11 de marzo 2025 - 13:00hs

El temor a una recesión en Estados Unidos a partir de la guerra comercial lanzada por Donald Trump hizo tambalear al mercado financiero. Wall Street sufrió el lunes su peor jornada del año, en la que Tesla se desplomó un 15% y Elon Musk perdió 29.000 millones de dólares en un solo día.

El magnate sudafricano, cuya incursión en el gobierno del republicano repercutió negativamente en sus negocios, con una fuerte caída de las ventas del fabricante de autos eléctricos, enfrentó además un "ciberataque masivo" en su red social X. Musk, que lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que busca achicar el gasto público, sufrió además un golpe para su compañía SpaceX por la reciente explosión de dos cohetes.

En medio del caos, Trump, un declarado escéptico de los autos eléctricos, prometió comprar un Tesla, un gesto simbólico en defensa de su aliado. "Voy a comprar un Tesla nuevo mañana por la mañana como muestra de confianza y apoyo a Elon Musk, un estadounidense grande de verdad", publicó en su red Truth Social.

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En su mensaje, aseguró que Musk estaba llevando a cabo "un TRABAJO FANTÁSTICO" y acusó a "lunáticos de izquierda radical" de intentar "boicotear ilegalmente a Tesla, uno de los mayores fabricantes de autos del mundo y el bebé de Elon". "¿Por qué debería ser castigado por poner su tremenda capacidad a trabajar para ayudar a HACER ESTADOS UNIDOS GRANDE DE NUEVO?", preguntó el presidente.

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Tesla en caída libre: de promesa a problema

El derrumbe de Tesla es uno de los símbolos de la crisis. La automotriz ha perdido el 45% de su valor en lo que va del año y ahora enfrenta no solo una caída en ventas, sino también protestas y boicots por los ajustes emprendidos por Musk en la administración federal y su respaldo a grupos de ultraderecha.

El empresario, quien en noviembre parecía beneficiarse de su cercanía con Trump, ahora enfrenta la realidad: la relación con el presidente no ha protegido a Tesla. Las ventas cayeron más de un 45% en enero en la Unión Europea y Reino Unido, mientras que en China, uno de sus mercados más importantes, se redujeron un 11%. Mientras, sus competidores, beneficiados por subsidios que Musk criticó, ganan terreno.

Las protestas también han escalado. En Boston, una estación de carga de Tesla fue incendiada y en Oregon alguien disparó contra un concesionario. Usuarios de Tesla reportan ataques a sus vehículos. Musk responsabiliza a “activistas liberales” y apunta a George Soros como el artífice de la supuesta campaña en su contra.

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X y SpaceX, los otros problemas de Musk

Mientras Tesla se derrumbaba en Wall Street, X sufrió un apagón masivo el lunes, con miles de reportes de fallos en la plataforma. Musk no tardó en señalar una causa: “Un ciberataque masivo. Un grupo grande y coordinado está detrás de esto”, escribió en X.

Eric Noonan, CEO de CyberSheath, advirtió que es prematuro concluir que se trató de un ataque. Desde su compra por Musk, la red ha perdido el 80% de su valor, según estimaciones de Fidelity.

La tercera gran crisis de Musk está en el espacio. Dos explosiones de cohetes Starship de SpaceX en los últimos meses han generado preocupaciones sobre la viabilidad del proyecto. La más reciente dejó escombros en las Islas Turcas y Caicos y provocó interrupciones en vuelos comerciales.

Musk minimizó los incidentes: “La próxima nave estará lista en cuatro o seis semanas”, afirmó. Sin embargo, la Administración Federal de Aviación (FAA) sigue investigando.

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