Las claves del presente
- Este 5 de noviembre de 2024, millones de estadounidenses acudieron a las urnas para elegir al próximo presidente en una contienda entre Kamala Harris, la candidata demócrata, y Donald Trump, el representante republicano, que busca su segundo mandato tras haber gobernado de 2017 a 2021.
- Desde el año 2000, varias elecciones presidenciales en Estados Unidos han resultado en victorias donde el ganador no obtuvo la mayoría del voto popular, como ocurrió ese año con George W. Bush y en 2016 con Trump.
- "Swing states" como Pensilvania, Michigan y Wisconsin vuelven a ser decisivos en esta elección. Estos estados, que pueden cambiar de partido entre elecciones, tienen un papel fundamental debido a la cantidad de votos electorales que otorgan y a su perfil fluctuante.
- La presidencia se define por el Colegio Electoral, donde los candidatos deben asegurar al menos 270 de los 538 votos electorales.
Las claves del pasado
¿Cómo funciona el sistema del Colegio Electoral?
El sistema del Colegio Electoral otorga una cantidad específica de votos a cada estado según su población. En total, hay 538 votos electorales y el candidato que obtenga al menos 270 es declarado presidente. Ganar en cada uno de los 50 estados significa que el candidato obtiene todos los votos electorales de éste; o sea, todos los votos que aporta en el colegio electoral. Salvo Maine y Nebraska, que asignan electores con un sistema proporcional, cada estado otorga todos sus votos del colegio electoral al candidato que haya ganado en su territorio. Este sistema ha llevado a que algunos presidentes hayan ganado la Casa Blanca sin obtener la mayoría del voto popular, una situación que ocurrió en las elecciones de 2000 y 2016.
¿Cuáles han sido los resultados más relevantes de las elecciones presidenciales desde el 2000?
Desde el año 2000, las elecciones en Estados Unidos han tenido varios momentos clave. En ese año, George W. Bush ganó a pesar de que Al Gore obtuvo la mayoría del voto popular. En 2004, Bush fue reelegido con un margen más amplio frente a John Kerry, al que se impuso tanto el Colegio Electoral como en el voto popular. En 2008, Barack Obama logró una victoria significativa frente a John McCain, repitiendo el triunfo en 2012 contra Mitt Romney. En 2016, Donald Trump derrotó a Hillary Clinton con una estrategia orientada a los "swing states", a pesar de haber perdido el voto popular. En 2020, Joe Biden venció a Trump y obtuvo tanto el voto popular como una mayoría en el Colegio Electoral, recuperando estados que habían sido republicanos en la elección anterior.
¿Qué rol juegan los swing states en estas elecciones?
Los "swing states" o estados bisagra, como Pensilvania, Michigan, y Wisconsin, suelen ser decisivos en las elecciones debido a su falta de lealtad a un partido político específico. Estos estados reciben una atención especial en cada campaña, ya que el margen de victoria tiende a ser estrecho, y el partido que los conquiste generalmente logra asegurar los votos suficientes para alcanzar la mayoría en el Colegio Electoral. En Pensilvania, por ejemplo, los demócratas ganaron desde 2000 hasta 2012; sin embargo, en 2016, Trump rompió esa tendencia, aunque en 2020 Biden recuperó el estado para los demócratas.
¿Por qué el Colegio Electoral sigue siendo controvertido?
La controversia en torno al Colegio Electoral radica en que, en casos como los de 2000 y 2016, el candidato con menos votos populares logró la presidencia. Este fenómeno ha generado debates sobre la representatividad y la equidad del sistema. Los defensores del Colegio Electoral argumentan que garantiza una representación balanceada para estados menos poblados, mientras que los críticos señalan que distorsiona la voluntad popular. La persistencia de estos resultados ha mantenido viva la discusión sobre una posible reforma, aunque no hay cambios previstos en el corto plazo.
Las claves de los próximos días
El proceso electoral en Estados Unidos no concluye en el día de las votaciones. En las próximas semanas, el Colegio Electoral formalizará el resultado, con una reunión de electores en diciembre para emitir sus votos, que luego serán certificados en el Congreso a principios de enero. Los resultados en los swing states serán objeto de especial atención, ya que cualquier disputa o diferencia mínima en la votación podría dar lugar a recuentos o incluso litigios. Además, el impacto de esta elección en la composición del Senado y la Cámara de Representantes determinará el margen de maniobra que tendrá el próximo presidente para implementar su agenda legislativa.