24 de marzo 2025 - 10:20hs

A dos meses de su regreso a la Casa Blanca, y con más de tres años y unas elecciones intermedias por delante, en el Partido Republicano ya comenzaron las especulaciones en torno a las próximas presidenciales. Entre los distintos nombres que circulan, el vicepresidente J.D. Vance aparece como uno de los favoritos para liderar la nominación del GOP en 2028.

“Es muy pronto”, dijo Donald Trump, quien ya coquetea con la idea de una reforma constitucional que le permita aspirar a un tercer mandato. Sin embargo, las encuestas muestran que el político de Ohio cuenta con un sólido respaldo dentro del ala conservadora, tanto entre los seguidores más duros del movimiento MAGA como entre las élites tecnológicas de Silicon Valley.

Con 40 años, Vance es una de las personas más jóvenes en ocupar la vicepresidencia en la historia de Estados Unidos. Nacido en Ohio, se unió al Cuerpo de Marines tras terminar la secundaria, estudió Derecho en Yale y luego emprendió una carrera en la industria tecnológica y como capitalista de riesgo. En 2016 fue oposición de Trump en las internas republicanas, pero durante la primera presidencia del magnate se convirtió en uno de sus aliados más cercanos. Hoy, Vance es considerado uno de los principales contendientes de cara a las próximas primarias del Partido Republicano.

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"Es muy pronto"

Trump atraviesa una situación paradójica: con 78 años está en el punto más alto de su influencia dentro del Partido Republicano, pero al mismo tiempo está limitado constitucionalmente a dos mandatos, lo que acota su poder a futuro como presidente saliente. Vance no es el único joven político republicano con aspiraciones de sucederlo, y la competencia por heredar su liderazgo genera tensiones que, en ocasiones, se hacen visibles en público.

Un ejemplo de ello ocurrió hace unas semanas, cuando Trump se negó de forma contundente a respaldar a su vicepresidente como sucesor. Consultado por el periodista de Fox News, Bret Baier, en una entrevista previa al Super Bowl sobre si veía a JD Vance como su heredero natural, el presidente respondió: “No, pero es muy capaz”.

"Creo que tenemos a muchas personas muy capaces", dijo Trump, y sumó: “Hasta ahora, creo que [Vance] está haciendo un trabajo fantástico. Pero es muy pronto; recién estamos comenzando”.

Trump y JD Vance - Reuters.jpg

Frente al rechazo del líder MAGA, Vance se pronunció unos días después y, en una entrevista con el Daily Mail, restó importancia a la falta de respaldo. "Creo que dijo exactamente lo que debía decir, que es 'Es muy pronto'", expresó el vicepresidente, y agregó que actualmente no está enfocado en la política.

“Habrá un momento para enfocarse en la política -dijo-, como en las elecciones intermedias. Ahora vamos a hacer un buen trabajo, luego nos ocuparemos de las intermedias y, en el momento adecuado, nos enfocaremos en la política presidencial”.

Además, desde el propio entorno presidencial surgieron señales de cautela. Donald Trump Jr., uno de los principales impulsores del ascenso de Vance a la vicepresidencia, advirtió que “hay otros talentos” dentro del partido y que aún no hay una definición clara sobre la sucesión.

El coqueteo con un tercer mandato

Trump no oculta su ambición de seguir en el centro de la política estadounidense. A pesar de estar en su segundo mandato presidencial, el máximo permitido por la Constitución, ya insinuó en varias ocasiones su interés en buscar un tercer mandato en 2028, desafiando los límites legales establecidos por la 22ª Enmienda.

El pasado 12 de marzo, durante el acto que se realiza todos los años en la Casa Blanca con motivo de las festividades de San Patricio, el republicano insinuó la posibilidad de volver presentarse. En una conversación con el jefe de Gobierno irlandés, Micheál Martin, Trump dijo: "Taoiseach, quiero darle las gracias una vez más por estar aquí. Es un honor, espero que hagamos esto al menos tres veces más". Y agregó con ironía: "Cuando digo 'al menos', los medios se vuelven absolutamente locos".

La 22ª Enmienda, ratificada en 1951 tras la presidencia de Franklin D. Roosevelt, establece que nadie puede ser elegido presidente más de dos veces. Sin embargo, la retórica ambigua de Trump y sus aliados más leales alimentan la idea de que el líder republicano podría intentar mantenerse en el poder más allá de lo permitido.

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Uno de ellos es el ex asesor de la Casa Blanca, Steve Bannon, quien en una entrevista con Chris Cuomo en NewsNation afirmó: “Soy un firme creyente de que el presidente Trump se postulará y ganará nuevamente en 2028”. Y agregó: “Estamos trabajando en ello. Veremos cuál es la definición de límite de mandato”.

Las palabras de Bannon sobre “trabajar en ello” no son meras expresiones de deseo. En enero, el representante republicano de Tennessee, Andy Ogles, presentó una propuesta de enmienda constitucional que permitiría a un presidente servir tres mandatos si los dos primeros no fueron consecutivos.

Los expertos constitucionales consideran que el proyecto enfrenta obstáculos casi imposibles: requeriría la aprobación de dos tercios del Congreso y la ratificación por al menos 38 de las 50 legislaturas estatales. No obstante, su sola existencia sirvió para que críticos liberales denuncien una deriva autoritaria en el trumpismo.

El ascenso de Vance dentro del Partido Republicano

A pesar de la falta de apoyo explícito de Trump y el fantasma de un tercer mandato, el ascenso de JD Vance dentro del Partido Republicano parece imparable. El vicepresidente no solo cuenta con un creciente respaldo entre las bases más leales al movimiento MAGA, sino que acaba de recibir un nuevo impulso institucional: el Comité Nacional Republicano (RNC) lo nombró presidente de su Comité de Finanzas, una posición clave para la recaudación de fondos de cara a las elecciones intermedias de 2026, siendo la primera vez en la historia que un vicepresidente en funciones ocupa ese rol.

En la última conferencia del Comité de Acción Política Conservadora (CPAC), el encuentro anual más influyente del conservadurismo estadounidense, Vance obtuvo un apoyo contundente del 61% en una encuesta informal sobre posibles candidatos presidenciales para 2028. Detrás quedaron Steve Bannon (12%), Ron DeSantis (7%) y Marco Rubio y Elise Stefanik (ambos con 3%).

Además, Vance busca ganar el visto bueno de Trump y demostró un fuerte compromiso con su agenda al liderar iniciativas como la venta de TikTok, confrontar públicamente al presidente ucraniano Volodímir Zelensky y ayudar a convencer a los republicanos del Congreso para que apoyen las medidas presentadas por el Ejecutivo. Esto hizo que varios republicanos lo defiendan y aseguren que no hay nada que leer en el desaire de Trump.

JD Vance, Donald Trump y Zelensky - CNN.webp

"JD Vance, para mí, es el favorito. Y el probable candidato en 2028", dijo el senador Steve Daines, republicano de Montana, a Semafore. "Sí, es pronto en términos de su mandato como vicepresidente, pero creo que se está ganando el respeto del partido y del pueblo estadounidense".

El senador republicano de Indiana y otra figura MAGA influyente, Jim Banks, coincidió: "JD es el futuro del partido. Creo que para entonces estará en una posición aún más fuerte que hoy. Trump sabía que al elegir a su vicepresidente, también estaba cimentando el futuro del Partido Republicano".

Una formula más segura de ganarse el respaldo de Trump sería concentrarse en hacer que su segundo mandato sea exitoso. Si Vance logra aprobar los recortes impositivos y el presupuesto fronterizo que desea la Casa Blanca, y si además defiende con éxito las mayorías republicanas en las elecciones intermedias de 2026, podría asegurarse la tan ansiada bendición presidencial.

Ex capitalista de riesgo y figura clave del movimiento MAGA

Más allá de los respaldos y las encuestas, Vance parece estar construyendo su liderazgo sobre una estrategia más profunda: reconciliar a las dos grandes facciones que integran la coalición del Partido Republicano. Mientras en política exterior suele actuar como el defensor más agresivo de Trump, en el plano interno parece posicionarse como un árbitro.

En una reciente cumbre tecnológica organizada por Marc Andreessen en Washington, el vicepresidente hizo un llamado directo a terminar con las peleas internas entre los republicanos MAGA de línea dura, representados por figuras como Steve Bannon, y las élites tecnológicas de Silicon Valley, donde destacan nombres como Elon Musk y Vivek Ramaswamy.

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Las fricciones entre ambas tribus se han intensificado últimamente en temas como la inmigración, la política comercial, la inteligencia artificial y el tamaño del Estado. Silicon Valley desconfía del proteccionismo de Trump, mientras que los conservadores republicanos temen que el poder corporativo diluya la agenda MAGA.

Vance, ex capitalista de riesgo y figura clave del movimiento MAGA, se encuentra en una posición única. Con un discurso centrado en la posibilidad de una agenda económica compartida basada en aranceles, desregulación, innovación tecnológica y reindustrialización, buscó tender puentes.

“Esta idea de que las personas tecnológicas y los populistas inevitablemente llegarán a un punto muerto está equivocada”, afirmó Vance, quien se definió como “un orgulloso miembro de ambas tribus”, en un intento por preservar la nueva coalición conservadora para que se sostenga más allá de su mentor.

Tres años por delante y una fuerte competencia

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A pesar de su crecimiento, Vance no tiene garantizado el mismo nivel de devoción que despierta Trump. Su liderazgo podría ser desafiado por gobernadores, congresistas o colegas funcionarios de la nueva Administración, lo cual deja un escenario aún abierto.

El caso del exvicepresidente de Trump, Mike Pence, funciona como advertencia. Pence pasó varios años pareciendo estar en línea para suceder a Trump, sin embargo su ruptura con el presidente tras las elecciones de 2020 fue el final de su carrera política dentro del partido.

Además, los riesgos del contexto no son menores. La administración Trump ha generado tensiones en Washington y hay voces que advierten sobre una posible recesión. Si la economía se deteriora, será Vance quien deba dar la cara como figura visible del Ejecutivo.

Con tres años por delante, Vance parece decidido a construir su liderazgo desde adentro, tendiendo puentes y preparándose, sin decirlo, para la gran carrera que se viene para ocupar el puesto más importante de la Casa Blanca.

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