Netflix estrenó el 11 de diciembre la primera parte de la adaptación en formato serie de Cien años de soledad, y más allá del éxito que ha representado para la plataforma (es la tercera serie más vista a nivel mundial entre las producciones de habla no inglesa), también tuvo un impacto directo sobre la economía colombiana.
La adaptación de una de las obras más célebres de Gabriel García Márquez significó, según datos de Netflix, un movimiento de 225.000 millones de pesos colombianos (unos 51 millones de dólares) para la economía del país, sin tener en cuenta el presupuesto de la serie, que es la producción más cara que se ha hecho en el país.
El impacto de la serie a nivel económico está determinado por el uso de proveedores locales para distintos elementos de la producción, por la intervención de un centenar de músicos para la grabación de la banda sonora, y por el trabajo de obreros y artesanos que se encargaron, entre otras tareas, de crear una versión física del pueblo donde se ambienta la historia, Macondo.
También se trabajó con textiles locales, además de una búsqueda de muebles y elementos de utilería en casas de antigüedades. Otro punto que influyó en el movimiento económico que generó la serie es el turismo: actualmente pueden visitarse los sets donde se grabó la ficción y hay exposiciones de vestuario y otros elementos de la serie.
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