Donald Trump dijo que pondría fin a la guerra en Ucrania en 24 horas, una promesa difícil de cumplir. Sin embargo, desde que asumió la presidencia ha emprendido una ofensiva para terminar con el conflicto desatado hace tres años por la invasión rusa. Esa postura implicó romper con el alineamiento incondicional que el gobierno de Joe Biden mantenía con Kiev. En una conversación telefónica este martes con Vladimir Putin, convenció a su homólogo ruso de un alto el fuego parcial por 30 días y de negociar una tregua más amplia, como quería Estados Unidos, así como una paz permanente.
"Ambos líderes acordaron que el movimiento hacia la paz se iniciará con un alto el fuego energético y de infraestructuras, así como con negociaciones técnicas sobre la aplicación de un alto el fuego marítimo en el Mar Negro, un alto el fuego total y una paz permanente", informó la Casa Blanca en un comunicado. "Estas negociaciones comenzarán inmediatamente en Medio Oriente", apuntó.
Trump, que ya había hablado por teléfono con Putin el 12 de febrero, ha iniciado en esta nueva presidencia un importante acercamiento a Moscú, después de tres años de intenso apoyo estadounidense a Ucrania durante el gobierno de Biden.
Según la Casa Blanca, en la llamada ambos coincidieron "en que un futuro con una mejor relación bilateral entre Estados Unidos y Rusia tiene enormes ventajas". "Esto incluye enormes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica cuando se haya alcanzado la paz", aseguró el comunicado.
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Las condiciones de Putin
El Kremlin confirmó por su parte que Putin accedió a parar los ataques contra infraestructura energética, pero a la vez expuso las demandas presentadas por el mandatario ruso.
Según un comunicado, la parte rusa "esbozó una serie de puntos significativos" que requieren una mayor consideración, incluyendo el "control efectivo" sobre cualquier alto el fuego a lo largo de la línea de conflicto, y la demanda de Moscú para detener la movilización de los ucranianos y el rearme de sus fuerzas armadas junto con su petición más amplia de "eliminar las causas profundas de la crisis".
Aunque no especificó a qué se refiere con las causas profundas, al lanzar su invasión a gran escala en febrero de 2022, Putin dijo que quería "desmilitarizar y desnazificar" Ucrania y asegurarse de que se mantuviera neutral o, en otras palabras, que el país vecino se mantuviera fuera de la OTAN.
El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, que se reunió con Putin en Moscú la semana pasada, sugirió el domingo que las conversaciones sobre el alto el fuego probablemente implicarían concesiones territoriales de Kiev sobre Kursk, la región occidental rusa sobre la que Ucrania lanzó una ofensiva a mediados del año pasado y en la que ha ido perdiendo terreno frente a las fuerzas rusas.
La declaración del Kremlin, que reprodujo The Guardian, también añade una "condición clave" de Moscú para evitar una mayor escalada del conflicto: la exigencia de "cesar por completo" la ayuda militar extranjera para Ucrania y el intercambio de inteligencia con Kiev.
Además, Putin le informó a Trump que el miércoles intercambiará 175 prisioneros de guerra con Ucrania y, como un "gesto de buena voluntad" liberará a 23 militares ucranianos "gravemente heridos".
Según el Kremlin, el presidente ruso está dispuesto a "trabajar con sus socios estadounidenses en un examen exhaustivo de las posibles vías para una resolución, que debería ser integral, estable y sostenible".
Ucrania y su aceptación a la propuesta de tregua de EEUU
La semana pasada, tras un encuentro de funcionarios de ambas partes en Arabia Saudita, Ucrania aceptó la propuesta presentada por Estados Unidos de un alto al fuego de 30 días con Rusia. Washington aceptó revertir las restricciones a la ayuda militar y el intercambio de información de inteligencia, y hubo coincidencia en la necesidad de cerrar "lo antes posible" un pacto para que Estados Unidos pueda explotar recursos minerales ucranianos.
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AFP
Se trató de un importante avance, tras la escandalosa reunión que mantuvieron Donald Trump y Volodimir Zelenski un par de semanas antes en la Casa Blanca. La charla incluyó interrupciones, voces al borde del grito y un clima de máxima tensión. En esa conversación, ante la insistencia de JD Vance de que se debía recurrir al diálogo, el presidente ucraniano había dejado en claro que desconfiaba de la palabra de Putin a la hora de cumplir con lo acordado, como ocurrió en el pasado.
"Ucrania se declaró dispuesta a aceptar la propuesta estadounidense de instaurar un alto al fuego inmediato provisional de 30 días, que puede ser prolongado por mutuo acuerdo y que está sometido a la aceptación y a la puesta en marcha simultánea por la Federación de Rusia", indicó en ese momento un texto difundido por el Departamento de Estado.
"Estados Unidos explicará a Rusia que la reciprocidad rusa es la clave de la paz", agregó. O sea, se necesitaba la aceptación de Putin a la tregua.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Andrii Sibiga, instó el martes a Rusia a aceptar un cese el fuego "sin condiciones". "Ucrania ha apoyado la propuesta estadounidense de alto el fuego temporal de 30 días. Esperamos que Rusia acepte sin condiciones esta propuesta", declaró Sibiga, citado en un comunicado de la Cancillería ucraniana.
"Es hora de que (Rusia) demuestre si quiere de verdad la paz", añadió poco antes de la llamada entre Trump y Putin, según consignó la agencia AFP.
Rusia plantea condiciones consideradas inaceptables por Ucrania para un cese de hostilidades, como por ejemplo que Kiev ceda cinco regiones anexadas por Moscú, abandone sus ambiciones de unirse a la OTAN y lleve a cabo un cambio de gobierno.
Ucrania, por su parte, pide garantías de seguridad de sus aliados occidentales y el despliegue de una fuerza de interposición para garantizar una eventual tregua.