Más de 1300 empleados de la Voice of America (VOA) y de otras emisoras financiadas por Estados Unidos fueron puestos en licencia, luego de que la administración de Donald Trump diera inicio a un nuevo capítulo de recortes en el gasto público. El abrupto congelamiento de medios con décadas de historia, creados para ampliar la influencia de EEUU en el exterior, generó una fuerte reacción por parte de los periodistas empleados dentro de las agencias y de organismos internacionales de libertad de prensa. "Este recorte es un regalo para los enemigos de Estados Unidos", dijo el presidente de Radio Free Europe.
El viernes por la noche, poco después de que el Congreso aprobara su último proyecto de ley de financiación, Trump firmó una orden ejecutiva en la que incluyó a la U.S. Agency for Global Media (USAGM) dentro de los "elementos de la burocracia federal que el presidente ha determinado como innecesarios". El presidente, que ya había encarado los procesos de desfinanciamiento de la agencia de ayuda global de EEUU (USAID) y el Departamento de Educación, ordenó a su administración que redujera las funciones de varias agencias al mínimo requerido por la ley.
Cientos de empleados de VOA, Radio Free Asia, Radio Free Europe, Middle East Broadcasting Networks y otros medios hermanos recibieron un correo electrónico el fin de semana en el que se les informaba que a partir de ese momento se tenían prohibido el ingreso a sus oficinas y debían devolver sus credenciales de prensa y los equipos proporcionados por la empresa.
El sábado por la mañana, Kari Lake, ex presentadora de noticias y fiel seguidora de Trump que tras perder una candidatura al Senado fue nominada como directora de VOA, publicó en X que los empleados de estos medios debían revisar su correo electrónico, mensaje que coincidió con los avisos de la baja administrativa remunerada para el personal de VOA.
En un comunicado, Lake calificó a USAGM como "una podredumbre gigante y una carga para el contribuyente estadounidense", y, refiriéndose a sí misma como asesora senior de USAGM, aseguró que reduciría la agencia a su mínimo tamaño posible bajo la ley.
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La Casa Blanca justificó los recortes asegurando que garantizarán que "los contribuyentes ya no tengan que financiar propaganda radical", marcando un drástico cambio de postura hacia los medios creados para ampliar la influencia de Estados Unidos en el mundo.
El gobierno de Trump ya había tomado otras medidas para afirmar su autoridad sobre la VOA y la semana pasadas canceló los contratos que permitían a la VOA utilizar material de organizaciones de noticias independientes, como AP y AFP.
"Un regalo para los enemigos de Estados Unidos"
La decisión provocó la indignación de los grupos de libertad de prensa que dicen que recortar esos programas representa el último esfuerzo de la Administración Trump para abandonar el papel histórico que Estados Unidos ha desempeñado en la defensa de la democracia y la libertad de prensa en el extranjero.
"Por primera vez en 83 años, la histórica Voz de América está siendo silenciada", dijo Michael Abramowitz, director de la organización, en un comunicado compartido el sábado, en el que confirmó que él estaba entre los 1.300 empleados, "prácticamente la totalidad de la plantilla", puestos en licencia.
"VOA necesita una reforma reflexiva, y hemos avanzado en ese sentido. Pero la acción de hoy dejará a Voice of America sin capacidad para cumplir con su misión vital. Esa misión es especialmente crítica hoy, cuando los adversarios de EEUU, como Irán, China y Rusia, están invirtiendo miles de millones de dólares en crear falsas narrativas para desacreditar a EEUU", escribió , señalando que el medio transmite en 48 idiomas y alcanza a 360 millones de personas por semana.
La VOA es la mayor de las cinco emisoras internacionales representadas por la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM), anteriormente la Junta de Gobernadores de Radiodifusión. Esta fue fundada en 1942 para combatir la propaganda nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Su misión es promover la democracia y los intereses estadounidenses en el extranjero a través de un periodismo basado en hechos.
Voice of America transmite noticias nacionales de Estados Unidos a otros países, a menudo traducidas a las lenguas locales mientras que Radio Free Asia, Europe y Marti transmiten noticias a países con regímenes autoritarios en esas regiones, como China, Corea del Norte y Rusia.
Donald Trump bandera de EEUU- AP.webp
Steve Capus, el presidente y CEO de Radio Free Europe/Radio Liberty, medio que comenzó a transmitir hacia el bloque soviético durante la Guerra Fría, calificó la cancelación de fondos como "un regalo masivo para los enemigos de EE.UU.".
"Los ayatolás iraníes, los líderes comunistas chinos y los autócratas de Moscú y Minsk celebrarán la desaparición de RFE/RL después de 75 años", afirmó Capus en un comunicado.
Por su parte, Bay Fang, presidente y director general de la RFA, dijo: "La supresión de la subvención a la RFA es una recompensa a dictadores y déspotas, incluido el Partido Comunista Chino, a quienes nada les gustaría más que su influencia en el espacio informativo".
Desafíos legales
Lo más probable es que el intento por eliminar estos medios se encuentre con fuertes desafíos legales, como ya ha sucedido con otros recortes de Trump. Estas emisoras funcionan con fondos aprobados por el Congreso, por lo que es este, y no el presidente, el que tiene el poder constitucional sobre el presupuesto. Esos límites se pusieron a prueba durante la primera Administración Trump, cuando los intentos por desfinanciar estos medios fueron frenados por los tribunales.
Los aliados de Trump llevan tiempo criticando a las agencias de prensa VOA y USAGM por propagandistas y el magnate asesor del presidente, Elon Musk, ya había pedido antes el cierre de la VOA. La reducción es un fuerte golpe a un elemento básico del orden posterior a la Guerra Fría que ha contado durante mucho tiempo con apoyo bipartidista.
El grupo de defensa de la prensa Reporteros sin Fronteras declaró que "condena esta decisión como una desviación del papel histórico de Estados Unidos como defensor de la información libre y pide al gobierno estadounidense que restablezca la VOA e insta al Congreso y a la comunidad internacional a que tomen medidas contra esta medida sin precedentes".