4 de febrero 2025 - 9:14hs

En la frontera entre Colombia y Venezuela, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) emerge como un fenómeno guerrillero transfronterizo, donde las estrategias de insurgencia se entrelazan con la política y las economías ilícitas. En la maraña de intereses y lealtades, el ELN representa un desafío para la paz en Colombia y una sombra que se expande por el territorio de la revolución bolivariana.

La ofensiva del ELN para combatir a un grupo disidente de las FARC y reforzar su control del Catatumbo, una región con vastas plantaciones de coca vital para el narcotráfico en la frontera con Venezuela, desató una ola de violencia que dejó un saldo de 40.000 desplazados y decenas de muertos.

El presidente colombiano Gustavo Petro suspendió las conversaciones de paz con el ELN y declaró el estado de conmoción que le permite emitir decretos para atender la emergencia. Además, afirmó que en el conflicto hubo “una fuerza extranjera ocupando el territorio”.

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Petro no precisó a qué fuerza se refería, pero una investigación de Insight Crime en octubre de 2022 describió al ELN como una guerrilla binacional y detectó su presencia en 19 de los 20 municipios venezolanos que limitan con Colombia y en otros 10 municipios fuera de la región fronteriza.

En su último informe, la Fundación Paz y Desarrollo indica que el ELN tiene 6.000 integrantes, “de los cuales aproximadamente 1.000 se encontrarían en territorio venezolano”. Todo apunta a que para lanzar la ofensiva en el Catatumbo el grupo movilizó guerrilleros, armas y explosivos a través de Venezuela.

ELN - AP.png

Las dos maneras de relacionarse con el Estado

Jorge Mantilla, doctor en criminología de la Universidad de Illinois en Chicago que ha estudiado a fondo la evolución del ELN hasta convertirse en una guerrilla binacional, explica que mientras en Colombia el grupo ha capturado al Estado, en Venezuela ha creado un Estado paralelo.

“En Colombia vemosel aprovechamiento de instancias del poder local para apropiarse de cuotas burocráticas, por ejemplo, el acueducto de Saravena es una infraestructura pública prácticamente creada por el ELN y se financia con la extorsión a compañías petroleras”, dice Mantilla.

En este modelo de actuación, el ELN funciona como un intermediario entre las necesidades de algunas comunidades y las decisiones de políticas públicas del Estado. “En los últimos tiempos distintos gobernadores del departamento de Arauca han sido investigados y procesados por favorecer al ELN con contratos”, añade el experto.

Mientras que en Colombia el ELN es un grupo insurgente que nació en los años sesenta, bajo la inspiración de la Revolución Cubana, en Venezuela no confronta al Estado.

“En Venezuela se ha dedicado a crecer política y financieramente. Maneja hatos ganaderos, tierras, tiene presencia en los consejos comunales y negocios con el oro del arco minero y son comerciantes de gasolina, de carne, de queso”. “En Venezuela se ha dedicado a crecer política y financieramente. Maneja hatos ganaderos, tierras, tiene presencia en los consejos comunales y negocios con el oro del arco minero y son comerciantes de gasolina, de carne, de queso”.

“Vemos una delegación de poder en el ELN, el grupo hace las veces de Estado y comienza a realizar actividades propias del poder comunal”, indica Mantilla. Como ejemplo, menciona el control que ejerce la guerrilla sobre el programa del gobierno de Nicolás Maduro para distribuir alimentos a bajo costo en zonas fronterizas.

El cierre de la frontera entre 2015 y 2022, debido a la tensión entre el régimen de Maduro y los gobiernos de Juan Manuel Santos e Iván Duque en Colombia, jugó un papel clave en este proceso. Este entorno benefició al ELN, ya que el Estado delegó funciones básicas como el control migratorio y de aduanas a grupos del crimen organizado.

Jorge Mantilla considera que la delegación de funciones que ha hecho el Estado venezolano, beneficiando al ELN, tiene tres objetivos: “Domesticar las economías ilícitas, combatir a enemigos y fines de control social y político”.

Añade que el régimen de Maduro actuó de forma coordinada con el ELN para combatir a los Rastrojos, un grupo paramilitar que operaban en la frontera y “en coyunturas electorales o de protestas el ELN ha actuado como un colectivo (grupos que reprimen a opositores) en esta zona fronteriza”.

Pero destaca que, si bien el ELN tiene hombres en armas, su actuación en Venezuela en el día a día es muy distinta a la imagen del guerrillero uniformado, durmiendo en carpas en la selva: se trata de un grupo que ha penetrado en la población civil.

En Venezuela se ha dedicado a crecer política y financieramente. Maneja hatos ganaderos, tierras, tiene presencia en los consejos comunales y negocios con el oro del arco minero y son comerciantes de gasolina, de carne, de queso”, indica Mantilla.

Los dos ministros de Defensa

En el complejo escenario de la diplomacia con Venezuela, Petro no ha reconocido formalmente a Maduro, señalado de haber cometido fraude electoral en las pasadas elecciones presidenciales; pero está consciente de que sin cooperación difícilmente podrá gestionar a una frontera en llamas.

“El gobierno de Colombia está atrapado en un callejón sin salida porque al final termina coordinando acciones humanitarias y militares con un gobierno al que dice no reconocer". “El gobierno de Colombia está atrapado en un callejón sin salida porque al final termina coordinando acciones humanitarias y militares con un gobierno al que dice no reconocer".

El pasado 24 de enero el ministro de defensa de Colombia, Iván Velásquez, se reunió con el general Vladimir Padrino, el hombre que comanda las Fuerzas Armadas en Venezuela desde hace diez años.

El ministro colombiano afirmó tras el encuentro que conversaron sobre la presencia del ELN en Venezuela y “la necesidad de que las autoridades venezolanas contribuyan para la captura de estas personas”.

Además, mencionó que propuso la posibilidad de llevar a cabo operaciones especiales y el ministro Padrino “estuvo de acuerdo”.

A través de un comunicado, el ministro venezolano afirmó de manera tajante que “es imprescindible dejar sentado con meridiana claridad, que Venezuela no sirve, ni servirá jamás, de plataforma para grupos armados al margen de la ley, sea cual sea su naturaleza, ideología o nacionalidad”.

Gustavo Petro y Nicolas Maduro - Getty Images.avif

Operación Relámpago del Catatumbo

En la madrugada del 31 de enero, Maduro anunció el inicio de la operación “Relámpago del Catatumbo” en la frontera con Colombia, en una acción coordinada con la administración de Petro.

“Allí vamos con toda la fuerza militar completa, integral. Ya hemos coordinado con el gobierno del presidente Gustavo Petro y estamos trabajando una idea de desarrollo binacional integrado, económico, social, con un carácter profundamente humano, además unitario e integrador de los pueblos de Colombia y Venezuela”, aseguró.

Por su parte, el presidente colombiano informó a través de su cuenta en X que “se ha iniciado una operación militar antinarcóticos en la frontera colombo -venezolana. Buscamos la colaboración entre ejércitos en la lucha contra el ELN. Una frontera sin mafias debe ser el objetivo final para tranquilidad de la población, la paz y la soberanía”.

Se sella la hegemonía del ELN

¿Está en marcha un acuerdo entre Caracas y Bogotá para combatir al ELN? Jorge Mantilla considera que “hay un despliegue que responde a unas necesidades diplomáticas, políticas, de mostrar que es el régimen de Maduro el que controla el territorio”.

“El gobierno de Colombia está atrapado en un callejón sin salida porque al final termina coordinando acciones humanitarias y militares con un gobierno al que dice no reconocer. De facto hay un reconocimiento y una victoria importante en este sentido para Maduro”, apunta

Al analizar el alcance que puede tener esta operación militar, anticipa: “Veremos capturas de armas y drogas, entre comillas del ELN, pero no habrá un golpe estratégico. Con esto lo que termina pasando es que se cierra el ciclo y se sella la hegemonía del ELN sobre la frontera”.

“Al final esa operación va a terminar beneficiando al ELN. Habrá capturas e incautaciones a sus competidores, allí principalmente van a caer miembros de las disidencias de las FARC”, dice el especialista.

En su opinión, “el ELN ya logró lo que quería en el Catatumbo y no va a combatir en esa zona contra el Estado colombiano o la Fuerza Nacional Bolivariana, porque para ellos sería enfrentarse entre revolucionarios”.

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