29 de abril 2025 - 14:56hs

Un día después del atraco, en octubre de 2016, el ladrón Yunice Abbas se fue a su casa a dormir.

Al despertar, su esposa estaba pegada al televisor. La noticia del día era que la estrella estadounidense Kim Kardashian, entonces de 35 años, había sido atada y asaltada a punta de pistola en un lujoso apartamento de París.

Le habían robado todas sus joyas, valoradas en unos US$10 millones, incluyendo el anillo de compromiso que le regaló su entonces esposo, el rapero Kanye West, que valía US$4 millones.

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La esposa de Yunice Abbas lo fulminó con la mirada. "Esto tiene tu nombre escrito por todas partes", se quejó.

Tenía razón. El hombre de 62 años había incursionado en el crimen toda su vida, desde delitos menores hasta atracos a bancos.

El robo a Kardashian, escribió más tarde en sus memorias, iba a ser su último trabajo antes de jubilarse.

Pero una serie de errores hicieron que el crimen estuviera condenado al fracaso desde el principio, y a principios de 2017, tres meses después del incidente, Abbas y varios de sus presuntos cómplices fueron arrestados.

Yunice Abbas
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Yunice Abbas, autor del libro "Yo robé a mano armada a Kim Kardashian".

Diez de ellos comparecerán ahora ante un tribunal de París en un juicio que durará poco menos de tres semanas.

Cinco de ellos están acusados de participar en el atraco y seis de ser cómplices.

La mayoría nació en la década de 1950, lo que llevó a los medios franceses a apodarlos los "abuelos ladrones".

Abbas y un hombre de 68 años, Aomar Ait Khedache, confesaron; los demás, no.

Uno de ellos ha fallecido y otro, de 81 años, será absuelto por padecer demencia avanzada.

Para cuando comience el juicio, habrán pasado casi nueve años desde el atraco.

Los ladrones armados huyeron en bicicleta y a pie

En la noche del 2 al 3 de octubre de 2016, Abbas y cuatro cómplices presuntamente vigilaron la discreta suite de Kardashian en el Hotel de Pourtalès, en el elegante barrio de la Madeleine de París, cerca de la Ópera y la Place Vendôme.

Alrededor de las 3:00 hora local, irrumpieron en el vestíbulo del hotel, vestidos de policías y armados con una pistola.

Amenazaron y esposaron a Abderrahmane Ouatiki, un estudiante de doctorado argelino que solía trabajar como recepcionista nocturno, y lo llevaron a la habitación de Kardashian.

Estaba descansando en su cama, fatigada tras días asistiendo a los eventos de la Semana de la Moda en París, cuando oyó pisadas fuertes subiendo las escaleras.

Llamó a su hermana Kourtney y a su estilista Stephanie, pero cuando no respondieron entró en pánico.

"Sabía que alguien me iba a rescatar", recordó años después en una entrevista con el periodista estadounidense David Letterman. "Así lo sentía".

Kim llamó al 911, pero el número, por supuesto, no funcionaba fuera de Estados Unidos.

Mientras llamaba a su entonces guardia de seguridad, Pascal Duvier, quien había acompañado a su hermana a un club, los hombres irrumpieron, la empujaron sobre la cama y empezaron a gritar.

Policías afuera del lujoso apartamento donde Kim Kardashian fue asaltada
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Policías afuera del lujoso apartamento donde Kim Kardashian fue asaltada a punta de pistola

"No paraban de decir: '¡el anillo, el anillo!'. Yo estaba tan sorprendida que no entendía nada", le contó a Letterman.

La barrera del idioma obligó a Ouatiki a actuar como intérprete.

Encontraron el anillo y lo metieron en una bolsa junto con otras joyas, además de 1.000 euros (unos US$1.135) en efectivo. Uno de los hombres la agarró y la jaló hacia él.

Como llevaba una bata sin nada debajo, pensó que la iba a agredir, le contó Kim a Letterman, secándose las lágrimas.

Pero en lugar de eso, el hombre la ató con bridas y cinta adhesiva y la dejó en el baño.

Luego, él y el resto de los ladrones huyeron en bicicleta y a pie. Kim se liberó de sus ataduras y, poco después, apareció su guardia de seguridad.

Traumatizada, Kardashian hizo una declaración a la policía francesa en la madrugada y regresó a Estados Unidos al amanecer.

No fue hasta más tarde ese mismo día, cuando Abbas miró la pantalla de televisión junto a su esposa, que entendió quién era la víctima.

"Hubo alertas de última hora diciendo que Kim Kardashian había sido asaltada a punta de pistola; así de importante era", afirma KJ Matthews, periodista de entretenimiento de Los Ángeles.

Los errores condenaron el robo al fracaso

"Estábamos fascinados con ella, su familia y su ascenso a la fama... Cuando ocurrió el robo, nos quedamos muy sorprendidos. ¿Cómo pudieron los ladrones acercarse tanto a ella?", cuenta Matthews.

Aunque se cometieron errores en cuanto a la seguridad de Kardashian, también se cometieron graves fallas por parte de los ladrones.

"No tuvieron en cuenta los avances de las técnicas policiales, que ahora pueden encontrar microrastros de ADN en cualquier lugar", declaró Patricia Tourancheau, reportera de sucesos y autora de "Kim y los Abuelos Ladrones", un relato exhaustivo del atraco y de la vida de sus autores.

"Cuando se disfrazaron de policías pensaron: 'Ya está, nadie podrá reconocernos'", añadió.

Pero en 2016, París aún se recuperaba de los atentados terroristas del año anterior, y había una gran cantidad de cámaras de vigilancia por toda la ciudad, lo que permitió a la policía localizar a los ladrones y verlos huir con las joyas.

Otros detalles de esta historia sugieren que la planificación de los ladrones fue bastante aleatoria. Al huir del lugar en bicicleta, Abbas tropezó, dejando caer una bolsa con joyas.

Al día siguiente, un transeúnte encontró un collar con incrustaciones de diamantes y lo llevó puesto todo el día en su oficina antes de ver las noticias y darse cuenta de dónde había salido.

La policía arrestó a Abbas y a varias personas más en enero de 2017 y más tarde confirmó que los ladrones habían estado bajo vigilancia durante varias semanas, después de que los rastros de ADN dejados en la escena coincidieran con Aomar Ait Khedache, también conocido como "Omar el Viejo".

Kim Kardashian
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Kim Kardashian llega al restaurante 'L'Avenue' con su guardaespaldas Pascal Duvier el 2 de octubre de 2016.

Medios franceses publicaron una foto del operativo policial, que muestra a varios de los hombres tomando café y charlando en un café parisino ese invierno, justo antes de su arresto.

La pregunta que queda pendiente, y que sin duda se explorará durante el juicio, es cómo la banda se enteró de la agenda de Kardashian.

Documentos judiciales vistos por la BBC muestran que tanto Khedache como Abbas declararon que toda la información que necesitaban fue publicada en línea por la propia Kardashian, cuya carrera está basada en compartir detalles sobre su vida.

Pero, ¿cómo supo la banda que la noche del 2 de octubre Kardashian estaría sola en su habitación, sin su guardia de seguridad?

Según los documentos, la policía cree que Gary Madar, cuyo hermano, Michael, tenía una empresa que había proporcionado transporte y taxis a las Kardashian durante años, fue cómplice del atraco dando información sobre el paradero de Kim.

Madar fue arrestado en enero de 2017. Su abogado, Arthur Vercken, refutó vehementemente las acusaciones, diciendo a la BBC que "desde el principio, el caso se basó en suposiciones, tesis y teorías, pero nunca se encontraron pruebas [de la participación de Madar]".

Añadió que, aunque los hermanos Madar intercambiaron mensajes sobre las Kardashian durante la Semana de la Moda, fue simplemente porque estaban "aburridos" y que cuando se produjo el robo, Gary estaba dormido.

El hermano de Gary, Michael, no está acusado.

"Cinco hombres hicieron esto. ¿No crees que alguno de ellos vigilaba quién entraba y salía de su hotel?", cuestionó el abogado, sugiriendo que Madar solo había sido arrestado "para demostrar que el sistema judicial francés funciona".

Kim Kardashian
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Kanye West le propuso matrimonio a Kim con un anillo de diamantes de US$4 millones

El juicio también intentará determinar dónde acabaron las joyas.

El rastreo policial de los teléfonos de la banda reveló que, poco después del robo, Omar el Viejo viajó de París a Amberes, Bélgica, donde se vende el 50% de los diamantes pulidos y el 80% de los diamantes en bruto del mundo, según la Oficina de Inversión en Diamantes.

Se informó que muchas joyas fueron fundidas o destruidas y vendidas. Abbas recibió 75.000 euros (US$85.000); los otros mucho menos.

En cuanto al anillo de compromiso de Kim, Omar el Viejo afirmó que la banda tenía muchos temores de venderlo, ya que era muy fácil de rastrear. Nunca ha sido encontrado.

Sin duda, Kim quedó asustada por el suceso, que marcó el inicio de su pausa en las redes sociales.

En un episodio de Keeping Up With The Kardashians -el reality show de la familia- Kim recordó entre lágrimas la noche del robo y dijo que temió por su vida; más tarde, también afirmó que el robo la había convertido en una persona "menos materialista".

Poco después del incidente, su hermana Khloe declaró en el Show de Ellen DeGeneres que, por razones de seguridad, la familia Kardashian estaba implementando algunos cambios en la libertad con la que publicaban en redes sociales.

"El mayor cambio fue su equipo de seguridad", le dijo KJ Matthews a la BBC.

"Se enfrentaron a alguien muy famoso y ni siquiera sabían quién era"

Patricia Tourancheau, autora del libro sobre el atraco, dijo estar "fascinada" por el "enfrentamiento entre estos ladrones de la vieja escuela de la periferia parisina y una estrella mundial de las redes sociales".

"Ellos huyeron en bicicleta y ella vuela en jets privados", contó entre risas.

"Son un grupo de ladrones ancianos y sin recursos, siempre están en bancarrota, siempre involucrados en planes enrevesados... y se enfrentaron a alguien muy famoso y ni siquiera sabían quién era".

La banda no era de "élite", como se sugirió al principio, añadió. "Esta no es la flor y nata del bandolerismo francés. La verdad, son unos perdedores. Son el mismo tipo de gente que en los años 60 y 70 robaba bancos u oficinas de correos, y que luego se dedicaron al narcotráfico y después a las joyas porque era más fácil", señaló.

A mediados de mayo, Kim se enfrentará a los sospechosos por primera vez en años cuando declare como testigo en el juicio.

Las cámaras no están permitidas en los tribunales franceses, pero su sola llegada al tribunal de la Ile de la Cité inevitablemente desatará el mismo frenesí mediático que la ha acompañado durante más de una década.

En sus memorias, Abbas expresó su esperanza de que la condición de la víctima y la repercusión mundial del caso no influyan indebidamente en los jueces.

Pero también dijo que el último día del juicio llevaría una bolsa de lona con sus pertenencias, listo para ser enviado a prisión.

"El problema con el pasado", escribió, "es que permanece contigo mientras vives".

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BBC

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FUENTE: BBC

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