La guerra comercial lanzada por Donald Trump tuvo un respiro, después de que el presidente anunciara una pausa hasta el 2 de abril de los aranceles del 25% a México y Canadá para los productos cubiertos por el acuerdo de libre comercio T-MEC. En medio de los temores por el impacto que sus medidas tendrán en la economía, el presidente republicano dio marcha atrás con estos gravámenes a las importaciones de sus mayores socios comerciales.
"México no tendrá que pagar aranceles sobre nada que esté incluido en el acuerdo T-MEC (...) hasta el 2 de abril", escribió el presidente estadounidense en su red Truth Social. Dijo que tomó la decisión por "consideración hacia la presidenta (Claudia) Sheinbaum", con quien habló por teléfono.
"Nuestra relación ha sido muy buena y estamos trabajando duro, juntos, en la frontera, tanto en términos de impedir que los migrantes ilegales entren a Estados Unidos como, asimismo, de detener el fentanilo", afirmó.
Apenas ganó las elecciones en noviembre, el republicano dijo que desde su primer día de gobierno iba a imponer aranceles del 25% a las importaciones de México, así como a las de Canadá, con el argumento de que ambos países vecinos no hacen lo suficiente para frenar "la invasión" de migrantes y drogas de manera ilegal a través de la frontera. En febrero, después de que México y Canadá acordaran reforzar la zona limítrofe, el mandatario suspendió los aranceles por un mes, pero este martes dijo que entraban en vigor. A estos se sumaron los que aplicó a China, que ya alcanzan el 20%.
"¡Gracias a la presidenta Sheinbaum por su arduo trabajo y cooperación!", escribió el magnate republicano, que ya la había calificado públicamente de mujer "maravillosa".
La respuesta de Sheinbaum
La presidenta mexicana confirmó la suspensión de los aranceles y aseguró que la colaboración con Estados Unidos "ha dado resultados sin precedentes".
Sheinbaum agradeció a Trump y dijo que ambos gobiernos continuarán trabajando juntos "particularmente en temas de migración y seguridad, que incluyen reducción del cruce ilegal de fentanilo hacia los Estados Unidos, así como de armas hacia México".
Cuando Trump anunció el martes que aplicaba los aranceles del 25% a México y Canadá, sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), Sheinbaum dijo que respondería con medidas "arancelarias y no arancelarias" en represalia.
El T-MEC prevé la ausencia de impuestos sobre los productos comercializados entre los tres países, siempre que cumplan condiciones previstas en el acuerdo y la gran mayoría de los bienes las cumplen.
La relación comercial entre México y EEUU
El comercio entre EEUU y México ha prosperado desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigor en 1994. En 2020, fue reemplazado por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que actualizó el pacto para la era digital y fortaleció las protecciones laborales. Trump negoció ese tratado y lo llamó "el mejor y más importante acuerdo comercial jamás hecho por EEUU".
México es el principal socio comercial de los Estados Unidos, por lo que muchos de los productos que se compran a diario provienen del país vecino. Por eso, la imposición de aranceles haría que los consumidores estadounidenses paguen un precio más alto en productos de la vida cotidiana, como los autos, la fruta y verdura y la cerveza.
México fabrica el 88% de las camionetas que se venden en EEUU, suministra alrededor de la mitad de la fruta importada por EEUU y dos tercios de los vegetales importados en términos monetarios, en particular tomates, bayas, pimientos, pepinos. Y luego está la cerveza: la mayoría de la cerveza importada que toman los estadounidenses se elabora en México.
La suspensión también afectó a las importaciones canadienses
Trump firmó además un decreto que extiende las exenciones arancelarias a una serie de productos canadienses y redujo los impuestos a la potasa, un mineral utilizado como fertilizante en la agricultura estadounidense.
La exención, que se extenderá hasta el 2 de abril, afectará, al igual que para México, a los productos que cumplan las reglas fijadas por el T-MEC. Esto hace que la situación "sea más favorable para nuestros fabricantes de automóviles estadounidenses", dijo el magnate republicano, según recogió la agencia AFP.
Justin Trudeau en una tienda de comestibles en Ontario - AP.jpg
AP
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, calificó a los aranceles de Trump como "algo muy tonto" y prometió emprender una "lucha implacable" para proteger la economía de su país. En una conferencia de prensa este jueves dijo que cree que EEUU y Canadá mantendrán una guerra comercial en el futuro inmediato. Además, dijo que mantendrá las medidas en represalia tomadas por su país hasta que los aranceles se reviertan completamente, no sólo por un tiempo.
Trudeau había acusado además al presidente estadounidense de planear "un colapso total de la economía canadiense, porque eso facilitaría anexionarnos".
El impacto de la guerra comercial
La guerra de aranceles lanzada por Trump contra sus tres principales socios comerciales tuvo fuertes repercusiones no solo en estos países, sino también en los mercados, además del temor de los consumidores estadounidenses por la posibilidad de que provoque una disparada en los precios.
De hecho, ante el temor de que eso impacte en el mercado local, el presidente cedió a la presión de los principales fabricantes de automóviles y concedió este miércoles un retraso de un mes para la industria automotriz.
Fuentes cercanas a la Casa Blanca indicaron a CNN que Trump y su equipo monitorearon de cerca la reacción de los mercados, lo que habría influido en su decisión de otorgar la exención.
El comercio con Canadá y México es vital para la industria automotriz estadounidense, especialmente en estados como Michigan, donde Trump consolidó apoyo en las últimas elecciones.
Un estudio reciente del think tank Peterson Institute for International Economics (PIIE) reveló que la imposición de aranceles tiene un "costo directo de estas acciones para el hogar típico, o mediano, de Estados Unidos, que sería un aumento de más de 1.200 dólares al año". El cálculo fue hecho antes de que Trump diera a conocer que sumaba un 10% de impuesto a los bienes chinos.
