A un mes de que Donald J Trump regrese a la Casa Blanca con la promesa de reiniciar las ejecuciones federales, Joe Biden anunció que sacará a 37 de los 40 presos del corredor de la muerte federal, para que cumplan cadena perpetua entre rejas. Ahora, son tres los presos que quedarán a la espera de que el nuevo gobierno reanude sus ejecuciones.
“Hoy conmuto las sentencias de 37 de los 40 individuos en el corredor federal de la muerte por sentencias de cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional”, anunció Biden en un comunicado publicado el lunes.
"Esta acción es coherente con la moratoria de mi Administración sobre las ejecuciones federales, excepto en casos relacionados con terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio", dijo en referencia a la moratoria de la pena capital federal proclamada en 2021, que suspendió las ejecuciones durante su mandato para estudiar los protocolos utilizados.
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Quiénes son los tres hombre que Biden no perdonó
El primero de los tres presos que quedaron expuestos a la pena de muerte federal es Dzhokhar Tsarnaev, uno de los responsables del mortífero atentado del maratón de Boston en 2013. El 15 de abril de ese año, Dzhojar y su hermano mayor, Tamerlán Tsárnayev, detonaron dos artefactos explosivos de fabricación casera durante el famoso Maratón de Boston, causando la muerte de cuatro personas y dejando a 282 personas heridas. Tamerlán murió en el momento al ser abatido por la Policía y su hermano intentó escapar pero luego de varios días de persecución fue arrestado y procesado por el atentado, siendo condenado a pena de muerte.
El segundo es Dylann Roof, un supremacista blanco declarado que en 2015 mató a tiros a nueve miembros de la iglesia históricamente negra Mother Emanuel AME de Charleston, Carolina del Sur. Luego de ser identificado y perseguido por la policia, Storm confesó que cometió el tiroteo con la esperanza de provocar una "guerra racial". Tres días después del hecho, se descubrió el sitio web "The Last Rhodesian" que manejaba el joven, donde se mostraban símbolos supremacistas y neonazis y compartía un manifiesto en el que exponía sus opiniones hacia los afroamericanos. En 2016, Roof fue declarado culpable en un tribunal federal de los 33 cargos federales (incluidos los delitos de odio) que se le imputaban a raíz del tiroteo y en 2017 fue condenado a muerte.
Por último, en el corredor federal de la muerte quedó también Robert Bowers, el camionero de 50 años que mató a 11 fieles en la sinagoga del Árbol de la Vida de Pittsburgh en 2018. Este se convirtió en el ataque más mortífero contra la comunidad judía en la historia de los Estados Unidos, con 11 muertos y seis heridos. Bowers fue condenado a muerte por decisión unánime de un jurado federal en 2023.
Biden se apura para otorgar clemencia antes de que asuma Trump
Dentro de las 37 personas cuyas penas fueron conmutadas, 15 son blancos, 15 personas negras, seis latinos y una persona asiática. La mayoría habían sido condenadas por delitos menos notorios, como asesinatos relacionados con el tráfico de drogas o la muerte de guardias de prisiones u otros reclusos. Entre ellos figuran nueve condenados por asesinar a compañeros de prisión, cuatro por asesinatos cometidos durante atracos a bancos y uno que mató a un guardia de prisiones.
"No puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve” "No puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve”
“No se equivoquen: condeno a estos asesinos, me duelen las víctimas de sus actos despreciables y me duelen todas las familias que han sufrido pérdidas inimaginables e irreparables”, dijo Biden en el comunicado. "Pero guiado por mi conciencia y mi experiencia como defensor público, presidente de la Comisión Judicial del Senado, vicepresidente y ahora presidente, estoy más convencido que nunca de que debemos poner fin al uso de la pena de muerte a nivel federal. Sinceramente, no puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que una nueva administración reanude las ejecuciones que yo detuve”, agregó.
Durante la campaña de 2020, Biden había prometido la abolición de las ejecuciones federales sin las salvedades de terrorismo y asesinatos en masa motivados por el odio, y en su página web decía que iba a “trabajar para aprobar leyes que eliminen la pena de muerte a nivel federal, e incentivar a los estados a seguir el ejemplo del gobierno federal". No lo hizo, pero a principios de su presidencia sí impuso una moratoria sobre las ejecuciones federales mientras el Departamento de Justicia revisaba la práctica.
A menos de un mes de dejar el cargo, Biden se enfrentó a las crecientes peticiones de los opositores a la pena de muerte para que conmutara a los condenados antes de que Trump regrese al Despacho Oval. La semana pasada comenzaron a correr los rumores de esta decisión, luego de que la Casa Blanca informara que Biden se reuniría con el Papa Francisco en Italia, en lo que sería su último viaje al extranjero como mandatario. El sumo Pontífice había pedido la semana pasada oraciones por los condenados a muerte en EE.UU. con la esperanza de que sus sentencias sean conmutadas.
Desde la Casa Blanca difundieron declaraciones de apoyo a la decisión por parte de líderes religiosos, grupos de derechos civiles y funcionarios. Entre ellos, Martin Luther King III dijo el presidente “hizo lo que ningún presidente antes que él estaba dispuesto a hacer: tomar medidas significativas y duraderas no sólo para reconocer las raíces racistas de la pena de muerte, sino también para remediar su persistente injusticia”.
Por su parte, Donnie Oliverio, agente de policía retirado de Ohio cuyo compañero fue asesinado durante un intento de robo a a un banco en Columbus, Ohio, por uno de los hombres que conmutó Biden, dijo que la ejecución de “la persona que mató a mi compañero de policía y mejor amigo no me habría traído ninguna paz”. “El presidente ha hecho aquí lo que es correcto”, dijo Oliverio en el comunicado emitido por la Casa Blanca, “y lo que es coherente con la fe que él y yo compartimos”.
El anuncio de Biden se produjo luego de que indultara a su hijo Hunter Biden, acusado de delitos fiscales y de tenencia de armas, y que conmutara las penas de unas 1.500 personas que fueron puestas en libertad y en confinamiento domiciliario durante la pandemia de COVID-19, y de otras 39 condenadas por delitos no violentos, el mayor acto de clemencia en un solo día de la historia moderna.
Qué se espera con Trump de nuevo en la presidencia
El regreso de Trump puso en alerta a los opositores a la pena de muerte. Durante la campaña de 2024, el republicano aseguró que reanudaría las ejecuciones federales y trabajaría para ampliar el grupo de delitos que pueden ser castigados con la pena capital según la ley federal, que generalmente permite la pena de muerte en casos de asesinato, espionaje y traición. “Quienes sean sorprendidos vendiendo drogas reciban la pena de muerte por sus atroces actos”, dijo durante la campaña y prometió ejecutar a los narcotraficantes.
Durante su primer mandato como presidente, Trump supervisó un gran número de inyecciones letales. Trece personas fueron ejecutadas durante su gobierno, después de que el entonces secretario de Justicia, Bill Barr, reactivara la práctica tras un paréntesis de 17 años.
