En la primaria republicana de 2016, Marco Rubio se cruzó ferozmente con Donald Trump. Llegó a cuestionar las aptitudes del outsider para manejar el poder nuclear de los Estados Unidos. El magnate neoyorquino se burló con su acidez habitual: llamó Pequeño Marco a su rival de la interna.
Una vez que Trump accedió a la Casa Blanca, hicieron las pases. Rubio ofició de asesor en política exterior. A Trump le convenía (y todavía le sirve) contar con un dirigente latino a su lado para amortiguar su retórica y propuestas anti-inmigrantes.
El Senador de Florida, sin embargo, nunca llegó a formar parte del primer anillo de confianza del jefe MAGA. Esa equidistancia no necesariamente es una desventaja en el casting para ser el compañero de fórmula de Trump. Esa lejanía relativa lo pone a salvo de los arranques de furia que puede mostrar el histriónico ex presidente.
En contra de las chances de Rubio, esta vez rol de vicepresidente no será decorativo. Lo anticipó el propio Trump. En caso de que vuelva a la Casa Blanca, el republicano deberá lidiar con un enjambre de causas judiciales, liberando margen de acción para su compañero de fórmula. Por eso Trump quiere tomar la decisión con mucho cuidado. Y no repetir el error, a su juicio, que cometió al elegir al "traidor" Mike Pence.
Quién es Marco Rubio
Marco Rubio nació en Miami. Es hijo de una pareja de cubanos exiliados en Florida. Su esposa es colombiana. Él es un halcón conservador, al punto de que fue uno de los favoritos del Tea Party. A su vez recibe el respaldo habitual de la poderosa Asociación Nacional del Rifle. Primer hijo de cubanos en acceder a una banca en el Senado en los Estados Unidos, exige endurecer las sanciones en contra del chavismo en Venezuela y de los regímenes de Cuba y Nicaragua.
El estado que representa Rubio podría jugarle en contra de sus aspiraciones. Porque Trump ya cuenta en la boleta como exponente de Florida, su estado adoptivo. El ex presidente vive en el exclusivo club Mar-a-Lago, ubicado en Palm Beach. La fórmula Trump-Rubio sería geográficamente redundante. En su favor, su postulación podría presentarse como un guiño hacia los millones de votantes latinos. De perfil altísimo, Rubio ocupa la vicepresidencia del Comité de Inteligencia en el Senado.
También cubano-americano, el abogado Carlos Trujillo confirma ante este medio que Rubio está en carrera. Trujillo es una figura de enorme ascendencia en el entorno del ex presidente. Fue embajador ante la OEA en la administración Trump y ahora su buffett defiende al líder republicano en dos causas de las más sensibles, el caso civil en Nueva York sobre la valuación de las propiedades de la Organización Trump y el caso de los documentos hallados por el FBI en la mansión de Mar-A-Lago, en Florida.
Rubio es la persona mejor capacitada para ser el vicepresidente en este momento. La experiencia que tiene en el Senado, con temas de relaciones exteriores, con temas de inteligencia y son dos necesidades muy importantes que va a enfrentar el presidente Trump en su próxima administración Rubio es la persona mejor capacitada para ser el vicepresidente en este momento. La experiencia que tiene en el Senado, con temas de relaciones exteriores, con temas de inteligencia y son dos necesidades muy importantes que va a enfrentar el presidente Trump en su próxima administración
"Rubio es la persona mejor capacitada para ser el vicepresidente en este momento. La experiencia que tiene en el Senado, con temas de relaciones exteriores, con temas de inteligencia y son dos necesidades muy importantes que va a enfrentar el presidente Trump en su próxima administración. La frontera es un tema muy preocupante que está liderando ahora en la campaña", opina Trujillo.
Aliado de Javier Milei en Washington
En febrero pasado, estuvo de gira por Buenos Aires. En Argentina se reunió con el presidente Javier Milei. "Gran reunión con Milei, un fuerte aliado de Estados Unidos con un plan audaz para salvar a Argentina de un siglo de desastrosas políticas socialistas. ¡Deberíamos ayudarlo a tener éxito!", tuiteó Rubio a la salida de la cita.
En su encuentro con Milei, el cubano-americano le llevó una tasa con la leyenda No Hay Plata, una frase que se volvió un símbolo de la cruzada libertaria en favor del ajuste. El presidente argentino se la firmó.
Rubio es uno de los aliados más activos que tiene Milei en Washington. La otra es la congresista de Florida María Elvira Salazar, quien estuvo en Buenos Aires durante la asunción de Milei. Rubio le pidió abiertamente al Tesoro y a la Casa Blanca que utilicen la influencia de los EE.UU. en el Fondo Monetario Internacional para ayudar a Milei en la reestructuración de la deuda argentina.
En adelante, el gobierno argentino también cuenta con un interés particular para que en enero próximo Rubio entre a la Casa Blanca junto a Trump.
