Donald Trump y Kamala Harris estuvieron desplegando lineamientos de lo que será su plan económico en caso de ser electos. Si bien hay diferencias, ambos prometen aumentar el gasto federal, o sea incrementar el déficit, a pesar de las advertencias de varios especialistas sobre la sostenibilidad de la deuda estadounidense. Pero, más allá de eso, hay varios puntos relevantes que cada uno plantea en temas sensibles como impuestos, costo de vida, los negocios y comercio internacional, por citar algunos.
A continuación, un punteo con las propuestas más relevantes de ambos candidatos en temas clave para la economía y el bolsillo de los estadounidenses después del 5 de noviembre.
-Impuestos
Kamala Harris se comprometió a ampliar el crédito fiscal por hijos, incluido un crédito de 6.000 dólares para nuevos padres. También prometió ampliar el crédito tributario por ingreso del trabajo para los empleados de bajos ingresos que no crían a sus hijos en casa. Si bien la candidata demócrata postuló que nadie que gane menos de 400.000 dólares pagaría “un centavo” más en impuestos, según su plan, para los estadounidenses que ganen más de un millón de dólares al año, la tasa impositiva sobre las ganancias de capital a largo plazo aumentaría del 20% al 28%.
Los recortes de impuestos introducidos bajo la administración Trump en 2017 expirarán a finales del próximo año y es por eso que se comprometió a “hacer permanentes” algunas de las medidas de esa legislación, incluida una deducción más alta para los contribuyentes y un aumento del crédito tributario por hijos. Ambos candidatos se han comprometido a poner fin a los impuestos a las propinas. El republicano apoyó la eliminación de los impuestos sobre el pago de horas extras y argumentó que las personas mayores no deberían pagar impuestos sobre los beneficios de la seguridad social.
La Tax Foundation estima que las propuestas de Trump agregarán 3 billones de dólares al déficit presupuestario de 10 años. El grupo de expertos estima que el efecto neto de las políticas de Harris aumentaría el déficit en 2,3 billones de dólares durante la próxima década.
-Costo de vida
La actual vicepresidenta y candidata demócrata se comprometió a pedir al Congreso que introduzca una prohibición federal sobre la especulación de precios. Su administración también tomaría medidas enérgicas contra las fusiones y adquisiciones corporativas “injustas” que consolidan el poder dentro de la industria alimentaria, o sea, los "oligopolios".
Por el contrario, Trump se opone a los mayores controles. Y dice que le pondrá fin a las restricciones que “distorsionan el mercado” sobre el petróleo, el gas natural y el carbón, una medida que, según afirma, reduciría los precios del combustible y la energía al aumentar la producción. La propuesta viene provocando críticas generalizadas por parte de expertos y activistas climáticos.
Los dos candidatos dicen que van a reducir los costos de atención médica. Harris ha propuesto realizar mejoras permanentes en el crédito fiscal en virtud de la Ley de Atención Médica Asequible y ampliar un límite de 35 dólares para el precio de la insulina. Trump habló en la campaña de mayor acceso a atención médica y medicamentos recetados asequibles, sin proporcionar muchos detalles.
-Negocios
Bajo un eventual gobierno de Harris, la tasa impositiva federal corporativa aumentaría del 21% al 28%. Parte de una estrategia que, según ella, haría que las empresas “paguen su parte justa”. Se cuadriplicaría un impuesto especial sobre las recompras de acciones por parte de corporaciones que cotizan en Bolsa, actualmente fijado en el 1%.
La idea del republicano es diametralmente distinta. Durante el primer mandato de Trump, la tasa del impuesto corporativo se redujo del 35% al 21%. Ahora quiere reducirlo aún más, al 15% para las empresas que fabrican sus productos en Estados Unidos, en un intento por impulsar los centros industriales locales.
Para mitigar costos a las empresas, Harris también se comprometió a ampliar la deducción del impuesto sobre los gastos iniciales de 5.000 dólares a 50.000 dólares y se fijó el objetivo de 25 millones de nuevas solicitudes comerciales en cuatro años.
Trump afirmó que pondrá fin a una represión “antiestadounidense” contra las criptomonedas, derogando las regulaciones de inteligencia artificial introducidas bajo la administración Joe Biden y creando "una industria manufacturera sólida en la órbita cercana a la Tierra” en un intento por fomentar la innovación.
-Comercio exterior
“Aranceles es la palabra más hermosa del diccionario”, dijo Trump durante la campaña electoral. Un impuesto básico del 10% sobre todas las importaciones extranjeras es el núcleo del plan del ex presidente para reducir el déficit comercial de Estados Unidos. Si bien se ha comprometido a bajar los precios, los economistas dicen que esto corre el riesgo de aumentarlos. Trump también amenaza con imponer aranceles más altos a China y se ha comprometido a prohibir que las empresas que subcontratan empleos en el extranjero hagan negocios con el gobierno federal.
La candidata demócrata habla de defender a las empresas estadounidenses que están “amenazadas” por prácticas comerciales desleales, citando áreas que incluyen la construcción naval, los vehículos eléctricos y la propiedad intelectual. Si bien Trump ha dejado en claro que planea sacudir el sistema económico global, Harris cree en "defender y fortalecer las reglas y normas económicas internacionales que protegen el comercio justo y crean previsibilidad y estabilidad”, según un libro de políticas publicado por su campaña.
-Empleo
Harris afirmó que firmará una “legislación histórica a favor de los sindicatos”, incluida la Ley de Protección del Derecho de Sindicación, diseñada para proteger los derechos de los trabajadores a formar sindicatos, y la Ley de Libertad de Negociación en el Servicio Público, que ampliaría los derechos de negociación colectiva a todos los trabajadores del sector públicos.
Según afirmó en la campaña, una administración suya también “lucharía para aumentar el salario mínimo” y “poner fin al salario inferior al mínimo” para los trabajadores que reciben propinas y las personas con discapacidades.
Ambas campañas han prometido estimular la creación de empleo. Trump apunta a lograrlo recortando las regulaciones. El expresidente ha esbozado planes para el “mayor programa de deportación en la historia de Estados Unidos”, afirmando que los inmigrantes están “quitando sus empleos” a los estadounidenses. Los economistas dicen que la inmigración ha impulsado la economía estadounidense y advierten que deportar a millones de trabajadores migrantes –como ha señalado Trump– la afecta duramente.
-Vivienda
El creciente costo de la vivienda es un tema importante de campaña. Si bien Trump se ha comprometido a “reducir las tasas hipotecarias reduciendo drásticamente la inflación” para ayudar a los estadounidenses a comprar viviendas, le han advertido que algunas de sus políticas, como los aranceles, harían subir la inflación. También viene sugiriendo que intentaría influir en la Reserva Federal, el banco central responsable de fijar las tasas de interés, para que las baje y así la gente pueda acceder más barato a un crédito (con el riesgo inflacionario que traería).
El ex presidente se focaliza en abrir “porciones limitadas” de terrenos federales para la construcción de viviendas y ofrecer incentivos fiscales no especificados y apoyo a los compradores por primera vez.
Mientras tanto, Harris postula proporcionar a los compradores de viviendas por primera vez 25.000 dólares en asistencia para el pago inicial e introducir un recorte de impuestos "significativo" para los constructores de viviendas que construyan propiedades vendidas a "familias trabajadoras".
Además, va a ampliar los créditos fiscales para viviendas de bajos ingresos para que desarrolladores privados y sin fines de lucro construyan viviendas de alquiler asequibles; y así crear un crédito fiscal para viviendas para apoyar la nueva construcción o rehabilitación de más de 400.000 viviendas ocupadas por sus propietarios en comunidades de ingresos bajos.
