En su declaración denunció también la creciente influencia de su adversario China en el canal, advertencia que no solo hizo para Panamá, sino más bien en toda Latinoamérica. "Cuando el Presidente Jimmy Carter regaló en Canal durante su mandato, fue únicamente para que la gestionara Panamá, no China, ni nadie más", dijo y agregó que si Panamá no puede garantizar una "operación segura, eficiente y confiable" del canal, "entonces exigiremos que el Canal de Panamá nos sea devuelto, en su totalidad, y sin preguntas".
La amenaza de presidente electo de presionar a un país soberano para que le entregue territorio fue extremadamente atípica, pero no sorprende dado la orientación en la política exterior exterior estadounidense que propone Trump. Su postura respecto de Panamá sigue la linea de las declaraciones que ha hecho desde que ganó las elecciones en noviembre, sobre el cambio que dará la diplomacia estadounidense en el mundo. La amenaza a Panamá se suma al aumento de un 25% en las tarifas a México y Canadá y de un 60% a China, así como a las advertencias a los regímenes de Venezuela y Cuba.
Los funcionarios nombrados para liderar el Departamento de Estado, el senador Marco Rubio y el ex embajador en México Christopher Landau, y la última designación de Mauricio Claver-Carone como Enviado Especial del Departamento de Estado para América Latina, muestran el especial interés de Trump hacia América Latina.
Respuesta del presidente de Panamá
La respuesta del presidente de Panamá, José Raúl Mulino, fue inmediata. "Quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo", afirmó Mulino en un comunicado compartido en las redes sociales.
"La soberanía y la independencia no son negociables -prosiguió-. El canal es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible".
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"El canal no tiene control directo o indirecto ni de China, ni de la Comunidad Europea, ni de Estados Unidos o de cualquiera otra potencia. Como panameño rechazo enérgicamente cualquier manifestación que tergiverse esta realidad", señaló Mulino en un video en su cuenta de X sin mencionar explícitamente a Trump.
La relevancia del canal
Que el foco se encuentre en el Canal de Panamá no es casualidad, por allí pasa el 5% del comercio marítimo mundial y permite a las embarcaciones que van de Asia a la costa este de Estados Unidos evitar el largo y peligroso trayecto que rodea el extremo sur del continente americano, conectando a más de 1.900 puertos en 170 países.
Los principales usuarios del canal son Estados Unidos, con el 74% de la carga, y China, con el 21%, seguidos por Japón, Corea del Sur y Chile.
China no controla ni administra el canal, la vía interoceánica, de 80 km de longitud, es operada por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), un ente público autónomo. Sin embargo, una filial de CK Hutchinson Holdings, en Hong Kong, gestiona dos puertos situados en las entradas caribeña y pacífica del canal, respectivamente.
Sus funciones están descritas en la Constitución, que establece que el canal "constituye un patrimonio inalienable de la Nación panameña" y está abierto a buques "de todas las naciones". Para garantizar la seguridad del canal todas las naves, incluidos los buques de guerra y submarinos, son conducidos por un piloto panameño mientras lo atraviesan.
En ese sentido el precio de los peajes los fija el gobierno panameño, a petición de la ACP, en función de las necesidades del canal y la demanda en el comercio internacional. La tarifa se determina por la capacidad de carga de los buques, no por el país de procedencia.
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Según la página oficial del Canal de Panamá, hoy sirve a un total de 180 rutas marítimas que conectan con 1,920 puertos en 170 países.
El canal transformó la navegación y el comercio mundial al hacer que los barcos tarden tan solo ocho horas en viajar de un océano a otro, sin tener que ir hasta el Cabo de Hornos, al extremo sur de América. De Nueva York a San Francisco, por ejemplo, un buque se ahorra una travesía de 20.300 km.
La vía funciona con esclusas, una especie de ascensores que elevan los buques 26 metros para poder alcanzar el nivel del lago Gatún y atravesarlo. Al llegar, otro juego de esclusas los hace descender al nivel del mar para seguir su ruta.
A inicios del siglo XXI se había quedado pequeño, por lo que entre 2009 y 2016 fue ampliado para que puedan pasar buques de hasta 366 metros de eslora y 49 de manga, equivalentes a casi cuatro campos de fútbol.
En el último año fiscal lo cruzaron más de 11.200 barcos, con 423 millones de toneladas de carga, y aportó al erario 2.470 millones de dólares. A fines de 2023 una sequía puso en jaque las operaciones ya que, a diferencia del de Suez en Egipto, el canal opera con agua dulce de lluvia, almacenada en dos lagos artificiales. La ACP informó que durante ese periodo se redujo el número de tránsitos en un 29%, pero ya se normalizó la situación.
Como una de las vías comerciales más importantes del mundo, el canal aporta el 6% del PIB de Panamá. Desde 2000 ha entregado al erario más de 28.000 millones de dólares, mucho más que en los 85 años de administración estadounidense (1.878 millones).
La historia del Canal y la independencia de Panamá
Las historia del Canal de Panamá se remonta al comienzo del siglo XX y esta intrínsecamente vinculada a la independencia de Panamá de Colombia en 1903. Luego del fracaso del conde francés Ferdinand de Lesseps de abrir un canal en el istmo, Estados Unidos promovió la separación de la provincia de Panamá y firmó con el naciente país un tratado que le cedió a perpetuidad tierras y aguas para construirlo.
Luego de 10 años de construcción, una inversión de 380 millones de dólares de la época y 25.000 muertos por enfermedades y accidentes, el canal fue inaugurado el 15 de agosto de 1914 con el cruce del vapor Ancón. Allí Washington estableció la "Zona del Canal", un enclave donde ondeaba la bandera estadounidense con bases militares, policías y justicia propias. Esta situación dio pie a décadas de reclamos panameños para reunificar el país y tomar el control de la vía.
En 1977 el líder nacionalista panameño Omar Torrijos y el presidente estadounidense Jimmy Carter firmaron los tratados Torrijos-Carter, apoyados por más de 40 países, que permitieron traspasar el canal a Panamá, el 31 de diciembre de 1999 y establecieron que el canal sería neutral y podría pasar cualquier barco, bajo la única condición de que cumpla con las normas de seguridad y que buques militares de países en conflicto no pasen a la vez.
"Cualquier intento de retrotraer este logro histórico no solo deshonra nuestra lucha, sino que también es una ofensa a la memoria de quienes lo hicieron posible", escribió el expresidente Martín Torrijos, hijo del general, en las redes sociales luego de conocer las declaraciones de Trump.
Trump redobla la apuesta
En el ida y vuelta que tuvieron los mandatarios de ambos países, Trump cerró su intervención respondiendo al video de Mulino con una publicación en Truth Social, donde le escribió "¡Ya lo veremos!" y luego publicó una foto acompañada con la leyenda "¡Bienvenidos al Canal de Estados Unidos!".
Pese a los dichos de Trump, Mulino dijo esperar tener "una buena y respetuosa relación" con el futuro gobierno de Estados Unidos, con el cual espera seguir abordando temas como la migración ilegal y el narcotráfico.
