El gobierno de Donald Trump anuncio que buscará dar marcha atrás con una serie de políticas ambientales históricas, incluidas normas sobre la contaminación de las plantas de energía de carbón, el cambio climático y los vehículos eléctricos. Al anunciar las 31 acciones, el administrador de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), Lee Zeldin, dijo que se trataba del "día más trascendental de desregulación en la historia estadounidense" y que su plan crearía un entorno en el que "las empresas puedan prosperar y se puedan construir infraestructuras".
“Estamos clavando un puñal en el corazón de la religión del cambio climático y dando la bienvenida a la Edad de Oro de Estados Unidos”, escribió Zeldin en un ensayo en The Wall Street Journal.
Según el ex congresista de Nueva York, aliado de Trump de larga data, sus acciones permitirán eliminar billones de dólares en costos regulatorios e "impuestos ocultos", reduciendo el costo de vida para las familias estadounidenses y disminuyendo los precios de elementos esenciales como la compra de un automóvil, la calefacción del hogar y la operación de un negocio.
Zeldin también anunció que "reconsiderará" la conclusión sobre la determinación de peligro adoptada en 2009 por la EPA, que establece que la contaminación de los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono o el metano, generan calientamiento global y por lo tanto representan una amenaza para la salud y el bienestar humanos. Retirar esa norma permitiría revertir las regulaciones sobre la contaminación climática en toda la economía.
"Me han dicho que la conclusión sobre la determinación de peligro se considera el santo grial de la religión del cambio climático", dijo en un video publicado en X. "Para mí, la Constitución de Estados Unidos y las leyes de esta nación se interpretarán y cumplirán estrictamente. Sin excepciones", aseguró.
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En concreto, la EPA anunció que revisará los límites de contaminación del agua para las centrales de carbón, las normas de calidad del aire para partículas pequeñas y la notificación obligatoria de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los grandes emisores, como las empresas petroleras y de gas, entre otras.
Los cuestionamientos de científicos y grupos ecológicos
El científico del clima de la Universidad de Pensilvania, Michael Mann, calificó la acción de la EPA como "solo la última forma de negación del clima por parte de los republicanos". "Ya no pueden negar que el cambio climático está ocurriendo, así que en su lugar están pretendiendo que no es una amenaza, a pesar de la abrumadora evidencia científica de que lo es, quizás, la mayor amenaza que enfrentamos hoy", aseguró, en declaraciones recogidas por la agencia AP.
Trump ha puesto en duda el cambio climático y su gobierno comenzó a recortar personal en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), vital para los esfuerzos de investigación climática. Además, el líder republicano, que en campaña prometió impulsar la explotación de hidrocarburos, firmó en su primer día de mandato la salida de Estados Unidos del Acuerdo climático de París.
"Los contaminadores corporativos están de celebración hoy porque la EPA de Trump les acaba de dar un pase libre para arrojar contaminación climática ilimitada, sin importar las consecuencias", opinó Charles Harper, de la ONG Evergreen Action, según recogió la agencia AFP.
Matthew Tejada, del Consejo de Defensa de Recursos Naturales, una organización sin fines de lucro, opinó que "la EPA de Trump" lleva "de vuelta a una época de contaminación desenfrenada en toda la nación, dejando a cada estadounidense expuesto a productos químicos tóxicos, aire sucio y agua contaminada".
La disputa legal y los recortes en la EPA
El nuevo paquete de desregulación también busca tumbar regulaciones establecidas por el gobierno de Joe Biden que debían entrar en vigor a partir de 2032. El ex presidente demócrata pidió, por ejemplo, que las plantas de carbón eliminaran casi todas sus emisiones de carbono o se comprometieran a cerrar y que las nuevas plantas de gas de alta capacidad redujeran su emisión de dióxido de carbono en un 90%.
El anuncio de la agencia promete desencadenar batallas legales con los grupos ecologistas, que prometieron luchar contra los recortes. De todas formas, la agencia deberá iniciar antes un proceso de elaboración de normas que podría tardar meses en completarse.
"Ha habido intentos de limitar la autoridad de la EPA, pero la escala y el alcance y la velocidad con que esta administración está atacando las protecciones ambientales no tiene precedentes", dijo Jason Rylander, director legal del Center for Biological Diversity del Climate Law Institute, a NBC News.
Esto se da además en un marco de recortes dentro de la propia EPA. Trump anunció hace un par de semanas que su administración planea reducir en alrededor del 65% el personal de la agencia, que emplea actualmente a más de 17.000 personas.
Los propios trabajadores expresaron su descontento con el nuevo anuncio. "Esta no es la EPA a la que hemos dedicado nuestras carreras. En lugar de resaltar la importancia de proteger la salud humana y el medio ambiente, esta administración destaca el recorte de costos en dólares mientras ignora el costo humano. El aire que respiramos y el agua que bebemos es un derecho humano colectivo y más valioso que cualquier cifra en dólares", señaló a NBC un empleado de la agencia.