Amanda Nguyen, la estudiante que postergó su sueño de ser astronauta por una violación y finalmente llegó al espacio
Una violación cuando estaba a punto de graduarse la obligó a poner en pausa sus ambiciones. Pero Amanda Nguyen supo transformar una experiencia devastadora en algo positivo.
20 de abril 2025 - 19:26hs
La expresión de Nguyen lo dice todo... EPA-EFE/REX/Shutterstock
Nguyen fue violada en una fiesta estudiantil poco antes de graduarse. Getty Images
La ley diseñada por Nguyen fue firmada por Obama en 2016. Getty Images
Nguyen junto a las otras tripulantes de la misión al espacio. Blue Origin
BBC
Cuando era pequeña, Amanda Nguyen, una niña estadounidense hija de padres refugiados vietnamitas, se quedaba parada mirando el cielo y contando estrellas antes de entrar a su casa.
Y es que Amanda y su madre compartían muchas veces un penoso ritual: después de hacer tiempo en la tienda de libros o la biblioteca, la mamá entraba primero para asegurarse de que el padre -un hombre abusivo y violento- estuviese de buen humor.
Es posible que esta forma de buscar refugio en las estrellas fuera, en parte, lo que despertó el amor de Nguyen por la astronomía.
Un amor que la llevó a convertirse el lunes 14 de abril en la primera mujer vietnamita en viajar al espacio, como parte de la primera tripulación completamente femenina desde que la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova hiciera el viaje en solitario en 1963.
Sin embargo –y sin desmerecer en absoluto la importancia de este hito- este no es el primer gran logro que alcanza esta mujer de 33 años.
En 2016, el entonces presidente de EE.UU. Barack Obama firmó una ley impulsada por Nguyen para proteger los derechos de los supervivientes de un asalto sexual; en 2019, fue nominada al Premio Nobel de la Paz y, en 2022, fue una de las mujeres del año de la revista Time.
Todo eso sin contar que en 2014 fundó Rise, una ONG en defensa de las mujeres y los hombres víctimas de abusos sexuales y violación y que, en marzo de este año, publicó su autobiografía.
Un antes y un después
Podríamos decir que la vida de Nguyen se divide en dos: antes de 2013 y después.
Cuando le quedaban apenas tres meses para graduarse en Astrofísica por la Universidad de Harvard (y pocos días para cumplir 22 años) fue violada en una fiesta de una hermandad estudiantil, y sus sueños de convertirse en astronauta de la NASA o espía de la CIA se hicieron trizas.
Luego de una revisión médica en el hospital, la enfermera le planteó sus opciones: si tenía pensado presentar cargos se podían recoger muestras de ADN para la prueba forense a su nombre o de forma anónima.
Nguyen fue violada en una fiesta estudiantil poco antes de graduarse.
Los tiempos para reportar una violación en EE.UU. varían, pero, en su estado, Massachusetts, es posible hacerlo hasta 15 años después del hecho.
Nguyen optó hacerlo de forma anónima. Había dedicado años de esfuerzos a sus estudios, y como sabía que la NASA y la CIA investigaban el pasado de sus candidatos por razones de seguridad, incluyendo el hecho de si tenían un caso judicial activo o no, decidió no asociar su nombre a la muestra y posponer cualquier procedimiento legal por el momento.
Sabía también, porque se lo habían advertido, que llevar un caso de violación a los tribunales podía tomar entre dos y tres años y que la tasa de condenas era de alrededor del 1%.
A los pocos días, aún golpeada por el trauma de lo que le había ocurrido aquella noche de fiesta, recibió una noticia tan absurda como devastadora: le pedían que abonara una factura de cerca de US$5.000 por la prueba de ADN que, además, sería destruida al cabo de seis meses.
"El sistema estaba en mi contra, parecía manipulado, y eso me pareció una traición aún mayor que haber sido violada", le dijo Nguyen hace unos años al periódico británico The Guardian.
En un instante, la brillante y entusiasta estudiante de Harvard con un futuro prometedor se había esfumado.
"Fue una transformación química elemental", señaló. "Me había perdido la vida. Me sentía como el esqueleto de aquella joven estudiante vivaz y feliz. Era como una hoja seca y nunca volvería a ser verde y joven",
"Pero podía transformarme en algo más", añadió, y así fue como aprovechó su profunda desazón para transformarla en un motor de lucha.
Activista accidental
Sin quererlo, Nguyen se convirtió en una activista por los derechos de las personas que atravesaron y atraviesan una situación similar.
Con ayuda de otros sobrevivientes de abuso sexual, abogados y un círculo de personas comprometidas con la causa fundó la ONG Rise (Levántate, en español) y juntos diseñaron la ley por los Derechos de los Supervivientes de un Asalto Sexual que mencionamos antes, que incluye el derecho a que no te destruyan las pruebas de ADN hasta que caduque el estatuto de limitaciones, y el derecho a no tener que pagar por ellas.
La ley diseñada por Nguyen fue firmada por Obama en 2016.
"Soy una activista accidental en el sentido de que no es lo que quería ser: quería ser astronauta", le dijo Nguyen al medio estadounidense Service95, en marzo de este año.
"Pero postergué mis sueños para luchar por mis derechos, porque nadie más lo iba a hacer por mí".
Tras la aprobación de la ley en EE.UU., Nguyen recibió millones mensajes de sobrevivientes alrededor del mundo que querían los mismos derechos para su país.
Así, su lucha se convirtió en global: su activismo la llevó hasta Naciones Unidas donde finalmente se adoptó en 2022 una resolución que indica cómo debe tratarse la evidencia en los casos de agresión sexual en todos los países miembro.
Transformar lo malo en bueno
Su sufrimiento, su trauma, así como su lucha por conseguir justicia se ven reflejados en su autobiografía "Saving Five", donde también cuenta la historia de sus padres que se conocieron en EE.UU., a donde ambos habían llegado huyendo de Vietnam, tras la caída de Saigón.
Cada uno por su lado había salido del país en una pequeña barca, con apenas unas pocas pertenencias, y habían navegado guiados por los cielos nocturnos. Esas historias que oía de pequeña también animaron a Nguyen a interesarse por la astronomía.
Nguyen junto a las otras tripulantes de la misión al espacio.
Pero la violencia que se vivía en su casa, por causa de su padre, también supo transformarla en algo positivo.
Se abocó en los estudios. Esa dedicación le permitía -además de olvidar lo que ocurría en su hogar- pasar más tiempo en el campus de Harvard, al que su padre no podía ingresar por orden judicial.
"Sobrevivir a mi infancia fue la razón por la que tuve las habilidades para sobrevivir a un sistema de justicia penal quebrado", reconoció Nguyen.
Esos años de dolor, sin embargo, parecen ahora haber quedado atrás.
Al regresar del vuelo al espacio que compartió con la cantante de pop Katy Perry, la presentadora de televisión Gayle King, la cineasta Kerianne Flynn, la ingeniera aeroespacial Aisha Bowe y la periodista Lauren Sánchez, prometida de Jeff Bezos, compartió este emotivo mensaje:
"Solo quiero que cada sobreviviente y cada persona que haya tenido un sueño postergado sepa que sus sueños son válidos... E incluso si sus sueños son tan alocados como ir al espacio, importan. Y tú también puedes lograrlo. Si yo pude, tú también puedes", le dijo a NBC Los Ángeles.
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