20 de abril 2025 - 10:05hs

El "Día de la Liberación" marcó un giro drástico en la política comercial global, cuando Donald Trump lanzó un ataque directo al orden internacional establecido. A pesar de haber otorgado una pausa de 90 días a su batería de aranceles, persiste una pregunta crucial entre economistas, políticos y empresarios: ¿existen fundamentos teóricos y proyecciones detrás de las decisiones de la administración, o se trata de una serie de medidas impulsivas sin un análisis a largo plazo? En medio de esta incertidumbre, un nombre ganó protagonismo: Stephen Miran, un economista cuyas polémicas teorías parecen estar inspirando las últimas maniobras presidenciales y trazando el rumbo de la política comercial estadounidense.

Luego de que los mercados cayeran y el presidente otorgara una prórroga, anunciando un arancel universal del 10% y un aumento del gravamen a las importaciones chinas de hasta el 145%, las dudas sobre la coherencia detrás de las medidas aumentaron.

Sin embargo, en los últimos días algunos economistas han identificado una teoría subyacente que parece guiar las decisiones de Trump. Según ésta, la guerra comercial no solo busca fomentar el consumo de productos nacionales, sino que tiene objetivos más amplios, como la devaluación del dólar y una reconfiguración profunda de la economía global a largo plazo. Los aranceles, en este contexto, se presentan como una herramienta para alterar el orden establecido desde la posguerra.

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El ideólogo detrás de la teoría de los aranceles de Trump

Stephen Miran. Bloomberg.jpg

Stephen Miran es un economista de 41 años, formado en la Universidad de Boston y con un doctorado de Harvard. Cercano a Trump, Miran se desempeñó como asesor de política económica del Departamento del Tesoro durante su primer mandato y en diciembre del año pasado fue nominado por el republicano para presidir el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, lo que le otorgó un papel central en la formulación de la estrategia económica.

Trump convocó a Miran para participar de su gobierno poco después de que el economista publicara su paper A User’s Guide to Restructuring the Global Trading System (Guía del usuario para la reestructuración del sistema de comercio global), mientras todavía trabajaba en la firma de inversiones Hudson Bay Capital, en noviembre de 2024. En el artículo, el economista expone su teoría económica sobre la crisis de Estados Unidos y cómo revertirla. La notable influencia que adquirió en la administración se evidencia en las numerosas políticas comerciales que parecen haber estado inspiradas en las ideas expuestas en su documento de 41 páginas.

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La teoría de Miran

En su paper, Miran argumenta que la crisis económica de Estados Unidos tiene su origen en el dominio del dólar como moneda de reserva mundial. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha sido la moneda de referencia en las transacciones internacionales, lo que ha generado una demanda constante de dólares en todo el mundo. Según el economista, la sobrevaloración de la moneda estadounidense ha llevado a un desajuste en las exportaciones del país, encareciéndolas y afectando la competitividad de las industrias estadounidenses.

Esto, a su vez, alimentó la desindustrialización, especialmente en las áreas que históricamente han sido el corazón de la manufactura del país, como el Rust Belt. Las empresas estadounidenses optaron por deslocalizar sus operaciones en busca de mano de obra más barata en el extranjero y esto resultó en una pérdida de innovación y competitividad, que afecta no solo al crecimiento económico, sino que también debilita la capacidad militar de un país. En lugar de ver la demanda constante de la moneda como una ventaja, Miran la considera una trampa que ha debilitado la capacidad productiva y la seguridad del país.

Una planta cerrada de General Motors en Lansing, Michigan. Bill Pugliano.webp

Así, argumenta que el debilitamiento del dólar, a través de una estrategia coordinada, sería la clave para devolver la competitividad a las exportaciones de EEUU y, por ende, revitalizar la industria manufacturera, sin recurrir a medidas extremas o proteccionistas a largo plazo. En este sentido, su propuesta se inspira en el Acuerdo del Plaza de 1985, un convenio internacional que buscó una devaluación coordinada del dólar. Miran plantea que un "Acuerdo Mar-a-Lago", una referencia a la residencia privada de Trump en Florida, podría ser el marco para una nueva estrategia económica que logre ese objetivo.

Los aranceles y la devaluación, ¿podrían ser "desinflacionarios"?

“Hay un camino por el cual estas políticas pueden implementarse sin consecuencias adversas materiales, pero es estrecho”, escribió Miran en el documento.

La visión de Miran depende en gran medida de cómo los aranceles, en teoría, fortalecen el dólar frente a otras divisas. Por ejemplo, cuando las importaciones procedentes de China se encarecen, la menor demanda de los productos del país implica que el valor del yuan frente al dólar debería disminuir. En un escenario ideal, eso significaría que el aumento de impuestos pagado por los importadores estadounidenses se compensa con un tipo de cambio más barato.

Supermercado - inflación - Precios - EEUU (AFP).avif

“El poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses no se ve afectado, ya que el arancel y el movimiento de la moneda se cancelan mutuamente", escribió Miran. Así, destaca que el verdadero "costo" de los aranceles lo asumirían los ciudadanos de los países exportadores, ya que la depreciación de su moneda los haría más pobres. A su vez, el Tesoro de Estados Unidos se beneficiaría con los ingresos generados por los aranceles.

El economista insistió en que su análisis no constituye una defensa de políticas públicas y reconoció que estas suposiciones podrían resultar erróneas, sobre todo si las represalias de los países afectados por Trump desencadenan una guerra comercial. Sin embargo, durante su audiencia de confirmación en el Senado, Miran afirmó que otros aspectos de la agenda de Trump, como los recortes de impuestos, la desregulación y el impulso a la producción energética, también ayudarán a contrarrestar las presiones inflacionarias.

Críticas a la teoría: "inflacionaria" y "simplista"

A pesar de que la propuesta de Miran ha ganado apoyo en ciertos círculos cercanos a la Casa Blanca, su teoría no ha estado exenta de críticas. Uno de los riesgos que señalan los detractores de Miran es la inflación. Mientras Miran sugiere que los aranceles impuestos por Trump podrían tener efectos "desinflacionarios", muchos analistas advierten que la implementación de estos gravámenes, sumada al aumento de los costos de producción en Estados Unidos, podría llevar a un alza de los precios, afectando tanto a los consumidores como a las empresas.

Otro punto fundamental de las críticas proviene de su enfoque unilateral. Algunos economistas, como el ganador del Premio Nobel Paul Krugman, han calificado las ideas de Miran de simplistas y sobre todo, estadounidense-céntricas, al no tener en cuenta las posibles respuestas de los socios comerciales internacionales. "A primera vista, la política comercial de Trump parece estúpida y destructiva. Si se profundiza, se descubre que esa primera impresión era completamente válida. Pretender lo contrario es desinformar a los lectores", dijo el académico en una publicación de su blog en marzo.

Además, se le critica la falta de una política industrial clara que respalde la revitalización de la manufactura estadounidense. Si bien propone medidas para fortalecer la economía interna, como la devaluación del dólar, muchos sostienen que sin un apoyo a la industria manufacturera y un enfoque estratégico en la capacitación de la fuerza laboral, cualquier esfuerzo por revitalizar la industria quedará incompleto.

Por último, otro de los riesgos más destacados de la estrategia de Trump y Miran es que, en lugar de lograr una devaluación del dólar, sus políticas terminen por reforzar la moneda estadounidense, afectando negativamente la competitividad de las exportaciones de Estados Unidos. Muchos analistas temen que, al intentar debilitar el dólar mediante medidas unilaterales, el país enfrente una creciente presión por parte de sus socios comerciales para buscar alternativas a la moneda estadounidense como reserva global, escenario que podría debilitar aún más la posición del país en los mercados internacionales.

A pesar de las críticas y las incertidumbres que rodean la guerra comercial de Trump, está claro que el presidente está dispuesto a llevar adelante las medidas que sean necesarias para redefinir las reglas del comercio global. El éxito de su proyecto dependerá de cómo logre equilibrar los riesgos de inflación, las tensiones internacionales y la reactivación de la industria manufacturera.

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