4 de febrero 2025 - 16:50hs

Construido para albergar a los pandilleros más peligrosos de El Salvador, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) se convirtió en una pieza fundamental en "la guerra contra las pandillas" que el presidente Nayib Bukele declaró al asumir en el cargo. Desde que decretó el "estado de excepción" en 2022, la cárcel de máxima seguridad sirvió como eje central en su política de mano dura y fue una de las principales razones de la enorme popularidad del mandatario. Mientras que organizaciones de derechos humanos cuestionan las condiciones inhumanas que se viven en el centro de detención, líderes internacionales como Donald Trump han elogiado sus tácticas y liderazgo.

Este lunes, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, viajó a El Salvador y se reunió con Bukele. En medio de fuertes tensiones con varios países latinoamericanos por las deportaciones, la interrupción de la ayuda exterior y la amenaza de aranceles, la reunión con el presidente salvadoreño dejó como saldo un "acuerdo sin precedentes, el más extraordinario del mundo", según Rubio.

El jefe de la diplomacia indicó que los países llegaron a un convenio en materia de migración en el cual El Salvador accedió a recibir deportados de otras nacionalidades y además se ofreció a hacer lo mismo con criminales peligrosos que están actualmente bajo custodia y cumpliendo su condena en EEUU, "a pesar de que sean ciudadanos estadounidenses o residentes legales".

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Efectivamente, Bukele publicó en su cuenta de X: "Le hemos ofrecido a Estados Unidos la oportunidad de externalizar partes de su sistema penitenciario". Y agregó: "Estamos dispuestos a aceptar solo a criminales presos (incluidos ciudadanos estadounidenses convictos) en nuestra megaprisión (CECOT) a cambio de una tarifa".

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"La tarifa sería relativamente baja para los EEUU, pero significativa para nosotros, lo que haría que todo nuestro sistema penitenciario fuera sostenible", concluyó.

A pesar de que funcionarios del gobierno de Trump citados por la agencia AP ya aclararon que la administración no tiene hoy por hoy planes para tratar de deportar a ciudadanos estadounidenses, en Estados Unidos se prendieron las alertas por la propuesta de El Salvador.

El CECOT es considerada la cárcel más grande de América, donde se aloja a los criminales más peligrosos de pandillas como la MS-13, el Tren de Aragua y Barrio 18 que han aterrorizado a El Salvador desde finales de la década de 1990.

Cómo funciona la mega cárcel

Como punta de lanza de la guerra del Gobierno de Bukele contra las pandillas, el Centro de Confinamiento del Terrorismo fue escenario de impactantes imágenes de reclusos hacinados con la cabeza afeitada, con las cuales se reconoce la aplicación del "método Bukele" en todo el mundo.

Con capacidad para 40.000 presos, la prisión de alta seguridad fue construida al borde de la selva, a unos 75 kilómetros al sureste de la capital, fue presentada el 31 de enero de 2023 y puesta en marcha a principios de febrero de ese mismo año.

El enorme complejo, que ocupa el equivalente a siete estadios de fútbol, está custodiado por guardias penitenciarios y soldados desde torres que alcanzan más de 15 metros de altura, rodeado por un laberinto de concreto, acero y asfalto. Para entrar y salir del establecimiento sólo existe una ruta y las cámaras de vigilancia monitorean cada rincón las 24 horas al día, los 7 días de la semana. Además, en la zona no hay señal telefónica, por lo que las vías de comunicación son casi nulas.

Dentro de las paredes del CECOT, las reglas son claras y estrictas. A los presos no se les permite hablar sin autorización, las actividades recreativas son inexistentes y la visita de familiares está prohibida.

Presos dentro del Centro de Confinamiento del Terrorismo - Foto cedida por el Gobierno de El Salvador.jpg
Detenidos dentro del Centro de Confinamiento del Terrorismo. Imagen difundida por el Gobierno de El Salvador.

Detenidos dentro del Centro de Confinamiento del Terrorismo. Imagen difundida por el Gobierno de El Salvador.

La prisión fue bautizada como "el Alcatraz de Centroamérica", pero no está deteriorada, al contrario, todo es nuevo, liso, recién pintado. Guardias encapuchados vigilan los pasillos con pistola en mano mientras que los presos, dentro de sus celdas, se ubican en las literas de cuatro pisos, sin colchones ni sábanas, en las que duermen sobre metal desnudo.

Los trabajadores de prensa que han sido invitados a conocer la cárcel relatan sobre el calor agobiante que se vive dentro de los salones, donde la temperatura puede llegar a alcanzar los 35ºC durante el día y no hay ninguna otra fuente de ventilación.

Mientras que en los salones generales las luces artificiales nunca se apagan, en las pequeñas celdas de castigo el ambiente quedaría completamente a oscuras si no fuera por un pequeño tubo de ventilación por el que entra un rayo de luz.

Desde el gobierno, "por motivos de seguridad", no quieren difundir la cifra exacta de cuantos reclusos habitan en el CECOT, pero se calcula que son cerca de 15.000 las personas encerradas, algunas con condenas de más de 200 años. Alrededor de 1.000 oficiales, 600 soldados y 250 policías antidisturbios custodian las instalaciones donde los miembros de la MS-13 y Barrio 18 comparten celda, a pesar de ser enemigos mortales.

Dentro de las tres paredes de cemento de la celda no hay nada, más allá de dos lavabos para que los presos se laven y dos retretes, que los reclusos tienen que usar a la vista de todos los demás. Allí pasan más de 23 horas al día con excepción de los 30 minutos que tienen para hacer ejercicio en el pasillo, según relató la agencia AFP.

Su dieta básica consiste en arroz, judías, huevos duros o pasta (el gobierno prohíbe expresamente la carne) que deben comer con las manos para evitar que utilicen cualquier tipo de utensilio como arma.

Centro de Confinamiento del Terrorismo desde lejos de noche - Foto cedida por el Gobierno de El Salvador.jpeg

El Salvador tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo

La ofensiva de Bukele contra las bandas ha sido elogiada por muchos salvadoreños por reducir drásticamente la tasa de homicidios, pero la oposición y organismos nacionales e internacionales en defensa de los derechos humanos denuncian abusos en las prisiones, afirmando que los reclusos son obligados a confesar y se les niega el contacto con sus familias y abogados. Además, el costo de la construcción y la financiación de la megacárcel aún no ha sido revelado por el Gobierno, lo que genera incertidumbre sobre su proceso y su transparencia.

El CECOT se erige en el marco del régimen de excepción, que suspende varias garantías constitucionales y que ha sido la principal estrategia del Gobierno de Bukele para combatir las pandillas. El Salvador tiene actualmente la tasa de encarcelamiento más alta del mundo. Más de 80.000 salvadoreños, es decir, el 1% de la población, fueron detenidos desde que Bukele declaró el estado de excepción. En noviembre, el presidente reconoció que entre los detenidos había 8.000 inocentes, que no tenían vínculos perceptibles con la delincuencia de las bandas y fueron puestos en libertad.

Pero en un país donde bandas tan conocidas como la Mara Salvatrucha y las dos facciones del Barrio 18 -los Revolucionarios y los Sureños- han causado estragos mortales, la cárcel ha sido una de las principales razones de la enorme popularidad del presidente Bukele y que le permitió asumir un nuevo mandato a mediados del año pasado.

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