En la hora de los balances, explicó lo que dejó su recorrido en el sillón más importante del club, cómo vivió el proceso hacia las elecciones de este sábado y su futuro en la institución.
Me quedo con el honor de haber presidido al más grande. Ocurrió por una desgracia de un gran compañero como fue José Fuentes que me tocó conducir el barco, y creo que lo hice de una manera correcta, por llamarlo de alguna forma, aunque siempre es muy difícil hablar de uno mismo. Indudablemente no lo pudiera haber hecho sin la ayuda de mis compañeros, y acá no quiero excluir a nadie, esa es la realidad. Nos tomó en un momento muy difícil porque ya veníamos golpeados por la pérdida de un dirigente muy valioso como Alejandro Arellano, que se ocupaba de todas aquellas cosas que a los dirigentes no nos gustan atender, aquellas cosas siempre dan más dolores de cabeza y que no son tan visibles. Después pasó lo de José, a mitad del año pasado, y lamentablemente no pudimos coronarlo este año ni el anterior con el campeonato. Si pensamos en los puntos que logró Nacional este año tuvo un puntaje muy superior a otros equipos del club que fueron campeones de la Anual y del Uruguayo, inclusive siendo el equipo más goleador. Esto es fútbol, gana uno y, en este caso a pesar del gran esfuerzo de la directiva de traer un gran plantel, porque no recuerdo otro período de pases como el que se hizo este año, no fue posible. Y me voy de presidente de Nacional con cinco clásicos jugados y ninguno perdido, por tanto al menos en ese ‘campeonato paralelo’ que tenemos con Peñarol, porque en eso que nos enseñaron de chicos, gané cuatro y empate uno en la cancha de ellos, con el aditivo de que ganamos una final (en el Torneo Intermedio), que tiene un sabor extra.
¿Qué faltó? ¿Suerte?
Soy de los que pienso que las cosas son multicausales, pero creo que el factor suerte o fortuna obviamente que nos planteó golpes durísimos. Lo de José fue un durísimo, lo que pasamos este año con Juan Izquierdo, que es lo más notorio y que va a pasar en la historia porque no hay antecedentes que un jugador se muera en la cancha en un partidos Copa Libertadores, que hasta el día de hoy los jugadores lo siguen pagando en sus cabezas. Lo que tocó vivir destruyó un grupo humano y te puedo asegurar que no se pudo superar a pesar de los esfuerzos de los psicólogos, de los entrenadores y del profe (Marcelo Tulbovitz), que es gran motivador. Cada uno tuvo una reacción distinta ante un golpe tan duro como el que nos sucedió con Juan. Y también te agregaría cosas como lo que nos pasó a nivel de lesiones durante todo el año. En los últimos días me paro un hincha y me dijo, ‘doctor, ¿a usted le parece que Herazo puede ser el 9 de Nacional?’. ¿Sabés que después que le di la explicación lo entendió? Le comenté que trajimos a Herazo porque en una semana se nos lesionaron cuatro 9: Carneiro se rompió los ligamentos, solo en la cancha de Danubio cuando ganábamos 5-0, sin ir a una diputa de pelota; ya habíamos tenido lo de Renzo Sánchez a principio de año; esa semana se decidió operar a Cristian Ebere, que también lo habíamos tenido como gran figura; se desgarró Rubén Bentancourt, y Federico Santander tuvo el problema del hijo en Asunción del Paraguay. Le explique a este hincha que había sido una semana fatídica y que realmente tuvimos que salir a buscar otro 9. Tengo mil años de fútbol, y no recuerdo algo igual. También nos pasó con Mauricio Pereyra, y con Sapito Mereles, en el momento que se había transformado en un gran revulsivo para equipo. No son quejas ni justificaciones, son hechos que forman parte del fútbol, porque se te lesionan jugadores en cualquier equipo del mundo, pero no tanto como nos pasó a nosotros. Entonces todo ese tipo de situaciones obviamente te van acicateando y aún así Nacional hizo un gran puntaje, los números fueron buenos, pero no logramos el título.
20240908 Homenaje de Nacional y Liverpool a Juan Izquierdo. Foto Inés Guimaraens (15).jpeg
Raúl Giuria y Alejandro Balbi
Foto: Inés Guimaraens
¿Cómo es la vida del presidente de Nacional? ¿Es tan demandante?
Absolutamente. Por eso, estos días José Decurnex, a quien acompaño en esta nueva cruzada del Compromiso 1899, y creo que está despegado como para ser el próximo presidente de Nacional, ha dicho que los clubes son eminentemente presidencialistas, algunos más, otros menos, y por más que sepas delegar, después la gente quiere terminar hablando con el presidente, así sea un empleado, un director técnico, un jugador, o un proveedor, el 80% de las cosas pasan por el presidente. El tema de la seguridad o el tema político, los jueces, la AUF, los derechos de televisión. Es muy demandante, por eso a mí me preocupa un poco que haya candidatos que no tienen experiencia dentro del club y que no lo conozcan, porque ya transitamos eso en 2015, cuando quedamos en la ruina y técnicamente quebrados. Como bien dice algún candidato ahora y lo decía Dante Iocco, a Nacional no se viene a aprender, tenés que conocer el club, tenés que hacer una carrera, no puede ser un advenedizo que llega y desembarca, porque te cuesta muchísimo conocer a Nacional. Un Nacional que es muy distinto al que conocí a fines de los años 1990 con Iocco. Ha crecido mucho. Ahora estamos en una industria con varias unidades de negocio, un Parque Central, una ciudad deportiva como Los Céspedes, un restorán, una tienda, un club social, una sede que después de muchos años está convertida en club social y hoy la sede está dentro del Parque, como en los grandes equipos del mundo. Entonces tenés que estar 24-7, como se dice ahora, a disposición del club. Hay una cantidad de disciplinas que cuando yo empecé en Nacional que adquirieron gran importancia. El fútbol femenino campeón del Uruguayo, el básquetbol campeón sudamericano. Todo eso implica desgaste, tensión, inversión económica. El club es muy gigante como para tener un presidente que no esté a disposición y no tenga la vitalidad y energía como puede tener una figura como José que tiene 50 y pocos años y que está acostumbrado a dirigir grandes empresas y ya lo demostró en Nacioanl entre 2018 hasta 2021.
¿Tu rol en los próximos tres años apunta hacia el AUF?
Fue lo que me pidió José, aparte de que es donde tengo las mayores cualidades. Tengo antecedentes porque tuve cuatro años dentro del equipo de AUF, y 15 años como delegados. Creo que conozco la AUF como poca gente y viene un año muy complicado, porque no solo están los derechos televisión sino tratar de zurcir esa grieta tan grande que cada día implosiona más el fútbol uruguayo.
¿Cómo viviste la campaña para llegar a las elecciones de este sábado?
De dos formas. Al principio conforme porque exhorté, allá por abril o mayo, que me parecía que sería sano empezar a hablar de las elecciones en Nacional a partir de setiembre y creo que eso se cumplió. Después me parece que hubo un desbarajuste, me parece que hubo alguna cosa de más a la que no estábamos acostumbrados en el club, habituados a una pacificación nacional que Nacional tenía hace unos cuantos años y creo que por algún desborde que hubo, sobre todo de gente inexperiente y que no tiene límites, se fue de las manos. Apuesto a que si le toca a José, como todos esperamos, comandar este este buque insignia que es Nacional, que zurza rápido si quedó alguna herida y no tengo ninguna que lo va a hacer, porque ya lo ha demostrado con los hechos cuando Fuentes vino desde la oposición y terminó siendo candidato del oficialismo. Eso te demuestra que José no solo lo dice sino que lo hizo. Ojalá todos se puedan integrar bien. Es una elección divida en tres tercios y las dos duplas principales de cada lista van a entrar y lo que hay que analizar es quién es el mejor de esos presidenciables, quién tiene la capacidad, quién ya tiene la experiencia y sobre todo quién tiene el mejor grupo. Si ves los primeros seis cargos de la lista de Decurnex, los seis de Gomensoro y los seis de Vairo, no hay ninguna duda que los hombres más capaces y con más antecedentes dentro del club, lo tenemos nosotros. Fijate que tenemos gente joven como Tatiana Villaverde y Bari Monzeglio, que tienen pasado y presente en formativas y a nivel dirigencial y son gente que no llega a 40 años. Tenés gente nueva como Alfredo Antía y dos de excepción para manejar la economía como son Gonzalo Lucas y Gustavo Amoza, y yo veo en las otras listas que hay buenos nacionalófilos, hay algunos grandes amigos pero no tienen las cualidades que tienen estas personas que te acabo de nombrar.
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Alejandro Balbi, presidente de Nacional
Inés Guimaraens
¿La diferencia para vos en esta elección es la experiencia?
No, la experiencia, el conocimiento, la historia y la calidad. José nos sacó del pozo en 2018, y a veces se trata de confundir que José estuvo seis años. Estuvo los tres primeros años y le pedí en el último año y medio que viniera a colaborar conmigo con toda su sapiencia porque ya se había vuelto a su actividad particular.
Hay más de 30.000 socios habilitados.
Esperemos que vaya la mayor cantidad de gente, porque es importante tener el respaldo de la mayor cantidad de socios posible, y que cada uno vote por la opción que le parezca más interesante. Ojalá que el socio de Nacional no vote por bronca ni por el último resultado deportivo porque eso me parece que es ver el árbol y no ver el bosque, por eso digo que acá tenemos que ver toda la gestión que se viene haciendo hace seis años y de la cual José fue parte durante cuatro años. Y también ver el grupo de trabajo que se hizo. Obviamente, yo también estoy molesto por los resultados deportivos y molesto porque no se pudo salir campeón, pero estoy contento porque no perdimos con Peñarol en todos los clásicos y eso me pone feliz. Y si miramos la estadística, de los últimos seis campeonatos Nacional ganó tres y Peñarol dos. Entonces, ¿de dónde sacan que hubo un mal rumbo deportivo? Y me hace gracia escuchar a las otras listas decir que la columna vertebral de Nacional está armada con Mejía, Coates, Mauricio, Carneiro, el Diente López, y entonces digo, ¿quién trajo esa columna vertebral? ¿Y quién trajo a Eguren, que quieren que siga? Lo elegí yo… entonces si queremos dejar todo como está o prácticamente todo como está, quiere decir que no estamos haciendo mal las cosas. Por eso me parece un poco contradictoria la crítica, que es porque siempre rinde más ser opositor que ser el gobernante.