Aparte del riesgo de que, de la mano de Donald Trump, Washington endurezca las sanciones, el país necesita reformas de fondo para recuperar la actividad que es fundamental para la marcha de la economía.
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Venezuela depende en gran medida de la petrolera estatal PDVSA.
Reuters
Derrumbe y módica resurrección del petróleo en Venezuela
La falta de inversión, la corrupción rampante y el despido de personal calificado creó un ciclón destructivo y en 2018 la producción se había reducido a un tercio de lo que era en 1999. Ese año Maduro fue reelegido por primera vez mediante unos comicios cuestionados y Estados Unidos impuso sanciones que limitaron la inversión y obligaron a vender barriles en el mercado negro a precios de descuento.
En noviembre de 2022, la administración de Joe Biden ablandó las sanciones y permitió a Chevron producir y exportar petróleo desde Venezuela mediante una licencia especial. Luego, emitió licencias similares a Repsol, ENI y Maurel & Prom.
Gracias a este giro, principalmente a la actividad de Chevron, la producción que había seguido cayendo hasta medio millón de barriles al día comenzó a crecer, pero hay limitaciones de fondo y la incertidumbre de qué hará Trump respecto a las licencias: Estados Unidos, al igual que en 2018, consideró fraudulenta la reelección de Maduro en julio de 2024.
Chevron
Roo Reynolds - Flickr
"Se necesita cuantiosas inversiones que no creo que se concreten"
“Si Maduro se perpetúa en el poder y Estados Unidos mantiene las cosas como están, no elimina las licencias, pero tampoco concede otras, lo más probable es que veamos una declinación lenta pero segura de la producción”, considera Luis Pacheco, miembro no residente del Instituto Baker en la Universidad de Rice, que se desempeñó como director de planificación en Pdvsa, la empresa petrolera del Estado venezolano.
“El aumento de la producción necesita cuantiosas inversiones que no creo que se concreten en medio de la ilegitimidad del régimen, no pienso que Chevron, por ejemplo, esté dispuesta a invertir grandes cantidades”, agrega.
El Plan País, una hoja de ruta para la recuperación diseñada por expertos en diversas áreas, estima que Venezuela necesitaría captar inversiones por 100.000 millones de dólares para aumentar la producción hasta tres millones de barriles diarios en ocho años.
“En el escenario de que Estados Unidos modifique las licencias y permita mantener los proyectos en marcha, pero sin permiso para nuevas inversiones, también estamos hablando de una producción que se estanca”, dice Pacheco.
Si Washington toma medidas drásticas podría prohibir a Chevron que exporte petróleo desde Venezuela y los 200.000 barriles diarios que está produciendo, asociada con Pdvsa en distintos proyectos, tendrían que venderse con descuento a través de intermediarios y en un mercado distinto al de Estados Unidos.
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Nicolás Maduro realiza nombramientos en la petrolera estatal PDVSA
AFP
Barclays advierte en un informe enviado a sus clientes que el descuento supondría una pérdida de 1.500 millones de dólares en 2025 para el gobierno de Maduro, que podría ser mayor en caso de que no encuentre mercado para los barriles y Pdvsa tenga que disminuir la producción.
La pérdida potencial de 1.500 millones de dólares representa cerca de un tercio de la oferta de divisas que el Banco Central está colocando en el mercado cambiario. Si este dinero deja de entrar, indica Barclays, el tipo de cambio que actualmente es de 53 bolívares en el mercado oficial y de 65 bolívares en el mercado paralelo podría superar los 100 bolívares por dólar en el primer trimestre de este año.
Por qué es poco competitiva, pese a ser la mayor reserva del mundo
Los problemas no se limitan a lo que decida Donald Trump. “Si nos planteamos un escenario donde se desmontan todas las sanciones, no vas a tener un aumento relevante de la producción en el corto plazo porque hay temas como la falta de recurso humano, un marco regulatorio poco competitivo respecto a otros países y fallas en el sistema eléctrico”, destaca Pacheco.
Las estadísticas del gobierno indican que los venezolanos caminan sobre un océano de 304.000 millones de barriles de petróleo, lo que convierte a Venezuela en el país con las mayores reservas oficiales del mundo.
Si bien pueden existir dudas sobre estos números, lo cierto es que las reservas probadas son gigantescas y el país cuenta con campos desarrollados que permitirían aumentar la producción en tiempos relativamente cortos si se realizan las inversiones para recuperar la infraestructura y transportarlo.
Pero se requieren cambios urgentes. Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker, afirma, junto a Luisa Palacios y Cristopher de Luca, en el trabajo La industria petrolera de América Latina en la transición energética que Venezuela enfrenta retos importantes.
“La restricción de Venezuela no vendrá dada por su dotación de recursos ni, en los escenarios más graduales, por la caída de la demanda global de petróleo, sino por sus políticas e instituciones”, dice el informe.
Venezuela es poco competitiva cuando se analizan las condiciones para la inversión privada. Una disposición garantiza que el Estado perciba siempre al menos 50% de los ingresos totales obtenidos de los proyectos por la producción de crudo.
También el gobierno establece un impuesto a las ganancias “exorbitantes” que aplica cuando sube el precio del barril y si al mismo tiempo suben los costos, el impacto sobre la caja de las empresas es considerable.
El estudio Análisis del Marco Fiscal Petrolero de Venezuela, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, concluye que “el régimen fiscal existente en Venezuela desalienta severamente la inversión en exploración, desarrollo y operaciones de recobro mejorado”.
De acuerdo a la ley venezolana, las compañías internacionales solo pueden participar en la industria petrolera como accionistas minoritarios en empresas mixtas, asociándose con la alicaída Pdvsa.
El gobierno le ha otorgado a Chevron, Repsol y Maurel & Prom contratos donde les concede el control de la operación en las empresas en que están asociados con Pdvsa, pero esto no ha derivado en grandes inversiones.
El petróleo de Venezuela, en medio de la carrera entre EEUU y China
Analistas y políticos venezolanos consideran que Estados Unidos está interesado en que Venezuela aumente su producción petrolera para recuperarla como proveedor confiable y además tiene como objetivo evitar que China controle sus gigantescas reservas; por lo tanto, bajo esta óptica, la flexibilización de las sanciones no se revertirá.
Luis Pacheco se muestra cauto ante esta lectura y explica que “en este momento Venezuela no es un actor relevante en el mercado petrolero mundial y actualmente la OPEP tiene producción fuera del mercado para sostener los precios, por otro lado, China dejó de realizar inversiones importantes desde hace años”.
Según la Base de Datos de Financiación China-América Latina del Diálogo Interamericano, entre 2007 y 2015 Venezuela recibió créditos por 59.000 millones de dólares, un monto que supera a Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia en conjunto.
https://www.bbc.com/mundo/articles/crg4ve4evxeo
China respalda políticamente a Maduro, pero el apoyo financiero dejó de ser importante para Venezuela.
Getty Images
La idea era que Venezuela se convirtiera en un proveedor estratégico de petróleo para China, pero los planes del chavismo para aumentar la producción no se concretaron y China cerró el grifo del financiamiento, se concentró en cobrar la deuda y replegó las inversiones.
Por ahora, el apoyo financiero de China ha consistido en otorgar plazos más largos para el cobro de la deuda y en comprar petróleo, con un descuento importante en el precio, para que el gobierno de Maduro amortigüe el impacto de las sanciones de Estados Unidos.