Megan Dixon tenía 13 años cuando empezó a sentirse mal.
"Fui al hospital por 4 días y salí 2 años después''
Megan Dixon nunca imaginó que una visita al hospital fuera a terminar en un diagnóstico que le cambiaría la vida.
Megan Dixon nunca imaginó que una visita al hospital fuera a terminar en un diagnóstico que le cambiaría la vida.
Megan Dixon tenía 13 años cuando empezó a sentirse mal.
Al cumplir los 16, después de perder el habla y presentar un cuadro de salud deteriorado, fue hospitalizada. Los médicos sospechaban que podía haber sufrido un derrame cerebral.
Pretendían que estuviese en el hospital solo cuatro días con la idea de hacerle unas pruebas, pero no salió hasta dos años después. Y lo hizo completamente paralizada.
Perdió la capacidad de caminar, hablar o abrir los ojos. Los profesionales de la salud que la trataron le dijeron que no volvería a moverse.
A Megan le diagnosticaron un trastorno neurológico funcional (TNF), lo que significa que tiene un problema con la forma en que su cerebro recibe y envía información al resto del cuerpo.
Después de un largo periodo en una institución de cuidados neurológicos en Peterborough, Reino Unido, se está preparando para mudarse a su propia casa con la esperanza de convertirse en manicurista.
Megan dijo que a los 18 años, cuando se mudó al Centro de Atención Neurológica Eagle Wood, en Peterborough, "era apenas como una bebé".
Nunca había estado sola y tuvo que mudarse lejos de la casa de su familia para recibir la atención que necesitaba.
"No fue fácil. Creo que fue mucho más difícil para mis padres tener que dejarme allí sola, pero yo no podía hacer nada por mí misma. Estaba paralizada del cuello para abajo", declaró a la BBC.
"No podía ver, no podía hablar. Odio la palabra, pero estuve muy vulnerable en ese momento", agregó.
"Empecé a sentirme mal a los 13 años. Empezó muy despacio, muy gradualmente, y luego, en 2021, la situación empeoró rápidamente.
"Me ingresaron en el hospital porque les preocupaba que hubiera sufrido un derrame cerebral o algo así, porque perdí la capacidad de hablar.
"Me llevaron a hacerme pruebas durante cuatro días y salí del hospital dos años después."
Su enfermedad finalmente fue diagnosticada como TNF.
"Impide que las señales del cerebro al cuerpo funcionen correctamente y causa todo tipo de síntomas neurológicos", dijo.
"No podía hacer nada por mí misma; perdí la capacidad de hablar.
"No podía ver, así que no podía abrir los ojos. Mi cerebro no podía registrar la diferencia entre tener los ojos cerrados y abiertos".
También perdió la capacidad de tragar y se alimentaba mediante una sonda nasogástrica, que fue reemplazada por una que llegaba directamente al estómago.
En su peor momento, sufría 50 convulsiones al día, pero ahora se han reducido a entre 10 y 15.
Después de 18 meses de terapia intensiva, su vida es completamente diferente.
"Ahora puedo moverlo todo", dice. "Obviamente, puedo hablar, puedo ver. No puedo caminar y nunca volveré a hacerlo, pero es porque tengo contracturas en las rodillas."
"Necesito cirugía para flexionarlas porque tengo las piernas estiradas. Es muy doloroso, pero estoy esperando la cirugía, y eso significa que nunca podré volver a caminar."
"Sinceramente, nunca me imaginé que iba a ser algo que iba a tener que planear cuando mis padres me llevaron a la residencia. Ellos pensaron que eso era todo, que iba a ser mi hogar para el resto de mi vida."
"Estaba llegando al punto de casi morir en el hospital; mi cuerpo simplemente se apagó por completo."
"Los médicos tuvieron que decirles a mis padres que se prepararan para lo peor; no creían que llegaría a los 18 años y aquí estoy con 20".
Su sueño es ser manicurista y está ahorrando para completar un curso en línea.
"Tengo muchísimas ganas de mudarme y vivir con mi novio", dijo. "Estoy muy emocionada".
La organización FND Action, dedicada al Trastorno Neurológico Funcional, dice que esta condición de la red cerebral presenta síntomas neurológicos como debilidad en las extremidades, parálisis, convulsiones, dificultad para caminar, espasmos, tics, problemas sensoriales y más.
"Para muchos, los síntomas son graves e incapacitantes, y cambian la vida para todos", señalaron.
Agregaron que, si bien el cableado básico del sistema nervioso está intacto, las personas con este trastorno tienen un problema con el funcionamiento del cerebro o sistema nervioso, y el cerebro no envía ni recibe señales correctamente.
"Históricamente, el TNF se ha considerado a menudo como resultado puramente de un trauma psicológico y emocional, lo que con frecuencia ha generado estigma y rechazo por parte de los profesionales médicos", explicaron.
"Esta perspectiva ahora se considera obsoleta, y el trauma psicológico se considera un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, en lugar de la causa".
Megan dijo que a veces se sentía aislada, frustrada y agotada debido a lo impredecible que había sido la vida con TNF.
Ahora comparte sus experiencias en TikTok.
"Cada pequeña victoria, ya sea mover un dedo, decir una palabra o simplemente sobrevivir un día más, merece ser celebrada", dijo.
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FUENTE: BBC