El cambio climático y las políticas energéticas son temas claves en discusión en medio de las elecciones en Estados Unidos 2024, y Kamala Harris y Donald Trump representan dos posturas opuestas en ese sentido. Mientras la candidata demócrata enfatiza la urgencia de actuar frente a la crisis climática, el republicano prioriza el desarrollo de combustibles fósiles y le quita importancia al calentamiento global.
El Acuerdo de París y la cooperación internacional
Durante su mandato, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, un tratado vinculante que busca que el calentamiento global no supere los 1,5ºC, calificándolo de “estafa” y cuestionando los costos para el país. "Pagamos un billón de dólares. Otros países no pagan nada. China no paga nada… Es un acuerdo ridículo y unilateral", dijo el mes pasado en una entrevista.
Por eso, ha prometido que, si vuelve a la Casa Blanca, abandonará nuevamente el acuerdo, alcanzado en 2015, argumentando que es “injusto” para EEUU.
En cambio, la administración Biden-Harris reincorporó a EEUU al tratado internacional y estableció objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Harris ha defendido la cooperación internacional en la lucha climática, destacando que el cambio climático requiere acciones globales concertadas.
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Ley de reducción de la inflación y energías renovables
La Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) es una pieza central en la estrategia de Harris para promover las energías renovables. Esta ley incluye incentivos fiscales para proyectos de energía limpia y reducción de emisiones. Harris, quien emitió el voto decisivo en el Senado para su aprobación, la presenta como una herramienta clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar hacia una economía sostenible.
Según el programa de Harris, esta ley permitirá construir "una próspera economía de energía limpia, al tiempo que garantiza la seguridad e independencia energética de Estados Unidos con una producción de energía récord", recogió Factcheck.org, que forma parte de la alianza Factchequeado, a la que está asociado El Observador USA con el objetivo de contrarrestar la desinformación en Estados Unidos.
En contraste, Trump ha calificado la IRA como parte de una “nueva estafa verde” y promete rescindir los fondos destinados a proyectos de energía limpia. En sus actos de campaña sostiene que la ley es un despilfarro y que prefiere redirigir los fondos a infraestructura tradicional, como carreteras, represas y puentes. "No permitiremos que se gasten en las nuevas ideas de estafa verde sin sentido", manifestó
Combustibles fósiles y la independencia energética
Trump ha sido claro en su apoyo al uso de combustibles fósiles y respalda el fracking y la perforación en tierras federales. Su lema “Drill, baby, drill” (¡Perforar, nena, perforar!) resume su postura de aumentar la producción de petróleo y gas natural como estrategia para bajar los precios de la energía y lograr la independencia energética de EEUU. También promete retomar proyectos como el oleoducto Keystone XL y acelerar las licencias para nuevas perforaciones.
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Donald Trump respalda el uso de la técnica del fracking
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Harris, por su parte, ha adoptado una postura equilibrada. Aunque apoya el crecimiento de la energía limpia, no se ha opuesto al fracking y ha resaltado el aumento en la producción de petróleo bajo la administración Biden-Harris. Su enfoque incluye una diversificación de fuentes de energía para reducir la dependencia del petróleo extranjero.
Eficiencia energética y regulaciones de emisiones
En cuanto a regulaciones de eficiencia energética, la administración Biden-Harris ha impulsado normas que limitan las emisiones de centrales eléctricas y vehículos, además de apoyar electrodomésticos de bajo consumo. Estas medidas buscan reducir la huella de carbono y promover el uso de tecnologías más sostenibles.
Trump ha criticado estas normativas y promete revocarlas de ser reelegido. Entre sus promesas está eliminar regulaciones que afectan estufas de gas, bombillas incandescentes y otros electrodomésticos, argumentando que restringen la libertad de elección de los consumidores. Además, se opone a las normas de emisión de las centrales eléctricas, a las que llama una “cruzada energética antiamericana”.
Vehículos eléctricos y la transición automotriz
La transición hacia vehículos eléctricos (VE) es otra área de desacuerdo. Harris apoya incentivos como parte de la ley IRA, que incluye un crédito fiscal de 7.500 dólares para compradores de este tipo de vehículos ensamblados en América del Norte. Harris argumenta que esta medida reducirá la contaminación y fortalecerá la industria automotriz local.
Trump, en cambio, ha cuestionado la viabilidad de los VE, afirmando que son caros y dependientes de China para sus componentes. Promete eliminar los incentivos para VE y revertir las regulaciones de emisiones de la administración actual, argumentando que representan un “mandato” no deseado para los consumidores, aunque no existe un requisito legal para que todos los autos sean eléctricos.
Ciencia climática y percepciones del cambio climático
Harris ha sido clara en reconocer la crisis climática como un problema urgente y real, utilizando términos como “crisis” para describir los riesgos ambientales. Ha destacado la necesidad de actuar para proteger a las comunidades de fenómenos climáticos extremos, mencionando la pérdida de hogares y el aumento de los costos de seguro en áreas vulnerables.
Trump, por su parte, ha minimizado el impacto del cambio climático, a menudo calificándolo de “engaño” en el pasado. Ha difundido información incorrecta sobre el aumento del nivel del mar y el calentamiento global, y en varias ocasiones ha expresado que considera más amenazante el riesgo de una guerra nuclear.