"La política comercial estadounidense ha estado en una salvaje montaña rusa y nadie sabe cuándo terminará". La definición es de Steven Kamin, miembro principal del American Enterprise Institute (AEI) y ex director de la división de finanzas internacionales de la Junta de la Reserva Federal. Para el mercado financiero, léase Wall Street, el virulento inicio de gestión de Donald Trump lanzando aranceles a diestra y siniestra está siendo más de lo que estimaban. "La incertidumbre que vemos desde un punto de vista geopolítico, en torno a los aranceles, definitivamente está creando un poco de incertidumbre que puede afectar las capacidades de ejecución para nosotros", advirtió Sergio Ermotti, director ejecutivo de UBS Group durante una conferencia con inversores del banco en Miami.
Sucede que se van sumando batallas a la guerra comercial de Trump casi todos los días. La última es la declaración del presidente de imponer aranceles del 25% a las importaciones de aluminio y acero. Y ha prometido imponer aranceles recíprocos a sus socios comerciales a finales de esta semana.
La primera salva arancelaria se produjo en enero, después de que el presidente colombiano Gustavo Petro revocara los derechos de aterrizaje de un vuelo militar estadounidense que transportaba deportados. Trump anunció que impondría aranceles del 25% a las importaciones procedentes de Colombia, algo que habría devastado la economía de ese país. Petro cedió rápidamente y Trump eliminó los aranceles (por ahora).
Claudia Sheinbaum - EFE Isaac Esquivel.avif
Los que pausaron la guerra comercial
Más recientemente, Trump anunció aranceles del 25% a México y Canadá, y aranceles adicionales del 10% a China. La razón: que permitían el flujo de drogas ilegales e inmigrantes a Estados Unidos. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, cedió primero y acordó enviar 10.000 soldados a la frontera con Estados Unidos para cortar los envíos de drogas a cambio de una suspensión de los aranceles por un mes. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, obtuvo su indulto unas horas más tarde, también a cambio de fortalecer la frontera con Estados Unidos. China todavía está en pie con sus aranceles, a pesar de que Trump señalara que el aumento del 10% en las importaciones desde ese país fue sólo “una salva inicial”.
"Incluso si estos aranceles también se suspenden, los acontecimientos de las últimas semanas han reforzado las ya altísimas incertidumbres sobre las perspectivas de la futura política comercial de Estados Unidos. De hecho, la única certeza es que los próximos cuatro años de política comercial serán arbitrarios, caprichosos e impredecibles. Esta incertidumbre podría causar aún más daño a la economía estadounidense que los efectos directos de los propios aranceles", sostuvo el economista de American Enterprise Institute.
El argumento de Kamin es que antes de que las empresas inviertan su tiempo, esfuerzo y dinero en nuevos proyectos, necesitan saber qué costos enfrentarán, qué precios pueden cobrar, cuántos ingresos obtendrán y qué ganancias obtendrán. "Un aumento imprevisto de los aranceles complica la ecuación. Puede aumentar los costos y alterar la producción de las empresas que dependen de insumos importados. Puede cerrar los mercados extranjeros a los exportadores estadounidenses mientras los socios comerciales de Estados Unidos toman represalias con sus propios aranceles", sostuvo.
Si el nivel general de aranceles aumenta lo suficiente, el costo del endeudamiento aumentará a medida que la Reserva Federal de Estados Unidos endurezca la política monetaria para evitar el aumento de la inflación. En respuesta a tal incertidumbre, muchas empresas pospondrán sus decisiones de inversión hasta lograr una mayor claridad.
Empresas ven más costos y más "caos"
Desde el mundo corporativo también se empiezan a manifestar las preocupaciones. El director ejecutivo de Ford Motor, Jim Farley, dijo que los aranceles propuestos e implementados por el presidente Trump han añadido "muchos costos y mucho caos".
"El presidente Trump ha hablado mucho sobre fortalecer nuestra industria automotriz, traer más producción aquí, más innovación a Estados Unidos, y si esta administración puede lograr eso, sería uno de los logros más emblemáticos. Hasta ahora, lo que estamos viendo es mucho costo y mucho caos", apuntó.
La guerra comercial pasada de Trump trajo consecuencias que algunos creen que puede repetirse. Durante la primera administración del republicano, sus andanadas de aranceles contra China, Canadá, la Unión Europea (UE) y otros provocaron un aumento sin precedentes de la incertidumbre sobre la futura política comercial.
Los investigadores de la Reserva Federal cuantificaron esta incertidumbre basándose en la cantidad de artículos periodísticos que mencionan los riesgos de las políticas proteccionistas. Definieron un índice de incertidumbre en política comercial, o TPU, por sus siglas en inglés, como igual a 100 cuando el 1% de todos los artículos de noticias hacen referencia a amenazas arancelarias.
En última instancia, esta investigación encontró que después de rebotar por debajo de 50 durante las tres décadas anteriores, el TPU se disparó a más de 250 a finales de 2018 y nuevamente a mediados de 2019. A pesar de que el nivel promedio de los aranceles estadounidenses aumentó sólo marginalmente, la confusión sobre la futura política comercial pesó mucho sobre la economía: el crecimiento de la inversión real se redujo a la mitad a principios de 2019, mientras que la producción industrial se estancó por completo.
El impacto en la economía de los aranceles
Para el ex director de la división de finanzas internacionales de la Junta de la Reserva Federal, esto no fue una coincidencia. Numerosos observadores identificaron las preocupaciones sobre los aranceles como un factor clave que socava el crecimiento, y tanto la incertidumbre arancelaria como el consiguiente debilitamiento de la economía global ayudaron a desencadenar una fuerte caída en el mercado de valores en 2018.
De hecho, el estudio de la Reserva Federal también identificó una conexión significativa entre los aumentos anteriores de la incertidumbre en materia de política comercial y las caídas de la actividad económica; y concluyó que el aumento de la incertidumbre observado en 2018 y 2019 podría efectivamente conducir a una contracción importante del crecimiento económico.
"La incertidumbre sobre la política comercial futura disminuyó en gran medida después de 2019 y se mantuvo relativamente baja durante la mayor parte de la administración Biden, incluso cuando se mantuvieron la mayoría de los aumentos arancelarios de Trump. Sin embargo, la incertidumbre volvió a aumentar a medida que avanzaba la campaña electoral presidencial y, a finales de 2024, superó los niveles máximos de la primera administración de Trump. Si bien esperamos datos más recientes, es justo decir que después de los acontecimientos de las últimas semanas, las especulaciones sobre la política comercial de Trump están ahora en un punto álgido", asevera el economista de la AEI.