Gustavo Petro enfrenta un momento decisivo. Tras la resistencia del Congreso a reformas prometidas en campaña, el presidente de Colombia anunció que convocará un referéndum para dejar en manos de los ciudadanos la aprobación de los cambios en salud y trabajo. Este paso no solo definirá el avance de las leyes, también pondrá a prueba su respaldo popular y marcará el rumbo político del país.
Una victoria impulsaría al movimiento de izquierda que lidera Gustavo Petro en el camino hacia las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2026. Por el contrario, una derrota lo dejaría con escaso margen de maniobra en los últimos meses de su mandato y fortalecería a la oposición de centro y de derecha.
Los números revelan un escenario complejo. Para triunfar en la consulta popular, el presidente colombiano necesita que al menos un tercio del electorado, es decir, unos 13,6 millones de personas, participe en la votación, y que la mitad más uno, 6,8 millones, respalde la reforma. Petro fue elegido en 2022 con 11,2 millones de votos.
El analista Jairo Libreros dijo al diario El Tiempo que “medirse popularmente no es fácil, una derrota en esa consulta podría desencadenar una estruendosa derrota en las elecciones al Congreso”.
Un resultado adverso también tendría impacto en las elecciones presidenciales del próximo año. Gustavo Petro está en el proceso de elegir un candidato que lo sustituya y cuente con el respaldo de un frente que una a distintos partidos de izquierda y logre la continuidad en el poder.
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El presidente de Colombia Gustavo Petro junto a la ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez en la presentación de la reforma laboral.
Presidencia de Colombia
Los antecedentes de consultas al pueblo en Colombia evidencian los riesgos inherentes a esta fórmula. En 2003, el expresidente Álvaro Uribe no logró el apoyo necesario para reformar la constitución. En 2016, el expresidente Juan Manuel Santos enfrentó un rechazo similar con el acuerdo de paz con la guerrilla. Más recientemente, en 2018, la entonces senadora Claudia López tampoco consiguió el quorum mínimo para endurecer las sanciones contra la corrupción.
Efraín Cepeda, presidente del Senado y miembro del Partido Conservador, afirmó en W Radio: “Si el Gobierno dice que es el pueblo quien valida las reformas y el pueblo no las valida, pues yo creo que queda desinstitucionalizado”. Petro, por su parte, respondió en X con un mensaje contundente: “Me arriesgo. Pongo el Gobierno en manos del pueblo”.
El virtual hundimiento de la reforma laboral
El presidente colombiano anunció que convocará a una consulta popular después de que la reforma laboral, que considera esencial para la protección de los trabajadores, quedara al borde del fracaso. Esto ocurrió cuando ocho de los catorce senadores de la comisión encargada de decidir sobre el proyecto se pronunciaron a favor de archivarlo.
Aunque el debate aún no ha concluido y existe la posibilidad de que los congresistas reconsideren su postura, resulta improbable que alguno de los ocho senadores que se opusieron inicialmente cambien de opinión.
La reforma propone, entre otras medidas, duplicar el pago adicional que reciben los trabajadores por desempeñar labores en días festivos y durante el horario nocturno. Asimismo, establece restricciones a los contratos temporales e incorpora mecanismos para la formalización de trabajadores rurales y domésticos, garantizándoles el derecho al salario mínimo y a la seguridad social.
“La reforma laboral que ya la mayoría de la Comisión Séptima (del Senado) piensa hundir, lo único que planteaba era que si había horas extras, trabajo en festivo se pagara un poco más. Que si una mujer tenía menstruación pudiera tener una licencia laboral como un derecho. Lo único que proponía es que los contratos de aprendiz del joven en su primer empleo tenga un salario justo y no explotación”, dijo Gustavo Petro.
Los parlamentarios que se oponen argumentan razones técnicas. La senadora Nadia Blel Scaff, presidente de la Comisión que evalúa la reforma y miembro de la oposición, afirmó en una rueda de prensa que “esta es una decisión de carácter técnico, no político. Esta reforma no fomenta el empleo, ni combate la informalidad y no concilia entre el bienestar de los trabajadores y la productividad del país”.
La propuesta de reforma a la salud, que fue rechazada en su versión inicial en el Congreso hace un año, volvió a ser presentada por el Gobierno y continuará su proceso en el Senado, para lo cual necesitará la aprobación de la misma Comisión que en su mayoría se opone a la reforma laboral.
“El Gobierno convoca al pueblo colombiano a decidir y convoca una consulta popular para decidir la reforma laboral y la reforma a la salud”, dijo Gustavo Petro y agregó que “hay una dictadura de un establecimiento que quiere burlarse del voto popular y el estallido social del 2022. Por eso desatan el bloqueo institucional al cambio”.
El camino a la consulta popular
Para convocar el referéndum, Gustavo Petro necesita el respaldo de la mayoría de los 105 senadores, siendo clave el apoyo del Partido Liberal, un aliado cercano al Gobierno. Asimismo, el Senado deberá aprobar las preguntas que se presentarán a los colombianos, cumpliendo con la normativa que exige que cada punto sea votado con un sí o un no.
Las normas indican que “la decisión tomada por el pueblo en la consulta, será obligatoria. Se entenderá que ha habido una decisión obligatoria del pueblo, cuando la pregunta que le ha sido sometida ha obtenido el voto afirmativo de la mitad más uno de los sufragios válidos”, siempre y cuando una tercera parte los electores facultados para votar participen en el proceso.
Movilización en Colombia por las reformas en trabajo y salud.jpg
Armando Benedetti, ministro del Interior, dejó ver que considera que será complicado para los senadores oponerse a la consulta popular: “Yo quisiera ver quién en el Senado se va a atrever a negarle al pueblo que se exprese sobre cierta ley”.
Los votos en el Senado no son el único obstáculo a la vista. Opositores y analistas argumentan que un proyecto con un articulado técnico no puede someterse a consulta popular, ya que sería inviable resumir su contenido en una sola pregunta.
No obstante el objetivo del Gobierno sería obtener el apoyo ciudadano en las urnas para mandatos que, en caso de ser aprobados por los colombianos, tendrían que ser implementados mediante leyes, decretos o políticas públicas.
La movilización de calle
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Con el objetivo de fortalecer su proyecto de cambio, Gustavo Petro ha convocado movilizaciones de calle, buscando demostrar que tiene capacidad de convocatoria y que el Gobierno cuenta con respaldo popular.
La semana pasada se reunió en la Casa de Nariño con las organizaciones sociales que lo han respaldado desde que fue candidato en 2022. Como parte de esta estrategia, el próximo 18 de marzo, centrales obreras y sindicatos se movilizarán en Bogotá y las principales ciudades del país en apoyo a la reforma laboral.
La Central Unitaria de Trabajadores llamó a tomar “carreteras, plazas y parques del país”. Además está previsto el apoyo de organizaciones de campesinos, indígenas y afrodescendientes que se han mostrado partidarias de las reformas.
Las movilizaciones y la eventual consulta popular medirán el respaldo al Gobierno y serán un termómetro que de manera anticipada podría revelar si los colombianos están dispuestos a respaldar otros cuatro años de la izquierda en el poder o si comienza a gestarse un giro hacia el centro o la derecha.