Estafas, casinos y rascacielos: la lujosa ciudad fantasma que surgió en una de las zonas más pobres del mundo (y en plena guerra civil)
Shwe Kokko, situada en la frontera entre Myanmar y Tailandia, es el epicentro de turbios negocios.
18 de febrero 2025 - 15:31hs
La ciudad de Shwe Kokko ha florecido en plena zona de guerra, pero ahora enfrenta dificultades. Natalie Thomas/BBC
El lado birmano de la frontera con Tailandia se ha llenado de altos edificios. Jonathan Head/BBC
Con mensajes escritos en caracteres chinos, Yatai tiene el aspecto de una ciudad china. Jonathan Head/ BBC
Yatai ha construido la ciudad de Shwe Kokko con la protección de un señor de la guerra local. Jonathan Head/ BBC
La BBC no pudo acceder a ninguno de los edificios en Shwe Kokko. Jonathan Head/ BBC
Muchas de las ventanas en la ciudad tienen rejas en el interior. Thanyarat Doksone/ BBC
Las autoridades chinas describen a She Zhijiang como una gran mente criminal. Cortesía de Yatai
Yatai ha instalado carteles que aseguran que el trabajo forzado está prohibido. Jonathan Head/BBC
Videos de Yatai y She Zhijiang se reproducen en el karaoke. Jonathan Head/BBC
He Yingxiong dirige Shwe Kokko en ausencia de She Zhijiang. Jonathan Head/BBC
He Yingxion vive en esta villa. Jonathan Head/BBC
BBC
Los altos y brillantes edificios que se alzan entre los campos de maíz en el lado birmano del río Moei son un espectáculo tan chocante que hay que frotarse los ojos para asegurarse de que no es un espejismo.
Hace ocho años no había prácticamente nada en este lugar del estado de Karen, en Myanmar, solo árboles y algunos edificios de cemento toscamente construidos.
Una larga guerra civil ha convertido esta zona en uno de los lugares más pobres del mundo.
Pero en este punto de la frontera con Tailandia, ha surgido una pequeña ciudad llamada Shwe Kokko, o Árbol de Lluvia Dorado.
Se dice que ha sido construida sobre estafas y que es el centro de una lucrativa y mortal red de fraude, lavado de dinero y tráfico de personas. El hombre detrás de ella, She Zhijiang, languidece en una cárcel de Bangkok, a la espera de ser extraditado a China.
Pero Yatai, la compañía de She Zhijiang que construyó la ciudad, pinta una visión muy diferente de Shwe Kokko en sus videos promocionales, donde la presenta como una ciudad turística, un destino vacacional seguro para turistas chinos y un refugio para los súper ricos.
La historia de Shwe Kokko es también una de la ambición desenfrenada que se ha propagado desde China en las últimas dos décadas.
She Zhijiang soñaba que la construcción de esta brillante ciudad fuera su boleto de salida del turbio mundo de estafas y juego en el que se movía hace años.
Pero al apuntar tan alto, ha llamado la atención de China, cuyas autoridades están ahora ansiosas por erradicar las operaciones de fraude a lo largo de la frontera entre Tailandia y Myanmar que cada vez más sufren ciudadanos chinos.
El lado birmano de la frontera con Tailandia se ha llenado de altos edificios.
La publicidad sobre las estafas también está perjudicando al turismo tailandés: las autoridades deTailandia han empezado a cortarles la luz a los complejos al otro lado de la frontera, y han endurecido sus normas bancarias, bajo la promesa de bloquear las visas de los sospechosos de usar el territorio tailandés como ruta de tránsito.
Shwe Kokko ha quedado aislada en Myanmar, devastada por la guerra en curso e incapaz de atraer el flujo de inversión y visitantes que necesita para mantenerse a flote.
Yatai trata ahora de arreglar la siniestra imagen de la ciudad permitiendo que los periodistas la vean, manteniendo la esperanza de que una cobertura más favorable pueda incluso sacar a She Zhijiang de la cárcel.
Así que invitaron a la BBC a Shwe Kokko.
Dentro de Shwe Kokko
Llegar allí es complicado.
Desde que comenzó la construcción en 2017, Shwe Kokko ha sido un lugar prohibido, fuera del alcance de visitantes ocasionales.
A medida que la guerra civil en Myanmar que siguió al golpe militar de 2021 se agravaba, el acceso se fue volviendo aún más difícil. Se necesitan tres días de viaje desde el centro comercial del país, Yangon, a través de múltiples puntos de control, carreteras bloqueadas y el riesgo real de quedar atrapado en escaramuzas armadas.
Cruzar desde Tailandia lleva solo unos minutos, pero requiere una planificación cuidadosa para evitar las patrullas de la policía y el ejército tailandeses.
Los colegas de She Zhijiang nos guiaron por un recorrido en el que destacaron las calles recién pavimentadas, las villas de lujo y los árboles: "El Sr. She cree en hacer una ciudad verde", nos dijeron.
Nuestro guía, Wang Fugui, contó que había sido policía en Guangxi, en el sur de China. Terminó en prisión en Tailandia por cargos de fraude, según él, falsos. Allí conoció a She Zhijiang y se convirtió en uno de sus lugartenientes de confianza.
A primera vista, Shwe Kokko tiene la apariencia de cualquier capital provincial china. Los letreros en los edificios están escritos en caracteres chinos, y hay una procesión constante de vehículos de construcción de fabricación china que van y vienen de las obras.
Con mensajes escritos en caracteres chinos, Yatai tiene el aspecto de una ciudad china.
Yatai no da detalles sobre los inquilinos de todos sus edificios, como sobre muchas otras cosas. "Ricos de muchos países alquilan las villas", nos dijeron. ¿Y qué pasa con los negocios? "Muchos negocios. Hoteles, casinos".
Sin embargo, la mayoría de las personas que vimos eran miembros de la etnia karen, una de las minorías de Myanmar, que vienen a Shwe Kokko todos los días a trabajar. Vimos muy pocos de los supuestos clientes acaudalados extranejros de los hoteles y casinos.
Yatai dice que ya no hay estafas en Shwe Kokko. Ha colocado enormes vallas publicitarias por toda la ciudad proclamando en chino, birmano e inglés que no se permite el trabajo forzado y que las "empresas en línea" deben irse. Pero los lugareños nos dijeron en voz baja que el negocio sigue funcionando.
Llegados hace una década en el frenesí de la inversión china en la costa camboyana que luego se trasladó a las tierras sin ley ley de la frontera de Myanmar con China, los operadores de estafas se han establecido ahora a lo largo de la frontera con Tailandia. Allí, el ejército de Myanmar y una mezcla heterogénea de ejércitos rebeldes y señores de la guerra luchan por el control del estado de Karen.
Las estafas se han convertido en un negocio multimillonario. Involucran a miles de trabajadores de China, el sudeste asiático, África y el subcontinente indio que se mantienen en complejos amurallados donde defraudan a personas de todo el mundo sus ahorros.
Algunos trabajan allí voluntariamente, pero otros son secuestrados y obligados a trabajar. Los que han escapado han contado historias desgarradoras de torturas y palizas.
Yatai ha construido la ciudad de Shwe Kokko con la protección de un señor de la guerra local.
Pudimos hablar con una joven que había estado trabajando en uno de los centros de estafas un par de semanas antes de nuestra visita. No le gustó y la dejaron irse.
Según contó, formaba parte del equipo de modelaje, compuesto principalmente por jóvenes atractivas que contactan a las víctimas potenciales e intentan construir una relación íntima en línea con ellas.
"El objetivo son los ancianos", dijo. "Empiezas una conversación como 'oh, te pareces mucho a uno de mis amigos'. Una vez que te haces amigo, los animas enviándoles fotos tuyas, a veces usando tu ropa interior".
Según explicó, la conversación se trasladaba luego a esquemas para hacerse rico rápidamente, como las inversiones en criptomonedas. Las mujeres les decían a sus víctimas que así es como ganaron mucho dinero.
"Cuando se sienten cerca de ti, los pasas a la sección de chat", dijo. "La gente del chat seguirá enviando mensajes con el cliente, persuadiéndolo de que compre acciones en la empresa de criptomonedas".
Durante nuestro breve tiempo en Shwe Kokko, solo se nos permitió ver lo que Yatai quería que viéramos.
Nuestra solicitud para ver el interior de cualquiera de los edificios de oficinas recién construidos fue rechazada. Eso es privado, nos decían. Fuimos escoltados en todo momento por guardias de seguridad adscritos al grupo de milicias que controla esta parte de la frontera.
Se nos permitió filmar los trabajos de construcción y el exterior de los edificios, pero no entrar en ellos. Muchas de las ventanas tenían barrotes en el interior.
La BBC no pudo acceder a ninguno de los edificios en Shwe Kokko.
"Todo el mundo en Shwe Kokko sabe lo que pasa allí", dijo la joven que solía trabajar en un centro de estafas, que desmintió la afirmación de Yatai de que ya no permitía esas actividades en Shwe Kokko.
"Eso es una mentira. No hay forma de que no lo sepan. Toda la ciudad lo hace en esos edificios de gran altura. Nadie va allí por diversión. No hay forma de que Yatai no lo sepa".
Muchas de las ventanas en la ciudad tienen rejas en el interior.
¿Quién es She Zhijiang?
"Puedo prometer que Yatai nunca aceptaría el fraude ni las estafas de telecomunicaciones", dijo She Zhijiang en una llamada desde la prisión preventiva de Bangkok en la que está detenido.
Yatai quería que le escucháramos en persona y nos conectó a través de una inestable videollamada en la que el señor Wang era quien le transmitía nuestras preguntas porque nosotros debíamos permanecer fuera de la vista de los guardias de la cárcel.
No se sabe mucho sobre She Zhijiang, un empresario chino que, según Pekín, es una privilegiada mente criminal.
Nacido en un pueblo pobre de la provincia de Hunán en 1982, dejó la escuela a los 14 años y aprendió programación informática. Hay indicios de que se trasladó a Filipinas cuando era un veinteañero y se involucró en los juegos de azar en línea, ilegales en China.
Así comenzó a ganar dinero. En 2014, fue condenado por un tribunal chino por dirigir una lotería ilegal, pero permaneció en el extranjero.
Invirtió en negocios de juego en Camboya y logró obtener la ciudadanía camboyana. Ha utilizado al menos cuatro nombres diferentes.
Las autoridades chinas describen a She Zhijiang como una gran mente criminal.
En 2016, llegó a un acuerdo con un señor de la guerra en Karen, Saw Chit Thu, para construir una nueva ciudad juntos. She Zhijiang proporcionaría los fondos, la maquinaria y los materiales de construcción chinos, mientras que Saw Chit Thu y sus 8.000 combatientes armados garantizarían su seguridad.
Videos glamurosos de Yatai prometían una inversión de US$15.000 millones y mostraban un paraíso de edificios altos con hoteles, casinos y parques cibernéticos. Shwe Kokko fue descrita como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de Xi Jinping, que regaba fondos e infraestructura chinos por el mundo.
Pero Pekín se desvinculó públicamente de She Zhijiang en 2020, y el gobierno birmano inició una investigación sobre Yatai, que construía mucho más que las 59 villas autorizadas por su permiso de inversión y había abierto casinos antes de que hubieran sido permitidos en Myanmar.
En agosto de 2022, tras una petición de China a la Interpol, She Zhijiang fue arrestado y encarcelado en Bangkok. Tanto él como su socio comercial Saw Chit Thu han sido también sancionados por el gobierno británico por sus vínculos con el tráfico de personas.
She Zhijiang afirma ser víctima de un doble juego por parte del Estado chino. Dice que fundó su empresa Yatai por instrucción del Ministerio de Seguridad del Estado chino, e insiste en que Shwe Kokko era entonces parte de la BRI.
Acusa a los líderes comunistas chinos de volverse contra él porque se negó a darles el control de su proyecto. Dice que querían una colonia en la frontera entre Myanmar y Tailandia. China ha negado cualquier relación comercial con She Zhijiang.
Si bien negó cualquier irregularidad por parte de Yatai, She Zhijiang admitió sin embargo "una alta probabilidad" de que los estafadores estuvieran llegando a Shwe Kokko para gastar su dinero debido a que la ciudad está completamente abierta a cualquiera que pueda entrar y salir.
"Negar clientes, para un hombre de negocios como yo, es realmente difícil. Esta es mi debilidad", dijo.
Sin embargo, es difícil de creer que Yatai, que lo dirige todo en Shwe Kokko, no pueda impedir que los estafadores entren y salgan de la ciudad.
También cuesta pensar que cualquier otro negocio que no sean las estafas eligiera operar aquí.
Con Tailandia cortando la energía y las telecomunicaciones, la electricidad proviene de generadores diésel, que son costosos de operar. Y las comunicaciones pasan a través del sistema de satélite Starlink de Elon Musk, también muy costoso.
La estrategia de Yatai es "blanquear el proyecto para crear una narrativa de que Shwe Kokko es una ciudad segura", dice Jason Tower, del Instituto Estadounidense para la Paz, que ha pasado años investigando la operación de estafa en Shwe Kokko.
Dice que incluso podrían "comenzar a trasladar algunos de los componentes más notorios de la industria de las estafas, como la tortura, a otras zonas".
Pero no cree que el plan funcione: "¿Qué tipo de negocios legítimos irán a Shwe Kokko? Simplemente no es atractivo. La economía seguirá siendo una economía de estafa".
Un negocio en una zona de guerra
Cuando finalmente se nos permitió ver el interior de un casino en Shwe Kokko, su diector, un australiano, nos dijo que iban a cerrarlo.
Dentro, los únicos clientes eran locales, que jugaban en un popular juego en el que tenían que disparar a peces digitales. Se nos prohibió hacer cualquier entrevista. Los salas traseras con las mesas de cartas y ruletas estaban vacías.
El gerente australiano dijo que el casino, construido hace seis años, había sido popular y rentable cuando solo había uno o dos, antes de la guerra civil. Pero en estos días, con al menos nueve casinos en funcionamiento, no hay suficientes clientes para todos.
El verdadero dinero estaba en los juegos de azar en línea, que, según dijo, era el principal negocio en Shwe Kokko.
Yatai ha instalado carteles que aseguran que el trabajo forzado está prohibido.
Es imposible saber cuánto dinero se gana a través de los juegos de azar en línea y cuánto a través de actividades delictivas directas como el lavado de dinero y las estafas. Por lo general, se gestionan desde los mismos complejos y por los mismos equipos. Cuando le preguntamos a Yatai cuánto dinero ganaban, no nos lo dijeron, ni siquiera una cifra aproximada. Eso es privado, dijeron.
La empresa está registrada en Hong Kong, Myanmar y Tailandia, pero estas son poco más que empresas fantasma, con muy pocos ingresos o beneficios que pasen a través de ellas.
Rechazamos la oferta de Yatai de ver la pista de karts, el parque acuático y la granja modelo que han construido. Vimos otro casino, mientras nos llevaban a desayunar al propio hotel de lujo de Yatai, aunque no pudimos entrar. Parecía vacío.
La única otra instalación que se nos permitió ver fue un club de karaoke, con espectaculares salas privadas y cúpulas completamente cubiertas de pantallas digitales en las que nadaban enormes peces tropicales y tiburones.
También pasaban vídeos que ensalzaban la visión y las virtudes de She Zhijiang. Este club también parecía desierto, a excepción de algunas jóvenes chinas que trabajaban allí.
Llevaban máscaras para evitar ser identificadas y bailaron sin entusiasmo al son de la música durante unos minutos antes de rendirse y sentarse.
No se permitieron entrevistas. Solo pudimos hablar con una empleada local, pero estaba tan intimidada que no nos dijo más que su nombre.
Videos de Yatai y She Zhijiang se reproducen en el karaoke.
En su ausencia, She Zhijiang ha dejado la gestión de Shwe Kokko a un joven protegido, He Yingxiong, de 31 años. Vive con Wang Fugui en una extensa villa que han construido a orillas del río Moei, con vistas a Tailandia y custodiada por enormes guardaespaldas chinos. Allí juegan, comen y beben mientras vigilan los negocios.
He tiene una explicación ligeramente diferente a la de su jefe sobre las estafas que aún operan ante sus narices. "Solo somos promotores inmobiliarios", dijo. "Puedo garantizar que este tipo de cosas no suceden aquí.
"Pero incluso si sucede, la gente local tiene su propio sistema legal, por lo que es su trabajo lidiar con ello. Nuestro trabajo es solo proporcionar buena infraestructura, buenos edificios e industrias de apoyo", declaró.
Pero en esta parte de Myanmar no hay ni gobierno ni sistema legal. Aquí mandan los diversos grupos armados que controlan diferentes partes del territorio a lo largo de la frontera tailandesa.
Son sus jefes quienes deciden quién puede construir o dirigir un negocio, y exigen su parte para ayudar a financiar las guerras que libran contra el ejército de Myanmar o entre ellos. Es conocido que muchos de ellos albergan complejos de estafa.
He admitió que fue la guerra la que permitió a Yatai obtener la tierra tan barata. Grupos de derechos humanoshan acusado a Saw Chit Thu de expulsar a los habitantes originales de sus tierras, con una compensación mínima, aunque está claro que Yatai también está proporcionando empleos muy necesarios para los locales.
Es la falta de ley en el estado de Karen lo que lo hace tan atractivo para los negocios ilegales, y eso no ayuda a la imagen de Shwe Kokko.
He Yingxiong dirige Shwe Kokko en ausencia de She Zhijiang.
Tampoco lo hacen los titulares recientes.
El mes pasado, Wang Xing, un actor chino de 22 años, fue rescatado de un centro de estafas en la frontera después de ser atraído a Tailandia con una oferta de trabajo en el rodaje de una película. Su desaparición suscitó una avalancha de preguntas en las redes sociales chinas, lo que obligó a las autoridades tailandesas y chinas a montar una operación conjunta para liberarlo.
Muchos turistas chinos han cancelado sus vacaciones en Tailandia al temer por su seguridad.
El de Wan Xing no fue una caso aislado. La BBC ha recibido correos electrónicos en los que víctimas de estafas piden ayuda y las organizaciones de rescate creen que todavía hay miles atrapados. Casi todos están en complejos más pequeños a lo largo de la frontera al sur de Shwe Kokko.
Yatai nos recalcó que es en estas construcciones más rudimentarias, algunas poco más que una colección de cobertizos construidos en claros del bosque, donde suceden todas las cosas malas ahora.
Mencionaron KK Park, un conocido complejo de edificios bajos al sur de la ciudad fronteriza de Myawaddy, y Dongmei, un centro dirigido por un prominente capo del crimen chino llamado Wan Kuok Koi, más conocido como Diente Roto.
He Yingxion vive en esta villa.
Esa distinción no ha ayudado a She Zhijiang, quien una vez tuvo la atención de políticos, jefes de policía e incluso miembros de la realeza tailandesa. Hoy parece haber perdido incluso la influencia que una vez tuvo para comprar privilegios en prisión. Se ha quejado de haber sido maltratado por los guardias.
Sus abogados han recurrido la notificación roja de la Interpol utilizada para justificar su arresto, pero la voz de China probablemente será la que más pese a la hora de decidir su destino.
En nuestra entrevista con él, Shi Zhijiang parecía genuinamente indignado por su repentino cambio de fortuna.
"Antes no entendía los derechos humanos, pero ahora realmente entiendo lo horrible que es que se infrinjan", dijo.
"Es difícil imaginar cómo se pisotean los derechos humanos de la gente común en China cuando un hombre de negocios respetado como yo, que solía poder asistir a los mismos banquetes estatales que Xi Jinping, no tiene sus derechos humanos y su dignidad protegidos de ninguna manera".
Parece que realmente creyó que podría construir algo que algún día trascendería los sórdidos orígenes de Shwe Kokko como una ciudad de estafas.
Lo que le suceda ahora es difícil de adivinar, pero si los gobiernos tailandés y chino siguen actuando para cerrar las estafas, el dinero comenzará a escasear.
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