El director ejecutivo de Tesla y jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Elon Musk, está pidiendo a los empleados del gobierno que presenten lo que lograron para cada agencia donde trabajan, con el objetivo de hacer una "purga" en el sector público. A los inversores de Tesla les gustaría hacerle a Musk la misma pregunta.
Las acciones de Tesla han bajado un 28% en lo que va de año y casi han renunciado a todas sus ganancias desde la victoria electoral del presidente Donald Trump el 5 de noviembre (cerraron a 251,44 dólares el día de las elecciones). La acción alcanzó un máximo de cierre de 479,86 dólares el 17 de diciembre y ha caído desde entonces, derrapando también por debajo del nivel de capitalización de mercado de 1 billón de dólares.
En un principio, tras las elecciones, la vinculación de Musk con el ahora presidente, en lo que algunos han llamado una "apuesta para siempre", hizo subir las acciones. La cercanía del magnate sudafricano con la Casa Blanca lo llevó a crear y convertirse en el jefe de la iniciativa DOGE.
Un gran culpable es el comportamiento del director ejecutivo, Elon Musk. Su actividad política, tanto en los EE.UU. con las controvertidas medidas de DOGE como en el extranjero, donde Musk adopta los movimientos políticos de extrema derecha, probablemente esté alienando a amplios sectores del público, los clientes actuales y los compradores potenciales de Tesla Un gran culpable es el comportamiento del director ejecutivo, Elon Musk. Su actividad política, tanto en los EE.UU. con las controvertidas medidas de DOGE como en el extranjero, donde Musk adopta los movimientos políticos de extrema derecha, probablemente esté alienando a amplios sectores del público, los clientes actuales y los compradores potenciales de Tesla
Acciones y ganancias en picada
Sin embargo, las acciones de Tesla han caído casi un 40% desde que alcanzaron un máximo histórico en diciembre, ya que se considera que una desaceleración en las ventas y los movimientos políticos de Musk perjudican a la empresa.
Tener la atención de la administración, por supuesto, se ha visto como algo positivo para Tesla, en gran parte porque será más fácil superar los obstáculos regulatorios que enfrenta la compañía para lograr que su tecnología autónoma y de conducción autónoma sea aprobada para un uso más amplio.
Pero, de todas maneras, las acciones perdieron valor. Entre las razones están: las ganancias y las entregas del cuarto trimestre de la compañía fueron mediocres, y las entregas de todo el año cayeron por primera vez en la historia de la compañía. A principios de enero, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) investigó una de las características autónomas de Tesla, sumándose a otras investigaciones en curso sobre la conducción autónoma; el polarizador Cybertruck fue descartado y probablemente enfrentaba problemas de demanda; y más recientemente, la empresa vio caer sus ventas europeas en enero.
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Llegar a la Casa Blanca no ayuda
Un gran culpable es el comportamiento del director ejecutivo, Elon Musk. Su actividad política, tanto en los EEUU con las controvertidas medidas de DOGE como en el extranjero, donde Musk adopta los movimientos políticos de extrema derecha, probablemente esté alienando a amplios sectores del público, los clientes actuales y los compradores potenciales de Tesla.
"Además, las incursiones de Musk en la política hacen que los inversores se pregunten dónde reside la atención del director ejecutivo. Sin duda, las acciones de Tesla han sido volátiles en el pasado. No son inauditas corrientes descendentes a corto plazo del 20% e incluso del 30%. La acción también tiende a exhibir cierta estacionalidad, con tiempos de caída generales para la acción en el primer y tercer trimestre", explica un reporte de Yahoo Finance sobre la compañía.
Sin embargo, las acciones de Tesla han caído casi un 40% desde que alcanzaron un máximo histórico en diciembre, ya que se considera que una desaceleración en las ventas y los movimientos políticos de Musk perjudican a las acciones. Sin embargo, las acciones de Tesla han caído casi un 40% desde que alcanzaron un máximo histórico en diciembre, ya que se considera que una desaceleración en las ventas y los movimientos políticos de Musk perjudican a las acciones.
Pero una tormenta perfecta de acontecimientos parece estar pesando sobre las acciones de la compañía tras un tremendo repunte post la victoria electoral de Trump.
"Aun así, como siempre ocurre con Tesla, hay esperanza para los inversores. La compañía acaba de lanzar una versión actualizada del Modelo Y, el más vendido, y se espera que presente un vehículo eléctrico más barato en la primera mitad del año. Está previsto que comience las pruebas de robotaxi pagadas y sin supervisión en Austin, Texas, en junio", sostuvo el reporte.
