Una curiosa incidencia se registró este sábado durante el partido entre Espanyol y Atlético Madrid por LaLiga española. Cuando transcurrían 60 minutos de juego y el Atlético ganaba 1-0, el delantero argentino Giuliano Simeone (hijo del técnico y autor del cuarto gol de Argentina frente a Brasil el martes pasado) corrió la pelota contra la banda y se llevó por delante al línea, quien quedó literalmente dado vuelta.
Con un impulso atlético, como si fuera un paso de break dance, el árbitro giró rápidamente, se levantó y continuó corriendo para seguir la jugada. Simeone se acercó, lo saludó y le consultó si estaba bien.
El resultado final del partido fue 1-1. Atlético de Madrid encadenó tres partidos sin ganar en LaLiga y este sábado se dejó buena parte de sus opciones en el campeonato doméstico tras el empate en el RCDE Stadium después de adelantarse con un gol de Azpilicueta en el minuto 38 y de recibir el empate, de penal, en el 71 por medio de Javi Puado.
Ninguno de los dos equipos brilló especialmente en un duelo sin excesivas ocasiones, ritmo ni mucho fútbol. El empate supone un cierto balón de oxígeno para el anfitrión, que suma ante uno de los gigantes de la competición en su casa, pero deja un sabor agridulce para los de Simeone.
José María Giménez recibió la quinta amarilla
El jugador de la selección uruguaya, José María Giménez, uno de los jugadores que más sintió la altura de Bolivia el martes pasado durante el partido por las Eliminatorias, fue suplente y tuvo que ingresar a los 28 minutos en lugar de Robin Le Normand, quien sufrió un golpe en la cabeza.
El zaguero uruguayo fue amonestado, por lo que será baja en el próximo encuentro de su equipo contra Sevilla, por acumulación de cinco amarillas.