El vínculo entre el expresidente Joe Biden y el papa Francisco se remonta años atrás, antes de la llegada del demócrata a la presidencia. Las dos figuras católicas políticamente más importantes del mundo mantuvieron una buena relación desde hace muchos años signada por agendas políticas alineadas y un inusual vínculo de amistad forjado en medio de un duelo.
Durante el papado de más de 12 años de Francisco, los líderes se reunieron tres veces cuando Biden era vicepresidente y dos cuando asumió el liderazgo de la Casa Blanca. En el medio se dieron a conocer decenas de llamadas telefónicas que mantuvieron para discutir la coyuntura y conversar sobre "asuntos personales". El que hubiera sido el último encuentro entre el líder religioso y el exmandatario se canceló y desde entonces no se volvieron a encontrar.
"Fue distinto a los que lo precedieron. El Papa Francisco será recordado como uno de los líderes más trascendentales de nuestro tiempo, y me siento mejor por haberlo conocido", lo homenajeó Biden desde sus redes una vez conocida la noticia de la muerte.
Durante décadas, sirvió a los más vulnerables de Argentina y su misión por los pobres nunca cesó. Como Papa, fue un pastor amoroso y un maestro desafiante que se acercó a diferentes religiones. Nos instó a luchar por la paz y a proteger nuestro planeta de la crisis climática. Abogó por los que no tenían voz ni poder. Hizo que todos se sintieran bienvenidos y vistos por la Iglesia. Promovió la equidad y el fin de la pobreza y el sufrimiento en todo el mundo. Y, sobre todo, fue un Papa para todos. Fue el Papa del Pueblo: una luz de fe, esperanza y amor", aseguró el expresidente católico de EEUU.
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El último encuentro entre el Papa y Biden
El último y uno de los más importantes gestos que tuvo el exmandatario con el Papa fue la entrega de la Medalla Presidencial de la Libertad con Distinción a principios de este año, celebrando su profundo impacto en el escenario mundial. Este reconocimiento es la más alta condecoración civil de Estados Unidos y la entrega a Francisco fue la única vez durante su gobierno que Biden concedió este honor "con Distinción".
"Papa Francisco, su humildad y su gracia están más allá de las palabras, y su amor por todos es incomparable", había dicho Biden en un comunicado al anunciar la condecoración. “Es un faro de fe, esperanza y amor que brilla intensamente en todo el mundo”.
Inicialmente, Biden había planeado entregar la medalla personalmente durante un viaje a Roma, visita pensada como último viaje internacional de su presidencia que habría permitido al expresidente reunirse con el pontífice en persona. Sin embargo, el plan cuando Biden decidió permanecer en los EEUU para supervisar la respuesta frente a los incendios forestales que arrasaron California. Por lo que el honor se otorgó durante una conversación telefónica entre ambos líderes.
La mención que acompaña al premio elogió al Papa Francisco por su inquebrantable dedicación al servicio de los desfavorecidos, la defensa del medio ambiente y el fomento del diálogo interreligioso. Además, aseguró que él era "diferente a todos los que vinieron antes" y lo describe como "pastor cariñoso, responde con alegría a las preguntas de los niños sobre Dios. Como maestro desafiante, nos ordena luchar por la paz y proteger el planeta. Líder acogedor, tiende la mano a diferentes credos".
Aliados políticos “en estos delicados momentos”
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El Papa Francisco se reúne con el presidente estadounidense Joe Biden y la primera dama Jill Biden, en el Vaticano, el 29 de octubre de 2021.
La conexión personal de ambos con el catolicismo generó desde un comienzo un piso común desde el cual conversar. Criado en una familia irlandesa-estadounidense profundamente religiosa, Biden se convirtió en el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos, después de John F. Kennedy. El demócrata nunca ocultó su cercanía al Vaticano y recurrió con frecuencia a su fe en discursos públicos y debates sobre políticas, y a menudo hizo referencia a sus creencias como fuerza orientadora en su toma de decisiones. A lo largo de su carrera política además, se reunió con todos los Papas desde San Juan Pablo II en adelante.
En relación al ámbito político, Biden y Francisco no siempre se ubicaron del mismo lado, cosa que no les impidió centrar sus esfuerzos en los puntos en los que sí coincidían. Mientras que temas como el aborto y las guerras podían ser controversiales, la lucha contra el cambio climático fue un eje central que compartieron. El Papa dedicó al tema una encíclica, la Laudato Si, de la cual es exmandatario sostuvo haber encontrado mucha inspiración.
En la Santa Sede, esta cercanía se describe a veces como una forma de "distensión" tras el primer mandato de Donald Trump, marcado por los enfrentamientos con Francisco sobre la situación de los migrantes. Ahora con la vuelta del magnate republicano al poder el conflicto resurgió y Francisco tuvo varios gestos que demostraron su desacuerdo.
En un principio envió una carta a los obispos estadounidenses, titulada “en estos delicados momentos”, en la que se dedica exclusivamente a hablar de la cuestión migratoria: “He seguido con atención la importante crisis que está teniendo lugar en los Estados Unidos con motivo del inicio de un programa de deportaciones masivas. La conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”. Además, al comienzo del año, Francisco nombró al cardenal Robert McElroy de San Diego como arzobispo de Washington, eligiendo a uno de sus aliados más progresistas para dirigir la Iglesia Católica en la capital de EEUU, advirtiendo ya la llegada de Trump al poder.
El consuelo en medio de un duelo
Los encuentros entre ambos líderes fueron varios. La primera audiencia de Biden con Francisco se remonta al año 2013, cuando el entonces vicepresidente encabezó la delegación enviada por Washington a la toma de posesión del papa argentino.
Dos años después, Biden acompañó al Papa durante su visita oficial a Estados Unidos, en la que hizo tres paradas: Nueva York, Washington y Filadelfia. Durante este viaje, consolidaron una amistad sólida. Tres meses antes de su encuentro, el hijo mayor de Biden, Beau Biden, había fallecido por un tumor cerebral y Francisco se reunió con él y su familia para ofrecerles palabras de consuelo y continuó el contacto a través de repetidas llamadas telefónicas. "Deseo que cada padre, hermano, madre o padre en duelo pueda beneficiarse de sus palabras, sus oraciones y su presencia", dijo Biden al año siguiente.
En 2016 se reencontraron en el vaticano y el 29 de octubre de 2021, con Biden ya al frente de la Casa Blanca, tuvieron un encuentro en el Palacio Apostólico donde además de la agenda de temas acordados para charlar, como el cambio climático y la pandemia de COVID-19, se informó que la interacción además tuvo un espacio donde conversaron sobre "muchos asuntos personales", momento que Biden describió como "maravilloso".
Esa vez Biden asistió con su esposa, la exprimera dama Jill Biden, y la pareja presidencial le entregó un medallón del regimiento donde su hijo Beau había servido antes de su muerte en 2015. En un rueda de prensa dos días después de la audiencia, Biden recordó con cariño el consuelo del Papa luego de perder a su hijo: "Esa vez le habló a mi familia sobre mi hijo Beau. No sólo habló en general. Sabía cosas sobre él. Sabía lo que había hecho. Sabía quién era. Sabía dónde había estudiado. Tuvo un enorme efecto catártico en sus hijos, en mi mujer y en mi familia. Significó mucho". El Papa jesuita, diría Biden más tarde, "encarna todo lo que aprendí sobre el catolicismo de niño".
La última vez que el Papa Francisco se reunió con Biden fue en la cumbre del Grupo de los Siete en Apulia, Italia, el 14 de junio de 2024, donde mantuvieron un breve encuentro bilateral privado.
La influencia del Papa durante la transición de gobierno
Durante las últimas semanas de Biden al mando de la Casa Blanca, Francisico ejerció fuertes presiones para que el demócrata utilice su poder presidencial durante la transición de gobierno. En esos días hablaron varias veces por teléfono y el exmandatario citó en repetidas ocasiones al Papa en sus discursos.
Una de las cuestiones en las cuales intervino Francisco fue en la conmutación de las penas de los condenados a muerte a nivel federal. Después de recibir una llamada del Papa, Biden utilizó su poder de clemencia para suavizar sus sentencias a cadena perpetua, perdonándoles la vida.