre la Amazonia".
Lula consideró que la reunión brindará la oportunidad de centrarse en las necesidades de la Amazonia, mostrar la selva al mundo y presentar lo que ha hecho el gobierno federal para protegerla.
Pero Sardinha afirma que, aunque estas conversaciones tendrán lugar "a un nivel muy alto, entre empresarios y funcionarios gubernamentales", los habitantes de la Amazonia "no están siendo escuchados".
La construcción de la carretera, conocida como Avenida Liberdade, ya estuvo planteada por el Gobierno del estado de Pará en el año 2012, pero el proyecto fue postergado en repetidas ocasiones por preocupaciones medioambientales. Ahora, este y otros proyectos de infraestructuras fueron aprobados para preparar la ciudad para recibir a la cumbre de la COP.
El secretario de Infraestructura del gobierno estatal, Adler Silveira, dijo que esta autopista es uno de los 30 proyectos que se están llevando a cabo en la ciudad para "prepararla" y "modernizarla", de modo que puedan "dejar un legado a la población y, lo que es más importante, servir a la gente para la COP30 de la mejor manera posible".
En declaraciones a la BBC, afirmó que se trata de una "autopista sostenible" y una "importante intervención en materia de movilidad". En ese sentido, aclaró que la misma contará con pasos de fauna para el paso de animales, carriles para bicicletas e iluminación solar.
El Ejecutivo brasileño está invirtiendo más de 81 millones de dólares para expandir la capacidad del aeropuerto de "siete a 14 millones de pasajeros", construir un parque urbano de 500.000 metros cuadrados y renovar el puerto para acoger cruceros.
Algunos comerciantes del gran mercado al aire libre de Ver-o-peso coinciden en que este desarrollo traerá oportunidades para la ciudad. "La ciudad en su conjunto está mejorando, se está reparando y viene mucha gente de otros lugares. Eso significa que puedo vender más y ganar más", dijo Dalci Cardoso da Silva, regenta de un puesto de zapatos de cuero, a la BBC. Además, sumó que eso era necesario porque cuando él era joven, Belém era "bonito, bien cuidado", pero desde entonces está "abandonado" y "descuidado".
João Alexandre Trindade da Silva, vendedor de hierbas medicinales amazónicas en el mercado, también se refirió al tema y dijo: "Esperamos que las discusiones no se queden sólo en el papel y se conviertan en acciones reales. Y que las medidas, las decisiones que se tomen, se pongan realmente en práctica para que el planeta pueda respirar un poco mejor, para que la población del futuro tenga un aire un poco más limpio".
Esa será también la esperanza de los líderes mundiales que decidan asistir a la cumbre COP30, mientras cada vez se cuestiona más si los vuelos de miles de ellos por todo el mundo, y las infraestructuras necesarias para acogerlos, están contribuyendo o perjudicando a la causa.