26 de febrero 2025 - 17:22hs

A medida el Gobierno de Donald Trump avanza en el "operativo de deportaciones más grande de la historia de los Estados Unidos", la polémica por las condiciones en las que mantienen a las personas detenidas crece. Estos días la administración deportó a cerca de 180 migrantes venezolanos que se encontraban encerrados en la base naval estadounidense ubicada en Guantánamo, Cuba. Los relatos de las personas detenidas despertaron fuertes alarmas entre las organizaciones de derechos humanos que salieron a denunciar el trato inhumano que recibieron los migrantes.

"Tenemos 30.000 camas en Guantánamo para detener a los peores extranjeros ilegales criminales que amenazan a los estadounidenses", dijo Trump en enero y ordenó a los secretarios de Defensa y de Seguridad Nacional que tomen "todas las medidas apropiadas" para ampliar a su máxima capacidad el Centro de Operaciones Migratorias de la Estación Naval de la Bahía de Guantánamo.

La administración había anunciado que construiría estructuras de tiendas de campaña en la Bahía para albergar a todas las personas que el presidente había anunciado que serían trasladados. Sin embargo, en medio de fuertes presiones por habilitar alojamientos adicionales para migrantes, un funcionario cercano al tema dijo a CNN que la misión se vio envuelta en confusión y mensajes internos contradictorios sobre quién está a cargo y qué sucedería cuando llegaran los migrantes. Por lo que el lunes informaron que darían marcha atrás con el establecimiento de tiendas de campaña.

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Tiendas de campaña recién construidas para migrantes detenidos en la Estación Naval de EEUU en la Bahía de Guantánamo, Cuba, el 21 de febrero de 2025 - Reuters.webp
Tiendas de campaña recién construidas para migrantes detenidos en la Estación Naval de EEUU en la Bahía de Guantánamo, Cuba, el 21 de febrero de 2025.

Tiendas de campaña recién construidas para migrantes detenidos en la Estación Naval de EEUU en la Bahía de Guantánamo, Cuba, el 21 de febrero de 2025.

La principal preocupación es que las instalaciones emergentes efectivamente no cumplían con los estándares de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, y después del traslado de los migrantes venezolanos no habían suficientes personas transferidas a la base para justificar la construcción de más.

La semana pasada, más de 170 migrantes que se encontraban en la base naval fueron trasladados en avión a Venezuela, con lo que casi se vació Guantánamo. Actualmente hay unos 1.000 miembros del ejército estadounidense en Guantánamo para "dar apoyo" a los guardias pero funcionarios del gobierno dijeron a CNN que no se esperan vuelos con más migrantes en los próximos dos días.

“Todos eran ciudadanos venezolanos con órdenes judiciales de deportación finales”, afirmaron las autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en respuesta a una demanda reciente. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, calificó a los transportados a Cuba como “los peores de los peores”, sin embargo el análisis de la población enviada a la base naval muestra que la gran mayoría de los trasladados no tenía ofensas graves en sus antecedentes penales, lo que los hacía un objetivo de “riesgo bajo” en los criterios anteriores del ICE, y algunos incluso tenían su expediente completamente limpio.

La falta de claridad sobre lo motivos por los cuales se decidió la detención de las personas y las terribles condiciones que atravesaron durante el encierro, despertaron una fuerte polémica y el intenso rechazo de las organizaciones de Derechos Humanos.

“No me trataron como un ser humano”

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Uzcátegui contó que aunque no podía ver a sus compañeros detenidos, sí podía escucharlos.

Uzcátegui contó que aunque no podía ver a sus compañeros detenidos, sí podía escucharlos.

Diuvar Uzcátegui, de 27 años, fue uno de los venezolanos enviados a la base naval de la Bahía de Guantánamo. La pesadilla que vivió las dos semanas que estuvo dentro de la prisión militar utilizada para albergar a sospechosos de terrorismo, tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, la contó cuando salió al medio The Washignton Post.

No podía distinguir cuándo comenzaban y cuándo terminaban los días dentro de las cuatro paredes amarillas, peladas y sin ventanas, de su celda, recordó Uzcátegui. Llevaba la cuenta del tiempo haciendo una pequeña marca en la última página en blanco de una Biblia después de cada tercera comida. Los guardias militares que vigilan el centro de detención le habían dado el libro, junto con una manta y una colchoneta de espuma de1,9 cms para dormir. Para ir al baño, usaba un cubo conectado a un grifo dentro de la celda.

Uzcátegui contó que aunque no podía ver a sus compañeros detenidos, sí podía escucharlos. Los gritos pidiendo ayuda y las amenazas de suicidio fueron el sonido de fondo que escuchó durante su encierro. “Sáquenme de aquí” y “me voy a matar”, eran las frases que se escuchaban en los pasillos y mientas más inmigrantes comenzaron a llenar la cárcel de la base naval, más hombres se sumaban a las súplicas desde desde sus celdas.

En las dos semanas que estuvo dentro, solo lo dejaron salir de la celda dos veces. En ambas ocasiones estaba encadenado y lo colocaron en lo que él describió como una jaula. “No me trataron como un ser humano”, dijo en la entrevista. “Me metieron en una jaula”.

Uzcátegui había cruzado la frontera ilegalmente en diciembre de 2023 y desde entonces trabajaba de manera informal en un sitio de construcción en El Paso, Texas. El joven contó que asistía a sus chequeos regulares con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), pero que un día se presentaron en su trabajo afirmando que había faltado a una cita, una acusación que él negó.

Poco después, la agencia emitió un comunicado en el que lo señalaban como miembro de la banda Tren de Aragua, motivo por el cual él, sus amigos y familiares quedaron desconcertados: nunca había tenido ninguna conexión con una pandilla y la única infracción que había cometido era cruzar la frontera ilegalmente, dijeron. A los pocos días unos agentes de ICE lo despertaron en el medio de la noche, lo esposaron y se lo llevaron, junto con varios otros detenidos, a una pista de aterrizaje, donde un avión militar los esperaba.

“Demasiado humillante y muy frustrante porque van tomando fotos”, dijo, refiriéndose probablemente a las imágenes de alta resolución que el DHS distribuyó posteriormente, mostrando a los detenidos abordando los vuelos. “Me pareció humillante de una manera que, disculpame la palabra, una manera racista”, dijo.

Migrantes son embarcados en EEUU hacia Guantánamo - AFP.webp
Migrantes son embarcados en EEUU hacia Guantánamo.

Migrantes son embarcados en EEUU hacia Guantánamo.

Los agentes de ICE le dijeron que lo llevarían a Miami, donde luego sería deportado a Venezuela, pero cuando aterrizó un guardia le informó que estaba en Guantánamo. “Yo le dije, ¿pero por qué estoy aquí si yo no cometí ningún delito? Y él me dijo que no importaba, que yo tenía una orden de deportación”, recordó Uzcátegui.

Uzcátegui y otros dos entrevistados, José Daniel Simancas y Franyer Montes, contaron que, tras repetidas súplicas, se les negó la posibilidad de llamar a abogados o seres queridos. También afirmaron haber sido sometidos a registros corporales humillantes e invasivos.

Uzcátegui pudo reunirse con su familia en Maracay, Venezuela, el sábado por la noche, cuando los migrantes detenidos fueron deportados a Venezuela. “Guantánamo es una prisión de máxima seguridad para los terroristas, ¿no?”, preguntó. “Yo no soy nada de eso. No soy criminal. Tengo mi record limpio”.

"Desdibuja la linea entre la aplicación de la ley civil y militar"

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Centro de detención de Guantánamo.

Centro de detención de Guantánamo.

Las organizaciones de derechos humanos repudiaron con firmeza el envío de los migrantes a un lugar conocido por su aislamiento y por su historial de acusaciones de tortura.

Las condiciones de los inmigrantes en Guantánamo “fueron horribles y mucho más restrictivas, severas y abusivas que las que se ven en un centro típico de detención de inmigrantes en EE.UU.”, dijo Eunice Cho, abogada principal del Proyecto Nacional de Prisiones de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), a The Washington Post. La ACLU es una de las muchas organizaciones que demandaron a la administración.

Las organizaciones pusieron el énfasis en que los migrantes se encuentran allí por violaciones civiles de inmigración, no por crímenes de guerra como los detenidos del 11 de septiembre, por lo que la supervisión de guardias militares "desdibuja la linea entre la aplicación de la ley civil y militar e invade la división entre la sociedad civil y una sociedad militarizada", dijo Cho.

La abogada también señaló que el presunto confinamiento de los inmigrantes en sus celdas durante días encaja con la definición de confinamiento solitario establecida por las Reglas Mandela de las Naciones Unidas, que lo definen como la reclusión de prisioneros durante más de 22 horas al día sin “contacto humano significativo”.

Registro obligado para los indocumentados

En medio de la polémica por las deportaciones a Guantánamo, la administración Trump también sumó una nueva medida para el control de los migrantes en EEUU. Anunciaron la creación de un registro que obliga a los inmigrantes indocumentados, incluidos los niños mayores de 14 años, a dejar asentadas sus huellas dactilares y presentar información personal al gobierno, de lo contrario podrían ser multados con hasta 5.000 dólares y condenados a hasta seis meses de cárcel.

"Los extranjeros en este país ilegalmente se enfrentan a una elección", escribió Kristi Noem, en un memorando que describe la nueva política. "Pueden volver a casa y seguir el proceso legal para venir a Estados Unidos o pueden enfrentarse a las consecuencias de seguir violando nuestras leyes".

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Los planes de la administración se basan en una ley aprobada en 1940 que creaba un registro de inmigrantes para atrapar a presuntos comunistas. Durante años, el gobierno emitió anuncios de televisión recordando a todos los inmigrantes, incluidos los residentes permanentes, que debían registrarse anualmente en las oficinas de correos locales. El sistema cayó en desuso en la década de 1960, cuando el gobierno decidió que era demasiado costoso y aportaba pocos beneficios.

El registro restablecido por el presidente Trump requiere que cualquier persona en el país ilegalmente que no haya interactuado con el gobierno, como solicitando asilo o un permiso de trabajo, se presente. La administración creó un formulario de registro y dio a las personas 30 días para completarlo.

Los inmigrantes que se queden más tiempo del permitido en sus visados o estén en proceso de deportación no necesitarán registrarse, ya que el gobierno ya tiene su información, aunque se les pedirá que presenten cualquier cambio de dirección.

Visas para millonarios

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Donald Trump habla junto a Howard Lutnick en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Donald Trump habla junto a Howard Lutnick en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Por otro lado, hay migrantes que el gobierno parece dispuesto a recibir. El martes Trump anunció la creación de la “tarjeta dorada”, un nuevo permiso de residencia destinado a personas adineradas que deseen establecerse en el país. El programa, según explicó, otorgará los mismos privilegios que la “tarjeta verde”, incluyendo un camino hacia la ciudadanía, a cambio de un pago de 5 millones de dólares.

El mandatario afirmó que el programa atraerá a inversionistas exitosos que “gastarán mucho dinero, pagarán muchos impuestos y emplearán a mucha gente”. También sugirió que el permiso podría llamarse “tarjeta dorada Trump”.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, presente junto a Trump, confirmó que la medida reemplazará al actual Programa de Inmigración para Inversores EB-5, argumentando que está “sujeto a demasiado fraude”. Lutnick sostuvo que la nueva iniciativa ofrecerá una alternativa más exclusiva y costosa para obtener la residencia en EEUU.

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