Las autoridades chinas están demorando la aprobación de una planta de la compañía de autos eléctricos BYD en México. La medida apunta a proteger el know-how de los vehículos desarrollado por la empresa, ya que se teme que su cercanía geográfica facilite el acceso a esta tecnología por parte de actores estadounidenses.
En 2023, BYD anunció su intención de establecer una fábrica en México, que dijo crearía 10.000 puestos de trabajo y produciría 150.000 vehículos por año. De todas formas, para que una automotriz pueda producir fuera del país necesita la autorización del Ministerio de Comercio chino, que aún no fue otorgada, según dijeron fuentes conocedoras del tema al Financial Times.
Una de las preocupaciones principales es que México pueda acceder libremente al conocimiento tecnológico de BYD, abriendo la puerta a transferencias indirectas hacia Estados Unidos. China ha sido históricamente acusada de apropiarse de propiedad intelectual extranjera. Ahora, con una industria de vehículos eléctricos consolidada, el país enfrenta el mismo dilema que antes atribuía a otros: cómo evitar que terceros accedan a su tecnología sin restricciones.
La decisión se da además en medio de la escalada comercial lanzada por el gobierno de Donald Trump, que estableció aranceles del 20% a las importaciones chinas.
BYD acelera y se acerca a Tesla
BYD es la automotriz más exitosa de China y el año pasado vendió 4,3 millones de vehículos eléctricos e híbridos en todo el mundo. En 2024 vendió 1,76 millones de autos puramente eléctricos, con lo que quedó levemente por detrás de su principal competidor, la estadounidense Tesla, de Elon Musk, que sigue liderando en el mercado mundial pese a una caída en sus ventas, y comercializó 1,79 millones.
Fundada en 1995 como proveedora de baterías, BYD se expandió al sector automotriz con modelos eléctricos accesibles y tecnología propia.
Esta semana lanzó una batería que permite cargar un vehículo en cinco minutos y revolucionó el mercado. La nueva tecnología del sistema llamado "Super e-Platform", con una potencia que puede llegar hasta los 1.000 kW, busca "aliviar la ansiedad que produce la carga en los usuarios", dijo el fundador de la empresa, Wang Chuanfu, al hacer el anuncio, que la coloca por de Tesla, cuyos "supercargadores" no van más allá de una potencia máxima de 500 kW.
"Nuestro objetivo es lograr que el tiempo de carga de los vehículos eléctricos sea tan corto como el de los de combustión", declaró Wang en la presentación del dispositivo el lunes.
Cuestionamientos y obstáculos
A pesar de su crecimiento, BYD también ha enfrentado denuncias. Entre ellas, acusaciones de condiciones laborales precarias en algunas fábricas fuera de China.
Las restricciones de venta en Estados Unidos impiden una competencia directa. Sin embargo, modelos como el BYD Dolphin Mini Plus pueden adquirirse en países vecinos como México.
Este modelo cuesta 23.000 dólares y ofrece una autonomía estimada de 405 kilómetros. Es un ejemplo del tipo de vehículo que muchos usuarios de Tesla esperaban de esa marca.