Históricamente el epicentro del poder político de los Estados Unidos ha sido su capital federal, Washington DC. Sin embargo, en los últimos ciclos electorales y durante la campaña electoral de este año, la política pareció girar cada vez más alrededor del Florida, donde vive y maneja sus negocios Donald Trump. Ahora, el nuevo presidente electo se prepara para regresar a la Casa Blanca y planea llevar con él a los perfiles republicanos más destacados de Florida, ubicando al "estado del sol" en el centro de la política federal.
Desde su victoria en noviembre, Trump comenzó el proceso para conformar su nuevo equipo de gobierno. Los nombres de los funcionarios elegidos fueron un reflejo directo del cambio en el rol de Florida en el escenario político nacional, ubicando a un buen número de floridanos al frente de destacados cargos en la nueva administración.
Entre ellos se encuentran la exprocuradora general de Florida Pam Bondi, que reemplazará al legislador Matt Gaetz, también de Florida, para el cargo de fiscal general; el senador Marco Rubio,que fue nominado por Trump para el puesto de secretario de Estado; los representantes de Florida Mike Walz y Dave Weldon, para los cargos de asesor de Seguridad Nacional y director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), respectivamente; y por último, su más reciente designación, el abogado de origen cubano nacido en Miami Mauricio Claver-Carone, como enviado especial del Departamento de Estado para América Latina.
La mayor parte debe pasar por la confirmación del Senado para acceder a los cargos, algo que no parecer ser un problema, ante la mayoría con la que contarán los republicanos en ambas cámaras a partir de enero.
Mar-A-Lago_-Palm-Beach_-Florida.jpg
Mar-A-Lago, Palm Beach, Florida.
Una de las más destacadas floridanas elegidas para ser parte de la nueva administración es Susie Wiles. Wiles fue la primera designación que hizo Trump luego de ganar las elecciones, al nombrar a la responsable de su campaña nacional de 2024 como jefa de Gabinete de la Casa Blanca. Además, entre el equipo de asesores que lo acompañarán estará James Blair, un antiguo subordinado de Wiles, que fue elegido para servir como asistente del presidente y jefe adjunto de personal para asuntos legislativos, políticos y públicos.
Mar-a-Lago como centro de operaciones
La gran presencia de floridanos en el gobierno se entiende, en parte, por una cuestión geográfica. Trump hizo de Mar-a-Lago, el complejo privado de Palm Beach donde tiene su mansión de 126 habitaciones, el centro de su vida política desde que dejó la presidencia en 2021. Allí no solo se involucró en la política local, sino que además generó fuertes lazos con los republicanos de Florida, que tuvieron fácil acceso a las oficinas de su residencia.
En efecto, llegado el final de la carrera electoral que marcó uno de los enfrentamientos más polarizados de la historia reciente de EEUU, Trump eligió esperar los resultados en Florida, primero en su casa de Mar-a-Lago y luego en el cercano Centro de Convenciones de Palm Beach, mientras que la demócrata Kamala Harris optó por la Universidad de Howard, en Washington, como el lugar predilecto. Esto marcó una diferencia con los años anteriores, ya que en 2020 el ex presidente pasó la noche de las elecciones en Washington, mientras que en 2016 celebró su victoria ante Hillary Clinton en Nueva York.
Con su victoria ya consagrada, el equipo de transición ubicado en Florida comenzó a trabajar en la formación de la nueva administración. Desde que el republicano ganó las elecciones, Mar-a-Lago se convirtió en el centro de recepción de mandatarios, como el canadiense Justin Trudeau y el argentino Javier Milei, así como de empresarios y funcionarios que buscan el visto bueno del presidente electo. Entre ellos, los principales CEOs de empresas tecnológicas, como Sundar Pichai (Google), Tim Cook (Apple), Mark Zuckerberg (Meta) y Jeff Bezos (Amazon), que fueron hasta Florida para reunirse con Trump y buscar acercamientos con su futura administración.
Javier Milei y Donald Trump en Mar-A-Lago.jpg
Donald Trump con Javier Milei en Mar-A-Lago
“Make America Florida”
Los republicanos llevan cerca de 25 años al frente del gobierno de Florida y en las últimas elecciones Trump arrasó en el que alguna vez fue un swing state con el 56,1% de los votos. La comodidad de los republicanos en el territorio permitió contar con una amplia base de funcionarios electos de diversos orígenes, un semillero de talentos del partido que ahora se posicionan para ascender a los niveles más altos del poder federal.
Desde que el republicano Ron DeSantis asumió como gobernador en 2019, el estado se convirtió en un laboratorio de políticas de derecha. Durante su breve campaña por la candidatura presidencial en 2023, DeSantis utilizó informalmente la consigna "Make America Florida", insinuando su voluntad de llevar la orientación de la política local a un marco federal. Y, aunque no llegó a pasar las primarias, ahora es Trump quien parece listo para cumplir con su promesa de llevar la línea del estado al terreno nacional.
La dependencia de Trump de los floridanos para completar su administración sacude además al estado del sur frente a unos años 2025 y 2026 que prometen más nombramientos y elecciones especiales, desencadenando una reacción en cadena que está abriendo nuevas posibilidades para los políticos locales. En ese sentido, esperan con ansias que los elegidos para ocupar cargos federales sean confirmados, para que renuncien a sus puestos a nivel local y poder repartirlos.
Los rojos controlan la oficina del gobernador y ambas ramas de la Legislatura desde 1999. Después de las últimas elecciones, los republicanos de Florida mantuvieron su mayoría en ambas cámaras: en la Cámara de Representantes ganaron un escaño para una ventaja de 85-36, mientras que la composición del Senado se mantuvo igual, con 28 republicanos y 12 demócratas.
Además, a mediados de diciembre, DeSantis le dio la bienvenida a la representante estatal Susan Valdés, quien dio un giro abrupto en su trayectoria política, cambiando su afiliación del Partido Demócrata al Republicano y otorgando a la supermayoría republicana un escaño más en la cámara baja.
Los latinos en el centro de Florida
Trump y Marco Rubio.jpg
Donald J Trump con Marco Rubio
En Florida la población latina alcanzó los 6,1 millones de personas en el último censo, representando el 27,4% de la población total del estado. La comunidad cubana es la más grande, con casi 1,4 millones de personas, lo que representa el 7,1% de la población total.
La península ha sido uno de los principales destinos para inmigrantes y exiliados de América Latina y se convirtió en el hogar de la tercera población latina más grande de Estados Unidos. No sorprende que varios de los representantes locales tengan fuertes vínculos con la comunidad latina o directamente sean descendientes de padres latinos, como es el caso de Rubio, hijo de una pareja de exiliados cubanos, y de Claver-Carone, de origen cubano.
