Elon Musk lleva adelante un plan de fuerte recorte del gasto público a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Sin embargo, el magnate sudafricano, que fue encomendado por Donald Trump para la tarea de reducir la estructura de la administración, se apoyó durante muchos años en fondos gubernamentales para construir su imperio empresarial.
El hombre más rico del mundo y sus compañías recibieron al menos 38.000 millones de dólares en contratos, préstamos, subsidios y créditos fiscales a lo largo de más de 20 años, reveló un análisis de The Washington Post.
Estos fondos fueron determinantes en momentos cruciales. En 2008, Musk, entonces CEO de una Tesla con problemas financieros, gestionó un préstamo de bajo interés del Departamento de Energía. Según fuentes involucradas en el proceso, realizó reuniones diarias con ejecutivos de la empresa y pasó horas con un funcionario encargado del préstamo.
Tesla ha recibido 11.400 millones de dólares en créditos regulatorios de programas federales y estatales destinados a impulsar la industria de vehículos eléctricos. Además, la empresa se ha beneficiado de incentivos fiscales, como el crédito de 7.500 dólares para los consumidores para la compra de autos eléctricos, que ha ayudado a hacer más accesibles sus modelos.
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Desde su fundación en 2003, Tesla ha obtenido miles de millones en subsidios y exenciones fiscales. En 2014, el estado de Nevada comprometió 1.300 millones de dólares en incentivos para la construcción de una fábrica de baterías en conjunto con Panasonic. En Nueva York, la empresa recibió 750 millones de dólares en incentivos estatales a través de SolarCity, compañía que luego fue adquirida por Tesla.
El impacto de estos beneficios ha sido significativo. En 2020, Tesla alcanzó su primer año completo de rentabilidad, y los créditos regulatorios fueron un factor clave. Sin ellos, la empresa habría registrado pérdidas por 718 millones de dólares, según documentos de la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU.
SpaceX y el respaldo de la NASA y el Pentágono
El crecimiento de SpaceX también ha estado ligado al financiamiento estatal. La empresa recibió 14.900 millones de dólares de la NASA y 7.600 millones de dólares del Departamento de Defensa. En sus primeros años, la agencia espacial estadounidense toleró demoras en los plazos estipulados y continuó financiando el desarrollo de la empresa.
El primer gran contrato de la NASA llegó en 2006, cuando SpaceX aún no había realizado un lanzamiento exitoso. Ese acuerdo inicial por 278 millones de dólares marcó el comienzo de una serie de inversiones públicas que permitieron a la compañía expandir su infraestructura y tecnología.
La defensa y exploración espacial han sido pilares del crecimiento de SpaceX. El Departamento de Defensa ha financiado el desarrollo de cohetes y satélites de la empresa, incluyendo proyectos clasificados con contratos cuyo valor exacto se desconoce. En 2024, el diario The Wall Street Journal informó que la Oficina Nacional de Reconocimiento había adjudicado a SpaceX un contrato por US$ 1.800 millones para el desarrollo de satélites espía.
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Lanzamiento de un cohete de SpaceX desde su Starbase, en Texas
AP
Relación con el gobierno y futuro de los subsidios
Las empresas de Musk han mantenido una relación estrecha con agencias gubernamentales, en muchos casos obteniendo financiamiento clave en momentos estratégicos. A pesar de sus críticas a los subsidios, Tesla y SpaceX han sido beneficiarios directos de políticas de apoyo a la industria tecnológica y aeroespacial.
Musk ha manifestado su oposición a los incentivos para consumidores que adquieren vehículos eléctricos, argumentando que sus competidores los necesitan más que Tesla. Sin embargo, no ha pedido la eliminación de los créditos regulatorios, que han sido una fuente clave de ingresos para la compañía.
En el ámbito espacial, SpaceX ha demostrado capacidad para reducir costos en la industria de lanzamientos, lo que ha resultado beneficioso para la NASA y el Pentágono. La reutilización de cohetes ha permitido a la empresa ofrecer precios más competitivos en comparación con sus rivales.
