15 de marzo 2025 - 15:56hs

Los demócratas todavía tambalean al buscar un nuevo rumbo luego de la derrota de noviembre. Mientras algunos se concentran en construir una oposición sólida en el Congreso que sirva como contrapeso a las medidas de la nueva administración Trump, otros tienen en la mira las elecciones de mitad de mandato de 2026, en las cuales esperan recuperar la mayoría en al menos una de las cámaras. A esto se le suman algunos representantes demócratas que ya tienen el ojo puesto en las presidenciales de 2028, para las cuales ya comenzaron a circular algunos nombres de posibles candidatos.

El ex secretario de Transporte Pete Buttigieg anunció esta semana que no se presentará como candidato al Senado ni al cargo de gobernador de Michigan el próximo año, una decisión que para muchos significa que está preparando una posible candidatura presidencial para 2028.

En simultáneo, el gobernador de Minnesota y excandidato a la vicepresidencia, Tim Walz, llevó adelante una gira por distintos medios en la que realizó una autocrítica sobre la campaña del año pasado y sostuvo que él y Kamala Harris jugaron "demasiado a lo seguro".

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Michigan como campo de batalla

En Michigan se espera que tanto las elecciones a gobernador como las del Senado del año que viene estén muy disputadas. El estado ubicado en la región de los Grandes Lagos se consolidó como un campo de batalla en la última década: el pasado noviembre Donald Trump ganó en Michigan, mientras que la demócrata Elissa Slotkin se llevó el escaño en el Senado. Además, la gobernación está en manos de la demócrata Gretchen Whitmer desde 2019.

En medio de la ansiedad por mantener la banca y la gobernación, los demócratas de Michigan especulaban con el exsecretario de Transporte se presentara para alguno de los cargos, ya que Whitmer tiene un mandato limitado. Sin embargo, Buttigieg llamó a sus compañeros demócratas de Michigan el jueves por la mañana para comunicarles que su intención era no ser candidato en las siguientes elecciones.

A las pocas horas, escribió una publicación en Substack, que compartió por la red social X, donde explicó el por qué de su decisión. "Me importa mucho a quién elegirá Michigan como gobernador y a quién enviará al Senado de EEUU el año próximo, pero he decidido no competir en ninguna de las dos elecciones. Sigo entusiasmado por ayudar a los candidatos que comparten nuestros valores - y que entienden que en este momento, el liderazgo significa no sólo oponerse al cruel caos actual, sino también presentar una visión de una alternativa mejor", dijo en su posteo.

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"Aunque mis planes no incluyen presentarme a las elecciones de 2026, sigo muy centrado en consolidar, comunicar y apoyar una visión para esta alternativa", escribió en un mensaje posterior.

El ex secretario de Biden dijo que consideró "seriamente" presentarse, pero aclaró: "Consideré lo que podría aportar a la carrera en comparación con otros posibles candidatos, y lo que significaría presentarme y servir en comparación con otras formas en las que podría marcar la diferencia en los próximos años".

Además sumó: "Estoy al mismo tiempo agradecido de estar lejos de Washington y más motivado que nunca para contribuir al futuro de este país". Y dijo que pasará los próximos meses "comprometiéndose tanto con los medios tradicionales como con los digitales al servicio de una política de la vida cotidiana, arraigada en los valores de la libertad, la seguridad y la democracia".

"Me comprometeré con socios, aliados, amigos y desconocidos al servicio de un relato de la prosperidad estadounidense más convincente y generalizado que el que cualquiera de las partes ha ofrecido hasta ahora", escribió Buttigieg.

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Pete Buttigieg

Pete Buttigieg

La posible candidatura presidencial para 2028

Al renunciar a presentarse al Senado y a la gobernación, Buttigieg se encuentra en la mejor posición posible para postularse a las elecciones presidenciales de 2028, dijo a la NBC News una fuente cercana al demócrata, que consideró que presentarse a las elecciones del próximo año habría eliminado la posibilidad de una campaña en 2028.

Buttigieg se postuló por primera vez a la presidencia en 2019, mientras era alcalde de South Bend, Indiana, posicionándose como un moderado. Entró en la carrera como un relativo desconocido entre casi dos docenas de demócratas que se postulaban para la oportunidad de enfrentarse a Trump en ese momento, según CNN.

El demócrata rompió barreras como el primer hombre abiertamente gay en lanzar una campaña competitiva para presidente y recaudó más de 80 millones de dólares durante su carrera en 2020.

Aunque su candidatura fracasó, su campaña elevó su perfil, lo que le consiguió un puesto en el gabinete de Biden, un paso que muchos demócratas consideraron una experiencia necesaria para otra candidatura presidencial.

Durante los últimos días de la administración Biden, se especuló ampliamente con que Buttigieg estaba considerando postularse para la gobernación de Michigan. En los últimos años, él y su marido, Chasten Buttigieg, compraron una casa en Traverse City (Michigan), lo que alimentó las sospechas.

Lo mismo sucedió cuando a finales de enero el senador demócrata Gary Peters anunció que no se presentaría a la reelección en 2026. En ese momento el nombre de Buttigieg surgió como uno de los principales candidatos para el escaño en la cámara alta y el exsecretario llegó a reunirse con el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer.

La decisión de Buttigieg deja muy abierta la carrera por la nominación demócrata para el Senado. Algunos de los nombres que comenzaron a sonar para la candidatura son la senadora estatal Mallory McMorrow, las representantes Haley Stevens y Kristen McDonald Rivet, la fiscal general Dana Nessel y la misma gobernadora Whitmer, aunque se sostienen que esta última no está interesada porque está considerando una carrera para 2028.

Votantes demócratas en la Universidad Howard en Washington escuchan a Kamala Harris luego de conocer la derrota electoral - AP.jpg
Votantes demócratas en la Universidad Howard en Washington escuchan a Kamala Harris luego de conocer la derrota electoral.

Votantes demócratas en la Universidad Howard en Washington escuchan a Kamala Harris luego de conocer la derrota electoral.

Los demócratas sin rumbo ni liderazgo

La vuelta de Trump a la Casa Blanca trajo consigo el ya conocido aluvión de cambios y políticas agresivas que implementó durante su primer mandato, con la diferencia de que en esta ocasión mantiene un férreo control del Partido Republicano y la mayoría en ambas Cámaras. Mientras tanto, los demócratas, que todavía buscan recomponerse y llegar a un acuerdo en la lectura sobre los motivos de la derrota de noviembre, se debaten sobre cómo organizar una oposición eficiente que les permita salir de la parálisis política en la que se encuentran y qué orientación debería tomar la identidad del partido de acá en adelante.

Luego de un cansador año de campaña, con un abrupto cambio de candidato a pocas semanas de las elecciones, los demócratas siguen esencialmente sin un líder. En medio de la conmoción y las disputas sobre cuánto y cómo responder a las medidas arancelarias de la nueva administración, las maniobras institucionales utilizadas en el primer mandato no parecen servir más y el partido no parece encontrar consensos que organice a sus representantes.

A principios de febrero, en la búsqueda de renovar la dirección del partido, el Comité Nacional Demócrata llevó adelante elecciones en las que los líderes históricos del partido no parecieron interesados en participar, lo que resultó en la elección del dirigente de Minnesota Ken Martin.

Martin llegó a la presidencia con la tarea urgente de unir a la oposición y establecer una línea común por la cual avanzar. Su lectura sobre la derrota electoral es que no tuvo tanto que ver con el mensaje del partido, sino con sus tácticas de comunicación. "Las políticas que apoyamos y el mensaje que tenemos no están equivocados", dijo Martin en una entrevista luego de su victoria. "Es un problema de mensaje y de marca. Esos votantes no están conectando nuestras políticas con sus vidas", sostuvo.

"El partido esta catatónico todavía y la elección del Comité Nacional Demócrata mostró una línea de continuidad donde la principal crítica ha sido la forma de comunicar", sostuvo Victoria Murillo, profesora de Ciencia Política en la Universidad de Columbia, en diálogo con El Observador USA.

Una autocrítica sobre la campaña de 2024

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Tim Walz

Tim Walz

En medio del caos, Tim Walz volvió a mostrarse en los medios y en eventos partidarios. El ex candidato a vice habló ante casi 1.000 demócratas el fin de semana pasado en el recinto ferial de Helena, en Montana, y presentó una revisión de lo que fue la última campaña presidencial.

"No deberíamos haber jugado tan a lo seguro", dijo a Politico antes de hablar en el acto. Según el medio, Walz cree que deberían haber celebrado más encuentros con los votantes en town halls, que no tuvieron tiempo de afianzarse y que los demócratas deberían haberse arriesgado más y haber ido a más sitios.

Walz dijo que el enfoque de aversión al riesgo fue un producto de la breve campaña de 107 días. "Después de perder, hay que volver atrás y evaluar dónde estaba todo, y creo que es un área en la que deberíamos pensar", sostuvo.

Walz, que pasó de ser un gobernador poco conocido a convertirse en el favorito de los medios y en el compañero de Kamala Harris durante 90 días, está volviendo a la escena política nacional, regresando al circuito de televisión y podcasts y prometiendo presentarse en los distritos de la Cámara de Representantes donde los republicanos no celebran town halls.

Tim Walz y Kamala Harris - AP.webp
Tim Walz y Kamala Harris.

Tim Walz y Kamala Harris.

"Creo que probablemente deberíamos haber tomado el riesgo y haber hecho los encuentros con la comunidad, donde [los votantes] podían decir: ‘Estás lleno de mierda, no creo en ti’", continuó Walz. "Creo que podría haber habido más de eso", aseguró.

Y agregó: "Nosotros, como partido, somos más cautelosos a la hora de relacionarnos con los medios de comunicación, tanto los tradicionales como los no tradicionales. Y durante la campaña de 2024, en términos futbolísticos, estábamos en una defensa preventiva para no perder, cuando nunca tuvimos nada que perder, porque no creo que estuviéramos nunca por delante".

Según Político, su autocrítica sobre el fracaso de los demócratas y el bombardeo mediático que lo acompañó es, en parte, interesada, ya que además de dejar la puerta abierta a una campaña presidencial en 2028, Walz podría volver a presentarse a gobernador el año que viene.

Por ahora, su postura sobre 2028 y su candidatura presidencial es que "no dice que no". "Me quedo en el campo de juego para intentar ayudar, porque tenemos que ganar, -dijo Walz-. Haré todo lo que esté en mi mano (para ayudar), y como he dicho con la vicepresidencia, si me eligen a mí, entonces haré el trabajo".

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